
Hace dos décadas Adrián Caetano filmó una película importante en la historia del cine argentino. Se trató de Crónica de una fuga (2006). En ese film, Caetano narró la fuga de la mansión Seré por parte de un grupo de militantes de izquierda que habían sido secuestrados por la última dictadura cívico militar. El tema es si no sería novedoso en ese contexto del cine argentino ya que, desde la caída de la junta militar en 1983, el cine argentino volvió sobre el asunto de modo frecuente. Desde La noche de los Lápices (Olivera, 1986)y La historia oficial (Puenzo, 1985) pasando por Garage Olimpo (Bechi, 1999) y Los rubios (Carri, 2003),el cine nacional elaboró el duelo de la larga noche de la dictadura militar con las herramientas que este arte tiene a su alcance. Lo novedoso de Crónica de una fuga tuvo que ver con la decisión estética de su realizador. En algunas entrevistas brindadas al momento del estreno, Caetano remarcó que su idea era filmar una película de terror saliendo de las coordenadas obvias del cine político de la época, utilizando los acontecimientos de la realidad para transformar a la misma en un cuento fantástico. Cuando vi Revelar (Rivera, 2024) no pude dejar de pensar en Crónica de una fuga. La película de Fermín Rivera es en cierto modo un documental clásico sobre el proceso de recuperación de la identidad por parte de una serie de nietos recuperados. El solo hecho de darle la palabra a los sobrevivientes para que estos cuenten su historia en primera persona logra el efecto de conmovernos sin caer nunca en el golpe bajo. La película no pretende hacer foco en lo que representó la dictadura cívico militar en términos políticos, sino que hace foco de manera virtuosa en la experiencia subjetiva del ser apropiado y vivir despojado de la verdad desde el inicio de la experiencia vital. Rivera nos muestra las fotos de los padres y madres de los protagonistas del film, y lo hace de manera conmovedora. Esas fotos potencian desde la puesta en escena el estremecedor relato en primera persona de las víctimas. Ambos elementos construyen un relato que narra una reconstrucción subjetiva gracias a la incansable búsqueda de verdad de los organismos de derechos humanos. Lo que vincula a todos esos relatos es una experiencia que acerca inesperadamente a Revelar al cine fantástico. La película está atravesada por el sentimiento de extrañeza que exponen los protagonistas al describir su infancia. Como si presintieran de algún modo vivir un desarraigo que luego sería explicitado por la tragedia iniciática que sufrieron en carne propia. Ese sentimiento de extrañeza que los distanciaba del entorno familiar propuesto por sus apropiadores y que se manifestaba en inexplicables mezclas culinarias o en la predilección extemporánea por un equipo de futbol, lejos de ser parte de una experiencia paranormal, daba cuenta del misterio del amor y de la sangre compartida. Esas anécdotas que Rivera compila con elegancia distribuyéndolas acertadamente en cada una de las historias de vida es lo que hizo que recordara la filiación con Crónica de una fuga en tanto ambas películas nos dan la posibilidad de pensar un cine comprometido jugando con todas las posibilidades que nos ofrecen los géneros cinematográficos. Estrenada en uno de los momentos más oscuros desde la recuperación democrática, Revelar se erige en documento imprescindible para entender nuestro pasado. Solo así podremos entender y actuar en nuestro presente.
Revelar (Argentina 2024). Dirección y Guion: Fermín Rivera. Fotografía: Emiliano Penelas. Edición: Emiliano Serra. Elenco: Lorena Battistiol Colayago, Pedro Sandoval Fontana, Claudio Poblete Hlazczik, Horacio Pietragalla Corti, Guillermo Amarilla Molfino, Victoria Donda Pérez, Guillermo Pérez Rosinblit, Leonardo Fosatti Ortega. Duración:
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