Sobrevivientes. Después del terremoto (Tae-Hwa; 2024), es una película de esta época y un poco una película de otra época. En relación al componente apocalíptico de la trama la película de Eom Tae-Hwa viene a mostrar el escenario de una ciudad arrasada por un terremoto y todo lo que sucede a partir de las tensiones que se dan por la supervivencia entre los sobrevivientes del mismo. Al igual que en The last of us (Druckmann, Mazin; 2023), lo que observamos en Sobrevivientes es la lucha del hombre contra el hombre en un contexto en donde no hay ningún tipo de regulación estatal y en donde lo que determina la salvación (individual) es la adaptación a ese nuevo ecosistema sin reglas junto a la distinción clasista que la película marca entre los que son propietarios y los que no. Aquí, las personalidades de los personajes se van descubriendo en el medio del trepidante suceder de la acción. A diferencia de las grandes películas del cine catástrofe de los ‘70 como Aeropuerto (Sedaron; 1970), Infierno en la torre (Guillermin; 1970) y La aventura del Poseidón (Neame; 1972), acá no hay demasiado tiempo para la presentación de los personajes. El terremoto sucede en el inicio del film y ese acontecimiento obliga a los protagonistas a elegir en qué lugar posicionarse en este nuevo ordenamiento social y a su vez a tener que tomar una serie de decisiones morales acerca de cómo relacionarse con el resto de los ciudadanos de esta comunidad en ruinas. Está es una película de nuestro tiempo porque comparte esa sensación amarga del cine mainstream ante la irrupción de un caos irrefrenable. En este caso la metáfora climática, que también se observa en Parasite (Bong Joon-Ho; 2019), se encuentra en el corazón del relato y es eso principalmente lo que hace perdurable la historia. El gran conflicto de la película de Eon Tae-Hwa tiene que ver con el concepto de propiedad privada porque, una vez que se desencadena el terremoto, el eje narrativo de la película estará centrado en una torre que milagrosamente no sucumbió a la furia de la naturaleza. Metáfora del poder del capitalismo, ese organismo sobreviviente a su vez llevará consigo el huevo de la serpiente. Los propietarios del edificio decidirán refundar el lugar expulsando a los no propietarios que se encuentran refugiados del azote de la naturaleza invocando el derecho a la propiedad. De este modo surgirá un nuevo liderazgo neo-fascista que estará basado en la crueldad y el desprecio a la vida humana configurando, como en la inolvidable saga de los muertos vivos de George Romero, dos espacios bien delimitados (el adentro y el afuera) que en algún momento entrarán en inevitable conflicto.
Sobrevivientes, a lo largo de sus 130 minutos, se sostiene gracias a la virtuosa cruza de géneros cinematográficos que logra plasmar. Está el drama social, el obvio cine catástrofe, el cine de acción, pero también se desarrolla una trama de suspenso que sale airosa gracias al componente de lucha de clases que el guion de la película lleva a cabo. Lo que está en el centro de la película es la idea de propiedad y lo artificial de esta idea. En un contexto en donde la vida en comunidad pareciera estar en estado de derrumbe permanente, esa idea sostiene los resortes simbólicos de un mundo derruido, generando un oponente en ese otro humano que debería ser un igual, pero al que se elige expulsar porque lo que prima es la mezquindad y el egoísmo. La propiedad, a comienzos del siglo XXI es más importante que la vida, lamentablemente. La película muestra un conflicto entre los que aceptan el imperio que dicta la propiedad y los que intentan sobrevivir a partir de la empatía ante el sufrimiento de los otros. Esa disputa cultural, que se da todo el tiempo en el plano de lo real, es una de las grandes virtudes que tiene Sobrevivientes. El poder del cine logra mostrar las representaciones acerca de cómo se compone el tejido social y esto termina siendo el nervio principal de una película que logra hablar de este tiempo de espanto remontándose a los clásicos del cine catástrofe de hace medio siglo. El anacronismo del cine es lo que le permite a Sobrevivientes hablar del tiempo de hoy alejándose de las opacidades del mismo y jugar con todos los pliegues que los géneros cinematográficos le permiten. Ese espíritu lúdico que conecta con la historia del cine popular es lo que hace a esta una película anómala en el panorama del cine apocalíptico contemporáneo. La posibilidad de elegir cómo seguir incluso en la catástrofe también puede pensarse como un eco de ciertos héroes para los cuales no todo da lo mismo. Esa luminosidad podría ser una buena alternativa para empezar a combatir las ideas de caos y destrucción que nos acechan. En el terreno de la ficción y también en el de la realidad.
Konkeuriteu yutopia (Corea del sur, 2023). Dirección: Eom Tae-Hwa. Guion: Eom Tae-Hwa, Lee Shin-ji. Fotografía: Cho Hyoung-rae. Edición: Han Mee-yeon. Elenco: Lee Byung-Hun, Park Seo Joon, Park Bo-Young, Kim Sun-young. Duración: 130 minutos.
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