as_mil_e_uma_noites_volume_1_o_inquieto-873734815-largeSi uno quisiera encontrar realidad, solo debe empezar por eliminar lo que pareciera haber sido creado por los hábitos de su tiempo, pero a su vez robarle a su tiempo para utilizar aquellos hábitos (códigos) que parecen empatizar con la realidad.

Jean Renoir, Mi vida y mi cine.

El límite entre documental y ficción tiene la misma antigüedad que su dispositivo. Los trabajadores saliendo de la fábrica de los Lumiere fueron filmados más de una vez y a Flaherty se le quemaron los 10.000 metros de película que había filmado en el Polo Norte, obligándolo a volver a filmar. En cierta medida, tanto las retomas como el montaje hacen una ficción de lo que en apariencia parece una realidad objetiva. Pero en la complejidad de nuestro mundo actual, en donde los medios se la pasan maniatando acontecimientos que ocultan la inminencia de otras tragedias, más graves cuanto más peligrosas de volverse públicas, hay más cosas que entran en juego. Si nos ponemos tremendistas, podemos pensar que lo que entra en juego es la caducidad del cine de ficción. Ante esta inquietud, Miguel Gomes responde con una película de seis horas dividida en tres partes. Hay que decir que este tipo de películas ¨híbridas¨, difíciles de encasillar en ficción o documental, está incuestionablemente de moda en los festivales. El cruce entre ficción y realidad ligado por la subjetividad y las cámaras livianas son efectivamente un signo de la época. Pero no cualquiera logra el equilibrio imperfecto de Gomes que, ya reconocido por Tabú, película que denuncia el colonialismo a través de cocodrilos y canciones de rock, se lanza a filmar nada más y nada menos que Las mil y una noches.

As Mil e Uma Noites es, entre muchas cosas, un raro caso de una voz en off que nunca se agota. Miguel Gomes empieza a narrar y no para. Tal vez sea por el hecho de que son muchas las voces que narran y por la belleza compositiva de su ritmo, que nunca se nos agotan. Arranca despacio y bien concreto, casi como un documental de observación: son muchos los hombres que trabajaron su vida entera en el astillero construyendo barcos; un barco se construye entre muchos hombres, a lo largo de muchos años. Un hombre narra su experiencia en una entrevista que vemos de lejos y oímos de cerca: cuenta que un día casi se muere enganchado a una máquina, y que un compañero lo salvó. Ahora un barco parte y el astillero es comprado por una empresa privada, estos hombres pierden su trabajo. A su vez, la voz introduce otra historia: una plaga de avispas está acabando con la producción de miel local y los hombres deben inventar métodos para vencerlas. Pero la apuesta se renueva con la puesta en abismo de la película. Gomes se pregunta lo que probablemente todos los que intentamos hacer cine nos preguntamos (o deberíamos preguntarnos): ¿cómo filmar una ficción elegante y locuaz cuando la realidad es una mierda? Gomes dice querer encontrar una abstracción entre los acontecimientos reales que comenzó a narrar pero, en sus palabras, es tonto y la abstracción le produce vértigo. Acto seguido, sale corriendo dejando a su equipo sin trabajo ante la incertidumbre, como los trabajadores del astillero. Poco importa el nivel de realidad o planeamiento que estos acontecimientos puedan haber tenido, ahora pertenecen a la ficción y cuentan su propia historia al chocar con las imágenes de la manifestación. Protesta y baile se entremezclan entre sí a la par de las voces en off al mejor estilo godardiano: La angustia que generó el Figueira da Foz al partir y la desesperación de la picazón de las avispas, que se actualiza en imagen: vemos en la oscuridad unas chispas que hipnotizan, un árbol quemándose, pedazos de miel iluminados por una linterna. Las imágenes no dejan de mostrarnos que la realidad es de orden maravilloso. Por momentos, tan maravilloso que se vuelve difícil seguir los acontecimientos narrados y el portugués se vuelve una melodía dulce.

as_mil_e_uma_noites_volume_2_o_desolado-736072548-largeSin solución de continuidad, Gomes y su equipo son cabecitas sobre la arena (sus cuerpos están enterrados). El director le propone a su capturador anónimo un intercambio: contarle una historia extraordinaria a cambio de que lo deje vivir. Van 20 minutos de película cuando aparece una Sherezade viajando en lancha por el mar al compás de una versión reggae de Perfidia y los enormes títulos amarillos se imprimen en su cara: Este film no es una adaptación del libro de Las mil y una noches, se inspira en su estructura. Scherezade nos va a narrar historias sobre personajes y lugares de ficción basados en los hechos acontecidos entre agosto de 2013 y Julio de 2014. Un hombre narra la historia ya conocida por el imaginario universal: Scherezade le cuenta al visir historias para no morir. La vemos llegar a una isla maravillosa, una isla de mujeres que podría relacionarse con lo que Gomes menciona como ficción seductora, que pronto se disipa para pasar a narrar una parodia de la troika europea en el auge de sus decisiones sobre el futuro de Portugal. Gomes pone en escena a su enemigo y lo hace recular mediante un producto que un hechicero viene a venderles en medio del desierto: con insólita simplicidad nos propone que el uso de un spray que genera erecciones hará que los señores recuperen la felicidad y la vitalidad extraviadas por las presiones sociales. Seducidos por su felicidad artificial, la troika se dispone a flexibilizar las medidas del déficit, prolongando el tiempo para cumplir con el plan de ajuste. Rápidamente la erección constante se convierte en un problema y la troika debe sobornar al hechicero para revertir la magia usando el dinero de los gastos públicos.

Hasta ahora, lo que se puso en funcionamiento a la par de las erecciones artificiales, fue el encantamiento del cine, el único medio capaz de poner en escena a un enemigo a nivel figurativo y emitir sobre él algo más que una opinión. Es representando con actores a los grandes tiburones de la economía europea que opera en nosotros, frágiles espectadores, la sensación de que esa misma fragilidad se traslada a los poderosos, haciéndonos sentir cómica y desesperadamente la dimensión humana. Jean-Louis Comolli dice, a propósito de un texto sobre la representación del enemigo: «El cine confronta con el enemigo filmado, algo que pertenece a la intimidad del espectador. Si existe la violencia de la representación, está ahí, en lo que implica de “nosotros” en “el otro». (…) El motivo mítico de la transformación de la fortaleza en debilidad y de la debilidad en fortaleza, pasó del teatro al cine como un juego cruel y como una técnica de conocimiento».

La voz de Sherezade retoma la narración y sintetiza el capítulo sobre la densidad de unos violines. Ahora vemos un gallo en una jaula, los títulos se imprimen sobre él iniciando «la Historia del Gallo de Fuego». Scherezade se calla para dejar hablar a una familia del pueblo de Resende, preocupada porque su gallo, considerado emblema nacional, ha de ser sentenciado a muerte por su insoportable cacareo. En esta historia, aparece la voz megafónica del Partido Socialista, la voz de la familia dueña del gallo, la voz de los vecinos, la voz de los cantantes locales. La señora Fernanda, líder de esta micro-narración, habla con un bombero que le cuenta que la mayoría de los incendios que están aconteciendo son causados por jóvenes que quieren oír las sirenas y ver los helicópteros. La ficción redobla la apuesta y aparece un emperador chino que tras un romance fallido hace muchos años, echó una maldición sobre la tierra. as_mil_e_uma_noites_volume_3_o_encantado-958847210-largeLo que Gomes pone en escena son siempre los motivos posibles que llevan a la miseria humana desencadenando en historias reales. En el final de este episodio el partido socialista gana las elecciones y el gallo es oído por el juez, que le advierte que morirá si no deja de cacarear a destiempo. El gallo le contesta que tiene el rol de prever grandes desgracias, dando lugar al episodio más conmovedor de la película: La historia de Rui Miguel, Sandra y Catarina, tres niños que se presentan a cámara nombrándose a sí mismos como intérpretes de sus personajes. Sobre un mundo incinerado, se despliega una ficción locuaz: a través de mensajes de texto que se sobreimprimen en los recorridos de los bomberos por el pueblo de Resende se entreteje una historia de amor que desencadena la tragedia de los incendios. Sandra ama a Rui Miguel, pero Rui Miguel ama a Caterina, que también lo ama a él. Sandra trabaja recogiendo uvas en el campo cuando recibe el mensaje de texto que le rompe el corazón: «No gusto más de ti, podemos ser amigos». Caterina es bombera voluntaria, es una niña trabajando en un mundo de adultos. Entre imágenes documentales que nos muestran el pueblo bajo el cacareo del gallo y una música barroca, el socialismo gana las elecciones en segundo plano, mientras que el primero se construye casi como el contrapunto de la música, el drama amoroso del trío. Los campos en los que podemos intuir que Sandra trabajaba, amanecen negros. Catarina no puede ver a Rui Miguel porque trabaja con los bomberos para aplacar los incendios. Vemos a Sandra en el escenario del crimen y el fuego de los campos que la iluminan. El cuento del bombero y la predicción del gallo se hacen realidad. El gallo habla: son pocos los hombres que pueden oír a los animales y él se siente impotente al no poder actuar para evitar el desencadenamiento de una pirómana apasionada.

Me gusta pensar que la cercanía de los verbos «creer» y «crear» es tan azarosa como real en algún nivel lingüístico. Quizás lo leí de alguien y estoy robando, pero es una idea que llevo estampada. Un personaje de Los bajos fondos de Renoir dice: «Toda cosa existe si uno la cree”, lo que no está muy lejos de: «Toda cosa existe si uno la crea». Las obras del hombre son infinitamente más grandes que sus productores. Es imposible para una mente prever o entender el alcance de las catástrofes mundiales como es imposible que los ejecutores controlen el alcance de su obra: ya el nazismo nos enseñó que generar una maquinaria perfecta e invisible, como lo fueron los campos de concentración, es imposible porque las pasiones de los hombres tienen la capacidad de desarticularla, superando su entendimiento racional. Es difícil apagar un incendio, se necesitan muchos hombres, quizás tantos como para construir un barco. Los hombres construyen y destruyen sobre la frágil superficie de su felicidad. Todo el cine, de forma indirecta y a partir de distintas miradas, está narrando las consecuencias de las pasiones en un mundo desencantado, paradójicamente, por la ilusión. Los mundos que Gomes crea son espacios en donde la inocencia está mutilada pero, a su vez, recobrada a través de la magia que pueden suscitar los acontecimientos de la vida diaria, mínimos para el mundo y gigantes para los individuos. Ahí está lo complejo de su operación que este texto busca roer. La consecuencia de la pasión de Gomes, del vértigo ante ese sentimiento, es esta película que nos recuerda, mediante la voz de un animal, que el amor es un abismo que hace eco. Un abismo que provoca vértigo, pero que, volviéndose plataforma de construcción, puede trazar un puente entre los hombres. Así como la repentina falta de trabajo puede llevar a los hombres a inventar nuevas formas de existencia. Esas formas absurdas de la ficción son, de alguna manera, leyes a través de las cuales moverse, proyectos materiales en donde depositar la fe y el dinero, como el sindicalista enfermo de cáncer que entrevista desempleados para organizar una gran zambullida en el mar con la que terminará este primer volumen de historias para no morir, sembrando la esperanza en que las acciones de los hombres pueden hacer de esta existencia absurda un mundo que, sin dejar de ser frágil, sea un lugar que conquistemos a través de nuestra voluntad, la misma voluntad que se produce en la imaginación al creer en la película que estamos viendo, la misma que lleva a Sherezade a contar historias para seguir viviendo.

Aquí puede leerse tres textos de Gabriel orqueda sobre los tres volúmenes de Las mil y una noche de Miguel Gomes:

Las mil y una noches, volumen 1, El Inquieto (As Mil e Uma Noites: Volume 1, O Inquieto, Portugal/Francia/Alemania/Suiza, 2015), de Miguel Gomes, c/Miguel Gomes, Adriano Luz, Carlotto Cotta, 125′.

Las mil y una noches, volumen 2, El Desolado (As Mil e Uma Noites: Volume 2, O Desolado, Portugal/Francia/Alemania/Suiza, 2015), de Miguel Gomes, c/Crista Alfaiate, João Pedro Bénard, Margarida Carpinteiro131′.

Las mil y una noches, volumen 3, El Encantado (As Mil e Uma Noites: Volume 3, O Encantado, Portugal/Francia/Alemania/Suiza, 2015), de Miguel Gomes, c/Crista Alfaiate, Bernardo Alves, Chico Chapas, 125′.

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