
A lo largo de la historia del cine de Hollywood, la figura del agente de seguros ha servido como termómetro para medir ciertos sentimientos comunitarios respecto a la sensación de seguridad –o falta de ella-, que dominaba la nación en una época determinada. En el clima de posguerra, la figura del criminal desligado del mundo del hampa y retraído al ciudadano común, que es arrojado a la delincuencia, puso al agente de seguros como personaje privilegiado para destacar un quiebre en la imagen que Estados Unidos había vendido a sus ciudadanos. En este artículo repasamos algunas de las películas que han marcado a la profesión ya sea como un elemento del crimen, de la salvación o de la absoluta inocencia. De paso, si se está pensando en contratar seguro de hogar, en este artículo se darán una serie de recomendaciones que seguramente resultan útiles para cerrar esa elección.
Es en los años 40 cuando la seguridad era una necesidad vital para mantener en paz a la comunidad, mientras el mundo estaba en guerra, y películas como Pacto de sangre (Double Indemnity, Wilder, 1944), rompía con esa sensación. En ella, por el contrario, el agente de seguros es el brazo ejecutor del crimen, un crimen al que se le arroja, desligado del hampa y vuelto a los brazos de la propia comunidad. Aquí queda de manifiesto la conspiración del agente de seguros que, guiado por la femme fatale y en busca de dinero fácil, planeará un asesinato. En Para atrapar al ladrón (To catch a Thief, Hitchcock; 1955), la sospecha misma de la compañía de seguros resulta la antagonista del personaje interpretado por Cary Grant; es decir, si bien se muestran como representantes de la legalidad la connotación termina siendo negativa por el simple hecho de contraponerse a las intenciones del personaje principal con el cual se identifica el espectador.
Este sentido común que instala a los agentes de pólizas como hacedores de engaño se continúa hasta los años ’90, propagado a través de la televisión: por poner un ejemplo, en “La muerte de unos vendedores” (primer episodio de la quinta temporada de Cuentos de la cripta), un vendedor de seguros de defunción embauca a viudas y ancianos hasta toparse con una insólita familia representada en un 50% por Tim Curry (un poco al estilo de la inglesa Kind Hearts and Coronets, de 1949, en la que Alec Guiness interpreta a todos los herederos de un duque que son asesinados por una herencia).

En el medio se han cruzado personajes que encarnaban a los seguros como lugar de justicia, o de develamiento y prevención del crimen. Es así que, en películas como Los asesinos (The Killers, Siodmak; 1946), la póliza de seguro permite al detective descubrir toda una trama de engaños. En El caso Thomas Crown (The Thomas Crown Affair, Jewison; 1968), asimismo, se propone una serie de idas y vueltas entre los personajes, donde una compañía de seguros contrata a la detective que interpreta Faye Dunaway para investigar el robo y plantear así un juego constante entre delito y legalidad. De la misma manera que En la boca del miedo (In the Mouth of Madness, Carpenter; 1994) es el detective, encarnado por Sam Neil, con motivo de proporcionar a la agencia de seguros la verdad sobre la desaparición de un escritor, descubre ni más ni menos que la ruptura de todo el entramado de lo real.
Más adelante en el tiempo, nos encontramos con la necesidad de los seguros como trampa en un mundo desigual y violento para quienes menos tienen: es el caso de Erin Brockovich (Soderbergh; 2000), donde el desencadenante de la acción es el accidente de su protagonista, quien debe pagar el precio de no tener seguro médico. Por el contrario en The Truman Show (Weir; 1998) es el agente de seguros, el más ingenuo y naif de la historia del cine de Hollywood, quien resulta engañado durante toda su vida por el mundo tecnológico del cine, el mundo del entretenimiento.
Afortunadamente, en la actualidad, se pueden contratar los seguros a través de internet. También se pueden comparar servicios en las cláusulas y contar con un criterio más completo al respecto de los precios y de los planes, ya que se encuentra todo explicado de forma detallada. Por su parte, en lo que respecta a los controles de protocolo y otros procedimientos que se realizaban antes, un seguro de hogar moderno no los solicita, de manera que basta simplemente con la declaración jurada que hagan de su propiedad y de lo asegurado.

La pregunta que también el cine podría hacerse sería: ¿Se puede hablar realmente de un cambio de paradigma?Por supuesto que sí se puede considerar que estamos atravesando un cambio rotundo en estos tiempos modernos. Esto se debe a que hay muchas más formas de generar sistemas de seguridad y de cobertura sobre los diversos imprevistos que puedan surgir. Además, hay medios más eficientes de lograr buenos resultados y agilizan lo que respecta al cobro de las pólizas en caso de ser necesario. Sobre todo en el caso de un seguro de hogar. No es un dato menor considerar que ahora las tecnologías están al servicio de los usuarios de forma más directa y simple. Por ejemplo, con los circuitos de seguridad y de vigilancia que mencionamos anteriormente, una persona puede saber lo que está ocurriendo en su casa en todo momento.
Entonces, ¿qué películas alumbrará esta nueva era? ¿Serán los seguros causa de inquietud o de certezas? Será cuestión de estar preparados para lo que Hollywood y sus acólitos nos tiene preparados en esta nueva era.
Si te gustó esta nota podés invitarnos un cafecito por acá: