
1.”El tiempo vuela” dice una y otra vez Richard (Tom Hanks). Eso y la cuestión de los impuestos que le impide a él y a Margaret (Robin Wright) ahorrar para comprar una casa son sus recurrencias. Pero más que una preocupación existencial –la comparación con la mención a los impuestos lo recalca-, la convierte en una frase hecha y en la explicitación en palabras del lei-motiv de la película. En Here (Zemeckis, 2024)lo que interesa es mostrar, desde la primera secuencia que condensa en pocos segundos la evolución del planeta desde sus orígenes hasta la aparición del ser humano, que el tiempo efectivamente vuela y que las décadas y los siglos se pueden condensar en pocos momentos.
2.Para concretar esa idea, se vale de un artificio al que construye como punto de vista único. El paso (veloz) del tiempo se entiende observando desde el mismo lugar al mismo espacio que se transforma, pero no de manera cronológica, sino en un ida y vuelta que pretende ir conectando los diferentes momentos. Entre la tierra habitada por pueblos originarios, la casa de Benjamin Franklin, la Guerra de Secesión y la construcción de la casa frente al monumento histórico y sus sucesivos dueños, el lazo es el espacio y la idea que subyace en el fondo es la de la perdurabilidad de las construcciones sólidas (la casa como símbolo histórico de la construcción de un país) frente a la disolución de los vínculos circunstanciales (las familias y su relación con el espacio habitado).
3.El artificio es tan poderoso que contamina toda la forma de la película. El punto de vista inmutable hasta la escena final (la escena anterior en la que un espejo devuelve una parte de lo que está fuera del campo visual, lo que hace es ampliarlo levemente, sin cambiar el punto de vista) resulta arbitrario en tanto su ubicación no es casual: se sitúa en la esquina de la sala principal de la casa que se construyó en el lugar, de frente a la ventana principal que da a la calle, pero especialmente a la casa de Franklin. Convierte entonces en centro a la sala, la hace un escenario en el que todo –o casi- ocurre, en un forzamiento narrativo que no resulta fácil de justificar. Y de paso, sitúa en la periferia, pero siempre presente al padre fundador de la nación, simbolizado en la casa que habitó.
4.Ese artificio elegido transmite como consecuencia, la misma emotividad que la cámara de seguridad de una casa. O peor, la convierte en un sucedáneo pobre y ficticio de un experimento del tipo Gran Hermano. Y es que esa decisión provoca que se organice todo en función de la cámara fija y se omita todo peso a lo que está fuera del campo visual.
5.Algunas referencias intentaron emparentar a Here con Forrest Gump (Zemeckis, 1994), pero se quedan en la superficie de la coincidencia del director y los dos actores principales. Sus procedimientos son opuestos. En Forrest Gump, la historia de los Estados Unidos se sucedía involucrando al personaje central: era Forrest quien entraba en los momentos de la historia de su país. Aquí, la historia es la presencia congelada de la casa de enfrente y las referencias que se van colando a partir de algunos personajes y situaciones –el inicio de la aviación, los progresos de la tecnología en lo cotidiano- o por la radio y la televisión –Dean Martin, The Three Stooges, los aerobics de Jane Fonda, la guerra de Vietnam, la pandemia del coronavirus-. Pero son solo indicios que dan cuenta del paso del tiempo, de la misma manera que lo hace el vestuario o la cambiante escenografía de la sala.
6.Aún más, si Forrest podía pensarse como alguien que superaba sus limitaciones, la visión de Here no puede ser más pesimista en su retrato de personajes frustrados, cuyas vidas están marcadas por empleos obligados y ansias de ser algo que nunca pudieron concretar (lo que se remarca especialmente en las mujeres). O que, en caso de lograrlo, como en el caso del aviador, la contraparte es cierto desprecio familiar y una muerte temprana.
7.Para intentar salir de ese artificio, ya se dijo que se recurre al pasaje por distintos tiempos. Pero además potencia ese paso no a través de fundidos, sino de la apertura de ventanas dentro del cuadro que van a anticipar el fragmento que va a sobrevenir. Una práctica conflictiva, en tanto parece haber ido demasiado lejos hasta parecerse más a la demostración práctica de un software que a la utilización para potenciar el lenguaje cinematográfico. La pantalla quizás nunca antes haya sido concebida de esta manera tan explícita, más cercana a la de una computadora que a la de un cine.
8.Las consecuencias de esas decisiones se vuelven demasiado evidentes. Desde la narrativa, el constante ida y vuelta en el tiempo, provoca que las historias que no pasan por el eje de los personajes centrales pierdan peso en sí mismas, reduciéndose a la exposición de los habitantes en períodos previos o posteriores, sin establecer más continuidad que la que provee el espacio y sus modificaciones. Desde otra visión, al reducir todo al espacio familiar/matrimonial, plantea a la historia social y política como inexistencia, a pesar de estar jugando con ella en segundo plano en todo momento. Un tiempo vacío atravesado por la desaparición del entorno que solo puede verse de manera cosmética pero que evaden cualquier relación de consecuencia. En Here no se pregunta por qué el lugar dejó de ser habitado por los pueblos originarios, ni cuál fue el motivo de la Guerra de Secesión ni qué es lo que ocurre fuera de la casa para que alguien se dedique a la aviación, invente un sillón reclinable o deba resignarse a un trabajo que no desea para mantener a su familia. La película se postula entonces como la expresión de la Historia como la historia del individuo despojado de toda relación con un colectivo que no sea el familiar. El título avisa: es “aquí”, es un lugar preciso, un punto de vista inequívoco. Pero para lograr una mínima emotividad tiene que salir de ese punto de vista en el final, para reforzar que aún en el olvido subsiste un antiguo trazo de la memoria –aunque ésta no coincida del todo con lo que vimos y aunque lo que vemos ahora es el vacío de la casa-. Cuando esa ruptura del punto de vista se hace completa y se traslada al otro lado de la calle, a esa casa histórica, la idea se refuerza. Visto desde la historia, todas esas casas, todas esas ventanas –las que no se abren nunca hacia afuera pero que la tecnología abre en el interior- terminan por ser iguales. Y, como desde la vereda de enfrente, nada puede verse, nada puede entrar en relación con lo otro.
Here (EUA, 2024). Dirección: Robert Zemeckis. Guion: Eric Roth, Robert Zemeckis. Novela gráfica: Richard McGuire. Fotografía: Don Burgess. Montaje: Jesse Goldsmith. Elenco: Tom Hanks, Robin Wright, Paul Bettany. Duración: 104 minutos.
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