En Desmadre, la directora argentina Sabrina Farji indaga en los vericuetos de la relación madre-hija. Se trata de un documental que hibrida el formato de entrevistas clásico con la docuficción en primera persona. De este modo, la película irá alternando, vía el montaje, entrevistas a mujeres de distintas generaciones sobre sus experiencias en tanto hijas y en tanto madres, con entrevistas a profesionales de distintas disciplinas sobre el tema, y a la vez con fragmentos de una ficción autobiográfica en la que la directora expone sus propias experiencias como hija y como madre a lo largo de un viaje a la ciudad de Paraná (tierra de origen de su madre) junto a su madre y sus dos hijas.
Hay dos cuestiones centrales y acertadas que merecen ser destacadas. La primera es el subtítulo: Fragmentos de una relación. El fragmento ya nos da idea de la imposibilidad de hacer de la madre una totalidad, dando cuenta así tanto de las aristas conflictivas y ambivalentes del vínculo madre-hija, como también del hecho de que la madre nunca es toda una. Lo fragmentario, lo deslocalizado, da cuenta de otra cosa más allá de la madre, que se hace más patente en el título: Desmadre, que incluye una pluralidad de resonancias. Este desmadre, el salirse de la madre, en una línea más social y en concordancia con las luchas feministas por la igualdad de género, alude también a deconstruir a la madre como estereotipo idealizado y como lugar único, fijo e impuesto por la sociedad para la mujer; pero también alude al desorden, a la pérdida de dirección, nos orienta en la medida en que, en definitiva, siempre detrás de toda madre hay una mujer, eso tan Otro, tan conflictivo y tan poco ubicuo para ella misma, pero necesario para que un deseo Otro, para que una Otra cosa, instale una instancia aliviadora para ambas en esa primera ligazón madre-hija.
En Desmadre, Sabrina Farji se acerca con una mirada intima al fragmentario mosaico de lo materno y se atreve a mostrar de manera honesta la conflictividad intrínseca de ese vínculo madre-hija, esa de la que todavía parece un tabú hablar en público. Y lo hace con sutileza y cuidado, evitando caer en una mostración obscena. Farji no apunta a dar respuestas catedráticas y academicistas, sino que desde la transmisión de diversas experiencias y sin eludir el humor, invita al espectador a reflexionar sobre qué es ser una madre. ¿Se trata de un rol social impuesto? ¿Se trata de un deseo que supone una elección? ¿Se trata de lograr cierta coalición entre la madre y la mujer? Lo abierto de estas preguntas es, por suerte, el legado de Desmadre.
Acá puede leerse otra crítica sobre la misma película.
Desmadre (Argentina, 2018). Dirección: Sabrina Farji. Guion: Sabrina Farji. Fotografía: Connie Martin. Edición: Ezequiel Brizuela. Duración: 74 minutos.
Si te gustó esta nota podés invitarnos un cafecito por acá:
¿realmente crees que esta peli tiene un «legado»?
A mi me pareció una garcha.
Y no creo ni a palos que tenga «una mirada íntima» ni que aborde con honestidad el tema.
Es una peli especulativa, que busca golpes de efecto con recursos burdos, y aun asi no lo logra. No transmite nada.
Además no le encontre nada interesante ni en el contenido ni a nivel formal.