En el año 2011, un caso de abuso sexual desató un escándalo de proporciones mayores en la vida política francesa. Dominique Strauss-Kahn, en ese momento director-gerente del Fondo Monetario Internacional y principal candidato a ser el próximo presidente de Francia por el partido socialista, era detenido cuando estaba abordando un avión de Air France que lo llevaba de regreso a París. Se lo acusaba del delito de abuso sexual contra Nafissatou Diallo, una empleada del hotel Sofitel en donde Strauss-Kahn se estaba hospedando.

La gran pregunta que atraviesa la serie documental de Jalil Lespert (dividida en cuatro concisos episodios) es la siguiente: ¿qué lleva a un hombre como Strauss-Khan a hacer lo que hizo? O, mejor dicho: ¿qué lleva a un hombre a ser lo que es?

Sumergiéndose en el pasado del personaje en cuestión, la serie puede verse también como una historia política de la Francia de los últimos 40 años y como una fotografía de una sociedad que en la última década modificó de un modo radical la percepción acerca de lo que un hombre puede hacer en relación a su deseo.

Strauss-Kahn era un hombre de 62 años en el momento de ser denunciado por Diallo, pero la serie de Lespert se encarga de señalar que esta denuncia no es la primera que pesaba sobre sus hombros. Denuncias anteriores de ataques sexuales sobre una joven periodista y una empleada del FMI se mezclan con la historia del propio ascenso político del imputado, como si de alguna manera ese protagonismo fuera de la mano con las prácticas sexuales que este llevaba a cabo. El documental de Lespert maneja un tono frío que es funcional al relato, acercándose por momentos a una narración objetiva en la que se indaga sobre el delito y la búsqueda del culpable. En ese sentido, la serie se propone develar un enigma y es allí donde la ambigüedad y los puntos oscuros acerca de la denuncia de Diallo permiten pensar(se) en términos de narración policial. Por otro lado, la idea que el propio documental construye acerca de lo que un hombre blanco y poderoso puede hacer permite problematizar cómo el poder económico y político se vinculan con el ejercicio del sexo de modo naturalmente violento. Justamente esa cuestión naturalizada en torno a la violencia sexual es el punto nodal del documental de Lespert.

La revelación de una práctica legitimada por la moral de la época pone en evidencia un orden social dado, que visto desde el presente solo puede contemplarse desde la perplejidad. Lo que potencia este orden de cosas es la defensa acérrima que el entorno de Strauss-Kahn realiza acerca de las prácticas sexuales del imputado. La idea de cierto liberalismo en una faceta privada como es la sexual es la excusa perfecta que Strauss-Kahn y su círculo privado llevan a cabo para explicar el devenir de su conducta.La hipótesis más sugerente del documental de Lespert es que el escándalo del hotel Sofitel en Nueva York en cierto sentido significó la punta del iceberg del movimiento “Me Too”, que hoy muestra a un colectivo de mujeres organizadas de modo global y que nos permite reflexionar sobre el orden social en el que se inscribe la violencia de género.

La trama que vincula ciertos hombres blancos ricos y poderosos con mujeres pobres -y en el caso de Diallo, inmigrantes- se encuentran muy bien narradas desde esa recursos austeros, y permite a su vez dar cuenta de otras violencias estructuradas en torno a las diferencias económicas que se dan entre los sujetos de diferentes clases sociales y a su vez entre países débiles y países poderosos.

Al finalizar el último episodio, la pregunta individual acerca de «¿cómo un sujeto puede hacer lo que hace?» muta en una pregunta acerca de «¿cómo las sociedades pueden soportar los niveles de injusticia que a diario toleran?». Ese despertar de la conciencia social con el que termina la serie de Lespert es una llamada a la construcción de un orden social distinto, de un orden más equitativo en lo referido al género y a lo económico. Un modo inequívoco de seguir dando pelea.

Habitación 2806: Recuento de una acusación (Francia, 2020). Dirección: Jalil Lespert. Cuatro episodios. Disponible en Netflix.

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