Que un festival abra con 4TRO V3INT3 es un acto político. Moldeada con la materia prima de “los pibxs” de Ituzaingó – bunker de siempre del director Raúl Perrone -, irrumpe en el marco institucional del Doc Buenos Aires como puntapié inicial al resto de las obras que conforman su 20ª edición, del 27 al 31 de este mes.
Momentos cualesquiera de adolescentes de clase baja, presentados por ellos mismos y en búsqueda de una aparente lógica del azar pero que albergan mucho más de planificación que ese efecto de improvisación que parecen ofrecer. Tales situaciones azarosas son alimentadas por un momento periférico tras otro, evitando caer en el interés sostenido por el objetivo de “personajes” a lo largo de la película; lo que en la tradición cinematográfica es descartable, en el mundo del director es preciado. En tal sentido aparecen diálogos de mínima planificación y explicitada a cámara. Pero que se desbanda todo el tiempo: uno de los componentes que más frescura le otorga al material. Lo que se confirma como recurso dominante es el plano secuencia, que atraviesa en modo militante el cine de Perrone. Promueve itinerarios de cuerpos con destino incierto, porque el eje es la materialidad que ofrece el transcurrir. El encuadre de las situaciones siempre parece dificultoso; el centro se pierde frecuentemente.
Sin embargo, al finalizar el visionado queda instalada la percepción de una estructura bien solida. La misma es resultado de un acuerdo entre el grupo de adolescentes que se filman a sí mismos con una cámara digital, y las directivas (léase “guion”) del director, más el sonido y montaje a su cargo. Porque 4TRO V3INT3 es un trabajo elaborado durante el presente período de pandemia, donde Perrone les daba directivas y posiciones de cámara al grupo por videollamada, y luego de filmar le hacían llegar el resultado en bruto, al cuál luego él le daba la forma final.
Entre las situaciones, hay una que transcurre en la calle con dos adolescentes viajando en skate, mientras la cámara empuñada por uno de ellos intenta seguir el camino de la rodada. El solitario asfalto los recibe y sin interferencias les ofrece su pista urbana, de la que parecen adueñarse. Previo al itinerario, el tema de la charla eran las patinetas , sellada la previa a la salida con una fumata en la terraza. Uno de los tópicos fuertes que aparecen en este universo: las juntadas, el porro en grupo donde el humo y la oscuridad por momentos dificulta la visual de los rostros, suministrando un marco expresivo envolvente que da cuenta del código establecido, una suerte de ceremonia secreta. En medio de una sensación de vínculo fuerte entre ellos, con el recurso a la broma y a previsibles chistes sexuales, recurrentemente falocéntricos.
En el retrato de la dinámica del grupo surge la dispersión de provisorias consignas centrales, como cuando uno de ellos intenta hablar sostenidamente de la saga de Spiderman en el cine y el relato se ve interrumpido en más de una oportunidad. La presencia de la cámara parece venir a decir que cristalicen algo para ella, y es esta misma pretensión de un anclaje lo que se presenta dificultoso, al interpelar el aquí y ahora del transcurrir. El recorte que es toda película se enfrenta al hábito de lo espontaneo: esos momentos ya no son como cualquier momento. De todos modos, las escenas en cuestión se terminan produciendo. Quizá no las estrictamente planificadas (y habría que ver en qué dimensión de lo estricto). Pero es aquí donde en esa mixtura entre lo que podría pensarse como un organigrama inicial –que por suerte jamás conoceremos, y quizá ni existió del todo– y todo el mundo ofrecido por esos cuerpos adolescentes en momentos de sus reuniones, juegos y caminatas, concentra lo mejor que se da a percibir.
La forma que Perrone determina comprende no solo el montaje entre las escenas sino un trabajo con el sonido frecuentemente concebido desde la distorsión, en relación a la lógica indagatoria y provisoria de la cámara. Un aporte textual muy importante en exteriores, donde el tiempo de la caminata habilita para la inserción de un registro sonoro simultaneo: los poemas en off de Sol Zurita, desde su propia voz: “ pasados de porro /en el barrio / con dos faloperas / de tanga colada / bien turra / mala guarra / tira de mi skate / me alza a su infierno / mala vida las gatas / acá todos somos como ratas / por eso la calle nos junta / por eso matamos o la yuta te mata / ama de la noche me miente / la diabla / veneno eso somos / me usa en su juego / pierdo las ganas de ser como la gente / salgo a mostrar los dientes / con este pibe tan roto como yo / solo queremos un poco de amor”.
Ni el hegemónico conservadurismo que pretende “representar” a las clases bajas y caídos del mapa del sistema, ni el villero cineasta empuñando la cámara y dando su propio recorte. La hibridación llamada 4TRO V3INT3 es el fruto de un acuerdo.
4tro v3int3 (Argentina, 2020). Dirección: Raúl Perrone. Duración: 104 minutos. Disponible en: https://docbsas.com.ar/
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