-¿Sabes que me gusta de ti Ultra Violeta?

-¿Qué?

-Eres todos los colores en uno.

Así de romántica, así de empalagosa, así de incómoda y oscura empieza y termina esta no tan común película de Netflix.

Violet y Finch es la historia de dos adolescentes, golpeados por sus vidas, que se encuentran en el camino. Ella acaba de perder a su hermana en un accidente, él sólo es un chico raro. Raro porque hace cosas raras. Es impulsivo e impredecible. Parece buen pibe pero también un poco psicópata. Cuando se encuentran, Finch estaba trotando, era de noche, y Violet estaba parada en la baranda de un puente. Finch se detiene y la convence de bajar. De ahí en adelante él se impone un objetivo, acercarse a Violet, de la forma que sea. No es claro el motivo, no sabemos si lo hace para ayudarla, para acompañarla porque desde la muerte de su hermana Violet no tiene vida social y casi no habla con nadie. O si lo hace porque le gusta, o quizás un poco por ambas razones. Finch es así, nunca terminás de entender bien qué se le pasa por la cabeza.

Pero es medio raro, algo psicópata, y eso es así. Convence a Violet de compartir tiempo juntos extorsionándola por las redes sociales. Y las veces que ella le pone un freno, él duplica el esfuerzo y renueva la estrategia. Como si estuviera convencido de ayudarla, aunque ella nunca le había pedido ayuda, y entonces con la insistencia pudiera convencerla de que se dejara ayudar. Y así, la película se sumerge en caminos turbios o implícitamente violentos. Lo único que hace Violet en toda la película es decir sí o no a todas las locas propuestas de Finch. Y eso resulta inquietante no porque Violet sea de pocas palabras y Finch sea un motor acelerado que nunca se apaga, sino porque ese tipo de relaciones ya nos molestan. Por momentos el espectador se siente involucrado, la película te impulsa a darle una cachetada a Finch y decirle: «¿No escuchaste que te dijo que no?».

Pero justo ahí es donde todo empieza a girar. Los roles cambian, y todo se encamina hacia un lugar inesperado, o quizás no tanto. La historia empezó con una Violet deprimida y aislada, y un Finch siempre ingenioso e insistente acosador, que la ayuda a volver a sonreír y todas esas cosas. Pero la película, que empezó como una comedia, algo superficial y de relaciones machistas, de apoco se va a ir metiendo en lo podrido, en lo oscuro de la vida de Finch.

De repente, quien necesitaba ayuda y contención ya no era Violet. La muerte de su hermana quedó atrás. Porque de a poco nos fuimos metiendo en la vida del personaje más intenso. Y la vida de Finch no resulta nada fácil. La forma casi violenta de relacionarse con Violet es un reflejo de la manera violenta en que él vive su vida. De apoco la película empieza a decirnos que sí, que él es violento, es violento con ella, con sus amigos, es violento consigo mismo. Finch está al borde de que lo echen de la escuela. Una escuela que no logra darle la contención que necesita y en ningún momento llega a comprenderlo. Porque en el momento en el que se encuentra, parece que ya nadie puede comprenderlo.

La cosa se torna oscura cuando él acepta ir a un grupo de autoayuda, recomendado por su tutor de la escuela. Este grupo está compuesto por varios adolescentes, y entre ellos aparece la mejor amiga de Violet, que confiesa ser bulímica. La película pasó de una comedia romántica a un drama que se anima a decirnos que la adolescencia y la juventud no asuntos ajenos a la realidad. Que las películas sobre estudiantes no solo tratan sobre amores y desamores. Y la manera en la que nos introdujo fue a través de un noviazgo violento, pero convencionalmente aceptado como un noviazgo sano, como un noviazgo normal.

Violet y Finch te lleva de un lado a otro sin que te lo esperes. Y la película no se disfruta, porque de la intensidad de Finch hacia Violet, y de cómo ella acepta eso como una situación normal, vamos a la bipolaridad de Finch y a la violencia con la que se trata a sí mismo.

El final termina de confirmar que la película se anima a hacernos sentir mal. Se anima a mostrarnos lo que no queremos ver de principio a fin.

Calificación: 7/10

Violet y Finch (All The Bright Places, Estados Unidos, 2020). Dirección: Bret Haley. Guion: Liz Hannah, Jennifer Niven. Fotografía: Rob Givens. Montaje: Suzy Elmiger. Elenco: Elle Fanning, Justice Smith, Alexandra Shipp, Kelli O’Hara, Luke Wilson, Lamar Johnson, Virginia Gardner. Duración: 104 minutos. Disponible en Netflix.

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