kryptonita_aficheNo es la limitación espacial ni el espíritu crítico político de la narración lo que atenta contra Kryptonita; al contrario, son el mayor atractivo de la propuesta, que en principio remite a Asalto al Precinto 13 de John Carpenter. Quien haya visto Diablo -omito intencionalmente la saga Socios por accidente por considerarla lejana al universo del director- no dudaría de que Loreti puede manipular estos recursos con habilidad. Los afiches de Kryptonita que circularon por la web y luego coparon la calle, más el tráiler de la película, prometían un regreso igual de feroz e intenso. Mi enorme expectativa se limitaba a estas cuestiones, dado que nunca leí la novela de Oyola y el género de superhéroes no me atrae en lo más mínimo. El resultado fue negativo. La intención es la de narrar una historia de anti-héroes con un discurso y un imaginario contrarios a los de las grandes producciones extranjeras, anclada en una realidad social presente y tangible en oposición a la mitología heroica moderna y globalizada; esto no es suficiente para justificar la ausencia de dinámica y el estatismo tanto físico como narrativo.

Esta premisa se extiende al interior de la película a través de la acumulación de presentaciones con gran potencia audiovisual sobre personajes que se desinflan al caer en una excesiva oralidad descriptiva, redundante y plana. Las dos apariciones de Corona (Diego Capusotto), con disparo incluido, no aportan demasiado a la historia central; El Federico (Pablo Rago) es preanunciado hasta el cansancio y tiene una de las entradas más impactantes, pero una vez dentro de la guardia no resulta ser ni más ni menos importante que el resto de los personajes; Luis Ziembrowski cuenta con una aparición muy armada para un personaje que nunca vuelve a aparecer. El interés que en principio despierta la aparición de cada personaje es rápidamente minado a causa del estancamiento de la trama, y la poca acción de la película -condensada sobre el final- queda perdida tras una espera abúlica. La película parece una lectura de la novela de Oyola antes que su adaptación cinematográfica; pese a que la apuesta visual se postula enérgica y sus personajes son ciertamente atractivos, la película empieza a perder sentido e interés a causa de la seguidilla de anécdotas que cada integrante de la banda de Nafta Súper (Juan Palomino) relatan al “Tordo” (Diego Velázquez) sobre cómo conocieron al superhéroe en peligro, entre emociones que se diluyen por extenderse de manera innecesaria, personajes secundarios que también se vuelven anecdóticos y roces sin tensiones.

kryptonita13Kryptonita es un producto híbrido que nunca define su carácter. Cuando empezaron a circular las primeras imágenes del backstage, los teaser, y los posters, me resultó llamativa la desemejanza con la estética de la portada de la novela, en la que puede verse parte de la figura de un hombre que muestra una incipiente panza bajo una remera con el logo de Superman mientras toma mate. La portada del libro preludia una actitud reposada, tal vez reflexiva y por cierto mucho más luminosa que la oscura y belicosa artística publicitaria de la película. Esta estrategia de marketing, además, contradice el contenido de la película que pasa más de su mitad navegando sobre las penas, luchas, amores y desamores de estos superhéroes marginales que toman el Hospital Paroissien con el fin de salvar a su líder. La amalgama entre discurso coyuntural y estética posmoderna hollywoodense que en Diablo adquiría uniformidad, en Kryptonita resulta forzada y sólo hace ruido. Lo mismo sucede con las puteadas y formas de hablar típicas de tipos con calle y pocas pulgas que en la primera fluían con naturalidad y en ésta se vuelven ostentosas. Los elementos que conforman la película son muy ricos en base y es evidente el profesionalismo con el que Loreti trabaja, desde el cuidado de la puesta en escena hasta una muy buena dirección de actores (algo no habitual y, por eso mismo, destacable) pero todo queda desarticulado o más bien desdibujado y hasta el sentido profundamente social de la historia pierde densidad.

Nota aparte: Destaco el trabajo de Lautaro Delgado como Lady Di, tal vez el actor que mejor logra sortear las dificultades del guion y transmitir emociones al espectador aún cuando atraviesa un larguísimo monólogo.

Aquí puede leerse un texto de Santiago Martínez Cartier sobre la misma película.

Kryptonita (Argentina, 2015), de Nicanor Loreti, c/Juan Palomino, Diego Capusotto, Diego Cremonesi, Lautaro Delgado y Pablo Rago, 80′.

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