Los montajistas se han unido. La unión data en realidad de hace ocho años, pero es de todas formas una buena noticia proviniendo de los miembros de un oficio cuya materia consiste en desunir, mirar y volver a unir. Ahora los montajistas y editores han formado su asociación, lo que supone un grado significativo de madurez y autoconciencia de su rol e importancia en la actividad cinematográfica y audiovisual. Prueba de ello es este libro que presentaran en el 31° festival de Mar del Plata.

Entre cortes reúne un conjunto de dieciocho entrevistas a montajistas y editores. Ellos son: Miguel Pérez, Juan Carlos Macías, Oscar Montauti, César D´Angiolillo, Silvia Ripoll, Marcela Sáenz, Alejandro Alem, Luis Barrios, Alejandro Brodersohn, Alejandra Almirón, César Custodio, Guille Gatti, Alejandro Carrillo Penovi, Rosario Suárez, Pablo Barbieri, Germán Cantore y Lorena Moriconi. Entre los anexos se incluye además otra entrevista a Juan Carlos Garate, ya fallecido, extraída del libro Más allá del olvido. Conversaciones inéditas con grandes del cine nacional, de Guillermo Russo y Andrés Insaurralde.

Las entrevistas son ágiles, se concentran en la historia personal y profesional de cada reporteado y en su visión del oficio, prescindiendo de encuadres teóricos o reflexiones retóricas.

Las entrevistas –lógica de editores- establecen una línea de tiempo en tanto comienzan con los más antiguos en la profesión, que a su vez han ido formando, en la práctica y en la docencia, a los de sucesivas camadas, muchos de los cuales testimonian en este libro.

El primer lugar le corresponde a Miguel Pérez, resaltado como maestro y formador por muchos de los entrevistados. Le sigue Juan Carlos Macías, con una trayectoria parecida. Una primera diferencia, ambos se formaron en la práctica, la mayoría de los restantes pasó por alguna de las escuelas de cine o de arte del país.

Otra marca en la línea de tiempo tiene que ver con las herramientas de trabajo. Los más viejos se iniciaron en la moviola y vieron llegar la revolución digital en la etapa alta de sus carreras, la que cambió todos los métodos e instrumentos de trabajo. De la moviola al digital, de allí a la renovación constante que debieron asimilar sobre la marcha.

Para la mayoría la formación del editor necesita alimentarse de otras disciplinas parecidas; casi todos señalan al guión y las estructuras dramáticas, disciplinas que muchos han estudiado; Miguel Pérez recomienda ir al teatro y leer mucho. En su experiencia, leer Crimen y Castigo siendo adolescente le permitió, cuando llegó el momento, encontrar dentro de sí algo narrativo que le permitió entender las leyes del montaje. Alejandro Brodersohn considera que se aprende más leyendo una novela de Hemingway, Faulkner o Agatha Christie “que leyendo reportajes a editores”.

Aunque, en forma paradójica, el montaje parece no tener leyes. Es un territorio anárquico en el que cada uno, como en el western, dicta su propia ley. Enfrentados antes a la moviola, ahora a la pantalla de la PC, cada uno tiene su propio método y su propio recorrido para afrontar el material del que saldrá la película. Esto nos lleva a una cuestión que podría ser polémica: ¿El editor es un coautor, el editor es un artista? La cuestión se resuelve por consenso, la mayoría está de acuerdo en que la película es del director, muchos en que el editor “es un artesano… algo cercano a un obrero” (Germán Cantore).

Hay una pregunta común y explícita para cada uno de los entrevistados: ¿Qué es el montaje? La pregunta tiene respuestas variadas. Cada uno dará su propia opinión, otros no querrán definirlo, a no ser por la negativa, por aquello que el montaje no es, como dice Lorena Moriconi: “(…) porque el montaje no está ni en una toma ni en otra, ni en esta imagen, ni en aquel sonido, no está en las cosas sino en la relación entre las cosas. No se ve, pero es lo que da a ver”.

Lo que se da a ver, un don otorgado por artesanos, una arquitectura invisible latiendo en el corazón del cine. Los editores se han unido y han hablado. La voz de los que no tienen voz en la pantalla. Es bueno escucharla.

Entre cortes. Conversaciones con montajistas de Argentina. EDA. Asociación Argentina de Editores Audiovisuales. Edición del 31° Festival de Cine de Mar del Plata.

Si te gustó esta nota podés invitarnos un cafecito por acá: