Directora de cine, bailarina, coreógrafa, actriz y guionista, fundadora del festival cinematográfico Unasur en el año 2012, artífice de las obras Juan y Eva (2011) y Néstor Kirchner la película (2012), Paula de Luque volvió, luego de 7 años, como directora a la pantalla grande con La forma de las horas, la séptima en su filmografía. Estrenada en el Festival de Gramado (Brasil) en agosto del año pasado, fue realizada sin subsidios del INCAA, enteramente producida por la Compañía de Cine independiente El Club, conformada, según palabras de la directora, como un modo de resistir a la coyuntura. Dejando de lado las historias ancladas en hechos históricos, la cineasta regresa para hablarnos primordialmente de la experiencia del duelo, que si bien cada ser la atraviesa de modo distinto, siempre encuentra algunas vivencias compartidas por todxs.

El lenguaje, en ocasiones, se expresa en imágenes, imágenes que nos permiten narrar(nos) -necesidad esencial del ser- para construirse. Sin relato, no hay sujetx posible. Ana, la protagonista de la película, interpretada vigorosamente por Julieta Díaz (hay que destacar que por su actuación ganó el premio a la mejor actriz en Gramado), es escritora y se encuentra en ese tránsito que requiere todo duelo: el narrar para que la pérdida de aquello que ya no está duela menos, se vuelva cada vez más digerible, para que algún día deje de doler, o al menos no lo haga con tanta virulencia. En este sentido, la escritura funciona para Ana como vehículo de sanación. Sus recuerdos nos la muestran una y otra vez encontrándose, luego de un año, con el hombre que aún quiere (un eficaz Jean Pierre Noher) en la casa que compartían y que deciden vender. El espectador es testigo del fluir de las situaciones que conforman ese encuentro, siendo manipulado constantemente. Porque eso mismo es lo que experimenta Ana: una tormenta de pensamientos y situaciones vividas, temidas o deseadas, que la atraviesan y parece no poder controlar.

En esa entrega de escenas posibles que el film nos invita a vivir, la acompañamos en su desesperación, en el deseo de liberarse de todo aquello que la oprime pero que a la vez la conforma como sujeto. Liberación que podemos percibir en la danza de la bailarina Paula Robles de un modo conmovedor.  Ana escribe, camina lento, camina rápido, está perdida pero también se afirma, sobre todo cuando de su profesión se trata. Se pregunta qué es  el tiempo, como una cita indirecta al pensamiento de Paul Ricoeur. Una de las tesis fundamentales del filósofo francés es aquella que afirma que solo a través de la narración el tiempo se convierte en tiempo humano. Como si ordenando los hechos en un relato pudiéramos entender al menos qué viene primero y qué después. Y esto es lo que Ana no puede. Terminar de narrar la historia, la suya propia, la que está escribiendo. Escribe y borra, pinta una escena y luego sobre ella otra y otra. El tiempo se detuvo en aquella pérdida. El tiempo de Ana es un no-tiempo.

Y aquí es donde reside la singularidad del film, puesto que el viejo recurso de la ficción dentro de la ficción es utilizado por De Luque de un modo inteligente, volviéndose pura potencia. El constante vaivén en ese espacio liminal entre ficción y  realidad le otorga veracidad al sentir de la protagonista. Cuando sentimos que encontramos la salida en el laberinto de sus recuerdos, la historia propuesta se desvanece, como los recuerdos que nos habitan y que se vuelven visibles cuando hacemos el ejercicio de hacer memoria. De alguna manera, esta es una de las cualidades más interesantes del film, representar de un modo preciso cómo es posible transitar esas situaciones que nos vuelven ajenxs en nuestra propia vida: relatando. Para superar el dolor, siempre, siempre, hay que narrar, hasta que el cuento encuentre su final.

Calificación: 9/10

La forma de las cosas (Argentina, 2019). Guion y dirección: Paula de Luque. Producción ejecutiva: Rodolfo Pagliere (AADA). Dirección de fotografía: Hugo Colace (ADF). Edición: César Custodio (SAE). Elenco: Julieta Díaz, Jean Pierre Noher, Paula Robles. Duración: 74 minutos.

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