Jóvenes Titanes en Acción es la mejor película inspirada en personajes de DC cómics en mucho tiempo. Las aventuras de Robin y su inseparable grupo de superhéroes adolescentes, destinadas a un público supuestamente infantil (así nacieron como historieta allá por la década del 60), son superiores a la pomposidad que roza el absurdo de la Liga de la Justicia, a la también fallida Batman vs. Superman, e incluso a la reciente adaptación cinematográfica de la Mujer Maravilla.

El film de Aaron Horvath y Peter Rida Michail es un producto muy divertido, que permite deconstruir la idea de superhéroe sin vaciar al género de sentido. Es más, siguiendo el espíritu de la serie de Cartoon Networks se podría emparentar con Deadpool por la ironía autoconsciente de la que hace gala. E incluso la película animada da un paso más allá, con un gesto superior en desparpajo al cagarse literalmente de risa de los propios mitos fundadores del emporio DC como son Batman y Superman. Jóvenes Titanes en Acción también se ríe de la industria de Hollywood con la gracia y la virulencia que supieron tener hace ya dos décadas series irreverentes como Beavis y Butthead y la fabulosa South Park continuadora de ese linaje.

El triunfo del film, y lo que lo transforma en una de las sorpresas cinematográficas del año, reside básicamente en el ritmo frenético que mantiene a lo largo del metraje, que hace que los momentos de sarcasmo puedan dialogar con los momentos de narración clásica. Porque la película, además de ironizar corrosivamente sobre el estado de Hollywood en la actualidad (con burlas notables a la competencia de Marvel y a los  reiterativos cameos del gran Stan Lee), respeta el alma de sus personajes, lo genuino de sus emociones, dándole trascendencia a sus historias por sobre los gags, que son constantes y disparatados.

Robin, en compañía de su pandilla infanto adolescente -integrada por Chico Bestia, Cyborg, Starfire y Raven-, aspira a ser protagonista de una película propia, lograr reconocimiento como un verdadero héroe y dejar de ser ninguneado por enemigos, colegas y ejecutivos de la industria de entretenimiento. En ese contexto, nuestros héroes harán lo imposible para lograr su sueño de estar en la pantalla grande como Batman, Superman y los demás héroes de DC, y en esa búsqueda descubrirán la importancia de tener un enemigo que dé la talla (sin villano no hay héroe, es la única moraleja del film). En ese camino lleno de espinas, Robin y sus amigos terminarán por conocerse  a sí mismos perdiendo parte de la infantil inocencia del inicio.

Este espíritu de comedia libertaria dialoga también con películas como Guardianes de la Galaxia, que llevan al límite ese humor absurdo que ironiza sobre el género sin perder las formas clásicas del cine de aventuras. Por último, esta apuesta del equipo de animación de la Warner Brothers termina siendo un escalón importante para las ficciones sobre superhéroes, porque tematiza como pocas lo que significa ser héroe en la actualidad, y a su vez problematiza con humor de alta intensidad las representaciones que el género reproduce a diario en la subjetividad de los espectadores. Y esto en un momento en el que justamente el género superheroico se erige como  la punta de lanza del cine mainstream por muchos años más.

Jóvenes Titanes en Acción, la película (Teen Titans Go! To the Movies, Estados Unidos, 2018). Dirección: Aarón Horvath, Peter Rida Michail. GuionAarón Horvath, Peter Rida Michail. Duración: 92 minutos.

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