maxresdefault (1)A menudo nos sentimos atraídos por lo amarillo, por el chimento, la sangre y, llegando al extremo, por la muerte. Quizás porque vivimos expuestos a este tipo de influencias, a medios y personas que, sin el mínimo arte que transmitir, nos ocultan lo esencial, lo positivo a fuerza de morbo, mierda y destrucción. Ricky Espinosa, El Documental es justamente lo contrario, un homenaje respetuoso, positivo y reparador.

En concordancia con el legado artístico del líder de Flema, este trabajo de Juan Pablo Duarte goza de humildad y simpleza, y no está destinado a sacar rédito de su exhibición sino que fue difundido pública y gratuitamente en Youtube. Para quienes tuvieron la suerte de presenciar sus recitales pero, más importante aún, para aquellos que no y que hoy disfrutan de sus discos, este documental es una manera de acercarse al Ricky verídico, a ese que todos los que lo quisieron concuerdan en destacar. El documental se vale de entrevistas a familiares, compañeros de banda, amigos, músicos, productores, y distintas personas que compartieron momentos en la vida del ícono del rock nacional. Muestra sus inicios heavys, su carrera conocida y ligada al punk rock, y archivos fílmicos nos permiten escucharlo interpretar canciones de Pappo o Los Beatles.

Quizás sin proponérselo, este documental batalla contra otro “homenaje” a Ricardo Manuel Espinosa. Se trata “Ricky de Flema, El último punk”, un libro que cuenta con varias reediciones y pésima reputación entre los cercanos al cantante. En este documental, Meche, ex novia de Ricky, nos obliga a sacar el libro de ese lugar destacado en la estantería y a ubicarlo entre esos que nunca leeremos, cerquita de una Rolling Stone o una Noticias: “Lo peor del libro es que anda dando vueltas sobre Ricky y no pretende contar la vida de un artista; es un pasquín amarillista muy digno de su autor que justamente se especializa en ese rubro. A mí me consta que a él no le gustaba Flema, y no respetaba a Ricky ni como artista ni como persona. Me consta también que (el sentimiento) era mutuo. No solo ignora al artista: está lleno de mentiras, lleno de exageraciones, de deformaciones, y me parece horrible que se lo recuerde así a Ricky”. Su ex novia también aporta otra parte importante del documental. Se trata de una edición de lo que fue un video inédito y perdido de la canción “Viejo y cansado”. El valor de estas imágenes es doble: por lo inéditas jerarquizan al documental, al tiempo que brindan material artístico nuevo.

ricky-espinosaDotado de gran archivo fotográfico, durante hora y veinte este trabajo recorre tanto la historia del cantante en Flema, como en su banda paralela Flemita y sus trabajos solistas. No es solo una recopilación de testimonios sobre el cantante. Juan Pablo Duarte edita apariciones en cámara de Ricky, logrando por momentos un relato sólido en primera persona. Ricky fue para muchos la figura más importante de la escena punk nacional. A simple vista un bardo, pelada la cáscara un tipo sincero, creíble y merecedor de abrazos cada vez que pisaba un escenario. Gozaba de una ironía única, de una dualidad que podía confundir a quienes poco entienden. Es algo común escuchar que los libros son mejores que las adaptaciones al cine. En este caso se da lo contrario.

Para desprevenidos, aunque comparten apellido, no son parientes ni tienen que ver. La referencia es para Sebastián Duarte, autor del libro amarillo, y de Juan Pablo Duarte, autor de esta obra transparente.

El cierre del documental regala una interpretación de Julián Ibarrolaza, cantante de Embajada Boliviana, del tema “Todos los días son hoy”. Mientras suena se escapan los agradecimientos, las colaboraciones y los responsables, como sonrisas, muecas, abrazos y lágrimas. Y si este mundo no es una mierda, pronto estaremos juntos otra vez.

Ricky Espinosa: El documental (Argentina, 2015), de Juan Pablo Duarte, 89’.

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