Fiel a su estilo, Xavier Dolan elije narrar, una vez más, una historia en torno a la juventud, la sexualidad, el amor y las inquietudes de la vida contemporánea. En Yo maté a mi madre (2009) su película más temprana realizada a sus 19 años, Dolan delineó el perfil de un chico adolescente con serios problemas en el vínculo con su madre. En cambio, aquí el director -ya más maduro- escoge como protagonistas a hombres jóvenes que trabajan, mantienen vínculos afectivos relativamente estables y se desenvuelven con autonomía en el mundo adulto. Matthias & Maxime (2019) es el último largometraje del productivo realizador canadiense, quien a sus 31 años ya cuenta con ocho películas en su haber y algunos videoclips, todas obras de gran resonancia internacional, aunque con mayor o menor acogida del público y la crítica. Su cine intimista y violento casi nunca deja apático al espectador.

En el comienzo de la película dos amigos, Matthias (Gabriel D’Almeida Freitas) y Maxime (Xavier Dolan), transitan una calma y fascinante ruta hacia al encuentro de su grupo de amigos de la infancia, para celebrar un fin de semana alejados de la ciudad. Ese camino recorrido también pretende representar el paso hacia el descubrimiento interior de esos personajes. Durante la estadía, un hecho casi casual desencadena en que Matt y Max deban besarse frente a la cámara de una fresca estudiante y hermana menor de uno de los de la troupe. Ese beso despierta en ambos un sentimiento que llevaba varios años escondido y significa el inicio de una historia que ya fue visitada varias veces en la historia del cine y que en este caso no presenta aspectos demasiado novedosos.

El entorno en el que viven los personajes se presenta adverso para la consolidación de un amor. Matt lleva una vida conservadora, mantiene una relación heterosexual de larga data, tiene un trabajo en franco ascenso en un ambiente dominado exclusivamente por hombres y una familia bien posicionada y tradicional. El caso de Maxime es completamente opuesto. Él es está solo en el mundo y todo a su alrededor se presenta hostil. Su única familia es su madre, que lo desprecia y está a su cuidado ya que se encuentra en rehabilitación por consumo excesivo de alcohol. La madre es violenta, lo agrede física y verbalmente y reserva las demostraciones de amor para extorsionarlo. Este complejo personaje femenino es interpretado por Anne Dorval, una de las actrices predilectas de Dolan, quien ya fue una madre controvertida en Yo maté a mi madre y Mommy (2014).

Maxime está pronto a instalarse en Australia, cosa que lo mantendrá alejado de Canadá algunos años, y una constante cuenta regresiva organiza el relato, en el que vamos descontando las horas que quedan para la concreción de ese amor que parece imposible. Los protagonistas se muestran poco desafiantes y con una limitada iniciativa para enfrentar los sentimientos los asaltan. Matthias, negador y evasivo, presenta una propensión a salir corriendo y nadando de las situaciones que lo exponen a enfrentarse con su identidad, lo que resulta una metáfora un poco gastada. Mucho más arriesgada es la forma en la que Maxime enfrenta la situación, quien con pequeñas acciones trata de resolver el asunto: abiertamente le propone a su amigo-amante que lo ayude a entender que es lo que está pasando. La interpretación Dolan en el rol de Maxime es uno de los aspectos más interesantes de la película. Su caracterización posee una gran marca de nacimiento en el rostro que colabora con el aura de fragilidad que reviste al personaje, justamente en su momento de mayor vulnerabilidad veremos cómo desea frente al espejo que esa marca desaparezca. Su capacidad para construir el drama se presenta muy superior al del resto del elenco. La química en la pareja -esperada y necesaria- para empujar la acción es prácticamente nula. Pareciera que todo el magnetismo se lo hubiera robado la conexión lograda entre los seis ex compañeros que conforman una fraternidad inmejorable, el grupo se enseña cálido, comunicado y bien ensamblado. En cambio, cuando Matt y Max se recortan de esa totalidad la efectividad se encuentra totalmente diluida. El único personaje de la narración dispuesto a empujar los límites heteronormativos es la joven estudiante, autora del cortometraje que los compromete, y en ella parece reducirse y agotarse toda la irreverencia de las nuevas generaciones.

En las películas de Xavier Dolan se habla mucho, se discute, se grita y se exteriorizan una gran galería de sentimientos, pero aquí todo queda solapado, resguardado y contenido. La profundidad emocional y psicológica con la que el realizador dota a sus personajes es la marca personal de su filmografía que vimos claramente en Juste la fin du monde (2016). Sin embargo, en Matthias et Maxime sus protagonistas parecen más un bosquejo o un estereotipo que seres con historias, futuros y amores. La verborragia característica de su cine se encuentra elidida y no esta sustituida por nada, quizás en algunas secuencias un cruce de mirada intenta expresar la agitación y el temor que viven los personajes, pero se queda a mitad de camino.

Un punto fuerte del film es el trabajo fotográfico y la construcción de imágenes realizado por André Turpin responsable también de la belleza visual de Mommy. Al igual que la estética del pastiche, distintiva en Dolan, que se hace presente aquí a través de la combinación del melodrama, la resonancia de la estética kitsch y una perfecta musicalización, disruptiva y moderna, que tiene en su repertorio temas como la versión «Always on My Mind» de Pet Shop Boys o canciones de Britney Spears. Como es de esperar, además, abundan las referencias a otras obras y directores entre los que se entrecruzan Almodóvar, Titanic y el Batman de Nolan.

Las películas de Xavier Dolan generalmente conmocionan por la dureza de las historias, la intensidad de sus personajes y la energía de sus intérpretes. Aquí, el tema se ofrecía a la medida del director, pero algunos problemas en el diseño de los protagonistas y en el tratamiento del relato hacen que sea una de sus obras más imprecisas.

Matthias & Maxime (Canadá, 2019) Dirección y guion: Xavier Dolan. Música: Jean-Michel Blais. Fotografía: André Turpin. Elenco: Gabriel D’Almeida Freitas, Xavier Dolan, Anne Dorval, Pier-Luc Funk, Catherine Brunet, Antoine Pilon, Marilyn Castonguay, AdibAlkhalidey, Micheline Bernard, Samuel Gauthier. Duración: 120 minutos. Disponible en Mubi.

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