Por segunda vez consecutiva UNCIPAR, el festival de cortometrajes más antiguo del país, expresión de las producciones independientes y muestrario de los jóvenes talentos, se realiza en la ciudad de Pinamar. La pantalla del Teatro Municipal La Torre se enciende para dar inicio a tres jornadas de proyección de cortometrajes en el marco de la competencia nacional e internacional, sumado a dos largometrajes invitados: Solar, de Manuel Abramovich (ganador de competencia nacional 2014 con La reina), y La luz incidente, de Ariel Rotter. A la competencia se le suman actividades especiales como el taller de video-celular, extensión de la ENERC a cargo de Leandro Tolchinsky, y  la charla “La estructura  del cortometraje», por Luis Franc.

Un comienzo contundente suele ser efectivo para capturar al espectador, el primer  cortometraje es una prueba de ello.  Se trata de  Extremos, de Federico Molentino, un documental/ ensayo audiovisual sobre Ushuaia. El plano inicial es un travelling de las ventanas de un barco abandonado,  sobre un encuadre que permite ver la playa.  De esta forma se inicia el viaje por los extremos de Ushuahia: la tierra y el aire, el fuego y el agua; lo ancestral de los pueblos originarios y el futuro en la tecnología industrial. Molentino propone un viaje perceptual: en los colores cálidos que pueblan los planos generales del bosque se asiste a un fresco de tonos tierra y marrones, en contraste con los colores fríos del agua y el hielo de la playa. El sonido de las criaturas marinas, de las máquinas que trasladan los containers en el puerto, el ensamblaje de electrodomésticos en la fábrica y los cantos rituales de los selk’nam contribuyen a la generación del clima de extrañamiento, sobre todo cuando el sonido se disocia de la imagen. Los personajes aparecen en planos encuadrados en ventanas de trasatlánticos turísticos y  casas de barrios populares en calidad de observadores y observados. Uno de los planos  finales muestra una caja de aire acondicionado en el contexto fabril -intervenida por la técnica de maping- con una imagen de un indio selk’nam en la montaña, imagen que concentra la propuesta estética y política del cortometraje.

En la misma tónica, Gemelos de Pablo Radice es un ensayo sobre la vida y la muerte. La historia de vida de los gemelos que eligieron la medicina como profesión (uno médico  obstetra; el otro médico forense) sirve de excusa para problematizar sobre el binomio vida/muerte. El recurso de la pantalla partida contrapone la práctica de cada uno: el obstetra asiste a un parto, el forense examina un cuerpo en la morgue; el plano detalle de los instrumentos de trabajo (la asepsia de los bisturíes y la dureza de las pinzas). Junto con este recurso formal, se recurre al uso de imágenes de archivo: ecografías de los gemelos, fotos de la infancia, etc. En síntesis, Gemelos presenta a la vida y la muerte como proceso de continuidad.

Ranchillos, capital del carnaval, de Matias Minahk, es un  documental sobre los carnavales del club San Antonio en la localidad de Ranchillos, Tucumán. La historia del  carnaval en su carácter de fiesta popular, ritual de libertad donde año a año “se olvidan los problemas”. La cámara se detiene en el fervor de la multitud en comunión con artistas que pasaron por el escenario, como Gilda, Rodrigo, la «Princesa» Karina y la «Mona» Giménez entre los más populares; aunque también se concentra en el testimonio particular de una vendedora de comida, de  familias y grupos de amigos, que año a año esperan esta fiesta popular.

La temática de género está cada vez más presente en las producciones audiovisuales y UNCIPAR no es una excepción. El porvenir es irrevocable como el rígido ayer, de Silvina Estévez, se hace eco de la consigna feminista “lo personal es político”. El cortometraje se remonta a 1947, en el marco del debate de la ley del voto femenino desde el punto de vista de una nena. Su madre es una obrera peronista, personaje fuera de campo a la que se accede por  los discursos de las demás mujeres de la casa: “ siempre fue rara nuestra hermana”, “después de la fábrica va a la manifestación por el voto femenino”. Dentro de este ámbito de lo privado, la nena juega a maquillarse, y ese juego simboliza los mandatos sociales para las mujeres de la época: preocuparse por la belleza física, concertar el matrimonio. Es interesante el recurso de la radio, voz omnipresente, que reproduce el debate en el senado; en este se ponen en tensión la variedad de posturas políticas partidarias sobre el tema:  peronista, radicales y socialistas. Una propuesta más esteticista sobre el despertar sexual es Las nadadoras de Villa Rosa, de Josefina Recio. El cuidado en los colores pasteles y la palidez de la luz pálida impregnan el universo preadolescente de las nadadoras. A nivel del relato, más allá de la continuidad narrativa, se concentra en la creación de climas: la inocencia en los secretos, y las charlas sobre el sexo opuesto, los planos sobre los cuerpos que se fragmentan en el pelo, el torso y las piernas con restos de bello. Pero por sobre todo, se crea  un clima de peligro latente en relación de una nadadora con un joven adulto. El género comedia suele ser efectivo cuando está bien actuado, es el caso de La reina del baile que tiene como protagonistas a Mirta Wons y Fabián Arenillas. Víctor trabaja conduciendo un karaoke y está casado con Liliana. La rutina, los años de casado, y la fantasía de infidelidad parecen erosionar el matrimonio. A las excelentes actuaciones se suma la música de ABBA como guiño del título. Por otra parte, Error 404, de Mariana Waistein, narra lo que ocurre con el personal de una oficina cuando se cae el servicio de internet. El recorrido kafkiano para determinar la causa pasa por los diferentes puestos ocupados por conocidas figuras: Mario Alarcón (el jefe), Julieta Sylberberg (la secretaria), Alejandra Pradon (telefonista), Walter Jakob (mantenimiento). La ausencia de conectividad genera situaciones disparatadas como jugar con una pestaña, masajearse los pies o leer la Tv Guía. La precisión del guion cierra con la resolución del conflicto y lo remata con la aparición de Arnaldo André haciendo de él mismo, quien  pasa desapercibido por su fanático. Error 404 parodia la alienación que genera la virtualidad.

La tragedia de Once es presentada desde un punto de vista poético y plástico en Once, de Juan Cruz Llobera y Bebe Urricelqui. Los personajes y los escenarios de animación componen un collage de materiales varios: telas, cartón, hilos y papel que dan  como resultado un cortometraje visualmente atractivo desprovisto de golpes bajos.

La jornada se cierra con la proyección Solar primer largometraje de Manuel Abramovich, sobre la vida de Flavio Cabobianco, niño prodigio del new age a los diez años. Veinte años después con la reedición del best seller Vengo del Sol, Cabobianco acepta, en principio, la propuesta de Abramovich de filmar un documental sobre su familia. Sin embargo disconforme con las marcaciones del director, el documental se corre de foco para convertirse en una disputa de poder entre el director y “el personaje”.

Si te gustó esta nota podés invitarnos un cafecito por acá: