¡Qué película seria! ¡Qué film solemne! ¡Qué actuaciones “fuertes”! ¡Qué macana que la gente considere que esto es cine! ¡Por Dio’! Las dos horas y media de La sospecha representan la experiencia más sádica –y masoquista, para el que se propone verlo- a la que un espectador se puede llegar a someter. No es como el gore o el porno tortura; el gore lo entiendo, tiene una suerte de efecto catártico, una descarga liberadora, y el otro, cierto placer por el morbo. La sospecha, en cambio, es una tortura hipócritamente moralista que presenta un paradigma horrible de un mundo horrible donde todo lo que ocurre en él es tan horrible que uno se olvida de que la felicidad, o aunque sea la risa, sean una posibilidad. La sospecha es una distopía anti-hedónica donde el principio de placer es negado de forma sistemática, tanto para sus personajes como para los espectadores. La sospecha es porno tortura, pero la víctima es el espectador.
La película, claro, se mete de forma “seria” con “temas serios”. Desaparición de personas (peor aún, de niños), torturas físicas y psicológicas, situaciones extremas, sospechas de abusos sexuales y sectas ocultistas, todo bajo un manto de tradiciones judeo-cristianas lavadas. Y, reitero, dura dos horas y media. (No digan que no les avisé). En fin, La sospecha cuenta la historia de dos familias tipo, que habitan en un suburbio americano, donde todo va bien hasta que las dos niñas menores de cada familia (ambas de entre 8 y 10 años) desaparecen sin dejar rastro. Al poco tiempo, empezarán a aparecer sospechosos a los que se les adjudique el crimen. Como en La cacería, la película juega con la veracidad de las acusaciones, la inocencia y la culpabilidad de los personajes, y todas sus variables posibles, que, por supuesto, serán utilizadas para que el mundo sea un poco más horrible. La cosa es que Keller Dover (Hugh Jackman), padre de una de las niñas, toma justicia por mano propia al ver que la burocracia impide al detective Loki (Jake Gyllenhaal) retener a uno de los principales sospechosos del caso (Paul Dano). Dover está seguro de que ese es el hombre que retiene (o retuvo) a su hija, y no tendrá otra opción que hacerse cargo de las cosas; de allí en adelante, uno sólo puede imaginarse las atrocidades que vendrán.
Después de un comienzo insoportable, viene un nudo insoportable y un final un poco peor. ¡Qué sorpresa! Lo más horrible de todo, que justamente es lo que no está pensado para ser horrible, es que el personaje de Hugh Jackman sale impune después de haber torturado durante toda la película a un hombre (¡Spoiler alert!) que era inocente. ¡Y en el medio otro acusado, también inocente, se suicida! Pero claro, las niñas están bien, así que está todo bien. El mundo es horrible, así que está todo bien igual. Y el malo de la película, que termina siendo una versión lavada de Mrs. Voorhees –la madre asesina de Martes 13-, puesto en su lugar. La única sonrisa que se me dibujó en los labios tuvo lugar segundos antes del final; primero, porque me parecía absurdo que una película tan “seria” tuviera un final tan básico, y segundo, porque finalmente las dos horas y media de tortura habían terminado. Paz.
La sospecha (Prisoners, EUA, 2013) de Denis Villeneuve, c/Hugh Jackman, Terrence Howard, Jake Gyllenhaal, Viola Davis, Maria Bello, Melissa Leo, Paul Dano, 153’.
Si te gustó esta nota podés invitarnos un cafecito por acá:
El personaje de Jackman no sale impune! El detective deja bien en claro, hablando con la esposa, que si lo encuentran va en cana.
Esto es cine, lo que castiga son las imágenes. Paz.
Es muy fuerte la pelicula? No me copan las que son muy violentas … es tolerable?
El que escribió este articulo es un mamón, claro que es tolerable, yo la ví y no me traume ni mucho menos, hasta la encontre entretenida en el sentido que te deja todo el tiempo queriendo saber que será lo siguiente que pase. Veanla, es buena.
Yo te diría que sí.
A ver, la pelicula es un thriller sobre asesinos en serie y la toma de justicia por mano propia. Muestra como ante una situacion adversa un hombre comun se deshinibe y suelta a sus demonios internos para obtener lo que el cree que es justicia.
Sin embargo este critico pide placer, en una pelicula donde se trata el tema de la violencia. Se queja de la crudeza con que se muestra el tema, y protesta por que mueren personajes inocentes, protesta por que la pelicula muestra un mundo horrible. Sin embargo despues se queja por el supuesto final feliz y por que el villano es una versión lavada de la villana de una lamentable saga de peliculas de pesima categoría de los años 80. La verdad que este critico parece una version lavada de una niña en camisón que llora por que su hermanito le rompió la barbie.
La verdad que la crítica habla mas del que la escribe que sobre la pieza cinematica en cuestión, estoy en condiciones de decir que quien la escribió es un muchacho que aún vive con sus padres, come demasiada comida chatarra, y por supuesto, es virgen…
Yo diria que es cierto. Este jovenzuelo suena muy parecido a esos muchachitos que van a la facultad para tratar de impresionar jovencitas. Si la pelicula hubiera sido de Gaspar Noe le habria dado 100.000 puntos y hubiera alabado el hecho de que la historia fuera tan anti-hedonica.
Concuerdo en que Santiago Martínez Cartier se mantiene virgen.
Estimados anónimos, no entiendo la necesidad de usar la condición sexual de alguien (supuesta por ustedes) como denigración, a menos que carezcan de herramientas discursivas para rebatir la crítica en cuestión, o que la tengan adentro. Atte.,
Marcos Vieytes
Director y editor
La critica se rebate por si sola. Desde ya la persona que la escribe pide placer y alegria en una pelicula que tiene como eje fundamental el secuestro y asesinato en serie de infantes. Por otro lado se queja constantemente de la seriedad de la pelicula, y termina por comparar a la villana con un personaje de la saga Martes 13, en dicha comparación se denota que el crítico prefiere la mentada saga de los ochentas, este dato es curioso, ya que el señor Santiago Martínez Cartier se queja de la moral juedo cristiana que parece enarbolar la cinta en cuestión, y olvida por completo que la saga que el menciona era una diatriba moral que aleccionaba a los jovenes de los ochentas sobre el consumo de sustancias y el sexo previo al matrimonio. Es claro que este joven es un moralista exacerbado.
Por otro lado, a ustedes les parece que es una crítica seria el siguiente parrafo:
«Después de un comienzo insoportable, viene un nudo insoportable y un final un poco peor. ¡Qué sorpresa!» Es notable que vuestros estandares de exigencia en cuanto al uso de las palabras y/o epitetos sean tan exigentes para con los lectores, pero que no tengan el mismo rigor con las personas que integran el satff del medio que pretenden llevar adelante. Mas alla de las acrinomias que esto pueda haber generado sostengo una firme posición con respecto al «critico» que se adjudica la autoria de la nota. Parece estar henchido de prejuicios, y cae en el burdo estilismo de juzgar el arte por su nacionalidad, pretende separarse de la cultura judeo cristiana y enarbola un manto de dualidades, habla del bien y del mal y se adjudica una «objetividad» de la que carece, ya que en sendos parrafos se denota ese placer estudiantil por hablar en contra de toda pelicula que provenga del norte, pide placer y felicidad, risas y carcajadas, la verdad que mas que una critica parece un llanto.
Por si molesta el anonimato pondre mi nombre.
Emilio Agazzi
Estimado Emilio, esta respuesta es digna de ser leída, y agradezco su crítica de la crítica. Un abrazo,
Marcos Vieytes
Horrible final
Al final él muere ahí abajo?? Me quedo la duda
no torturo a un inocente, no vieron la peli. el chico le entrego las nenas a la mujer, lógico no compartí el tema de la tortura. Y si el final es peor se supone que si eschucha el silbato . lo encuentra no?
Creo que es un fatal error en el desenlace, cuando el policía toca a la puerta de la tía de Alex, y luego la llama en voz alta y ella sigue con lo de la jeringa! ¿Cómo no atacó al policía? ¿Por qué actuó como si no hubiera escuchado nada?