Por Hernán Gómez.
Aquí pueden leer la primera y la tercera parte.

¿Dónde nace La H? Es el primer documental sobre heavy metal nacional, un movimiento con veinte años en nuestro país y, para mi gusto,  demasiado ninguneado.

La H es, originalmente, un telefilm y se esta dando en Incaa TV. Nunca fue pensada para tener un estreno comercial, en parte por tanta maraña legal que hay alrededor de Hermética, así que podés meterte en una complicada. Ojo, nunca hubo problemas de derecho entre Iorio y Claudio O’Connor por tocar temas en vivos, pero ellos son los dueños de esa música. Si vos venís de afuera a hacer un negocio, se puede complicar.

¿Dónde y cómo te cruzás con Hermética o con el heavy metal?

Yo los agarré de muy pendejo, no era un fanático acérrimo, me gusta mucho porque era lo único nacional que escuchaba. Leí los medios de heavy metal de la época, como Madhouse y todo eso. Con los años llegue a entender la magnitud que había tenido la banda. Para mi era una banda popular. Después me di cuenta de su significado real y me pareció interesante el tema. Un documental de heavy metal es raro y no son muchas las bandas con las que se pueden sostener una película: Riff, V8 o Hermética.

El documental acerca de Los violadores me dio una luz de esperanza, porque pensé que si aprobaron ese, tenía posibilidades. Igualmente, Herméticaes mucho más marginal. Lo presenté dos veces y tuve la suerte de que en el comité de selección estaban Víctor Cruz, que le gusta el heavy, o Yapse, que le interesa la cultura rock y produjo el documental de Luca. Ellos le dieron el apoyo para que saliera. En otro momento no se hubiera dado ni en pedo, porque depende de muchas cosas y, sobre todo, de quiénes integran el comité de selección. Son diferentes miradas. Qué se yo, si estuviera en el comité me costaría mucho bochar un proyecto de Lucrecia Martel, aunque no es un cine que me interese. A veces se arman bandos al pedo. Por otro lado, al no haber una industria de cine me parece un poco estupido que haya luchas, pero el cine también es un mundo de egos, y termina siendo medio inevitable.



Es muy difícil hacer un documental sobre el rock argentino porque el material de archivo es escasísimo.
Fue bastante complejo, porque el archivo que conseguimos fue de gente que colaboró desinteresadamente. También nos dieron material de algún canal. Much Music nos dio imágenes de Monster Of Rock, Andrés Violante, que era el fotógrafo de la banda, nos dejó usar fotos. Todo ayudo muchísimo porque si no, estábamos hasta las pelotas. Hubo dueños de archivo con mucho recelo sobre el material que, curiosamente, como condición para darlo querían indicar por dónde tenia que ir la película, y ahí no hubo acuerdo. Mucha gente también tiene temor a un posible enojo de Iorio ante una película sobre Hermética en la que elige no participar. “Como yo elijo estar”, piensa, “me va a putear”.

Yo hablé con Marcelo Caputo (manager de Almafuerte) en su momento y me dijo “él no va a venir a decirte que no lo hagas, pero no va estar”. Yo tengo un amigo en común con Ricardo y sé positivamente que no le interesa hablar de Hermética, tipo ex mujer, “no quiero hablar del tema, hablemos de otra cosa”. El final de la banda fue violento por muchas razones. El final de la película es políticamente correcto. Yo estoy de acuerdo con lo que dice el Ruso Verea: “a uno qué le importa lo que paso y por qué”.

Los mejores rockumentales que vi siempre tienen, en la puesta o en el ritmo de la película, la actitud de la banda que los protagoniza.

El tema es que a todos los que participaron en el documental les gusta el heavy. El sonidista era fanático de la banda. Llevó unos micrófonos a un show en el Teatro de Flores para grabar a gente cantando los temas. Los coros de la gente terminaron metidos dentro de las canciones. Las chicas que hicieron la gráfica de la película entendían muy bien el heavy. El director de fotografía, Diego Echabe, se metió en el pogo para filmar.



Te escuché decir en una entrevista que le habías pedido al fotógrafo que piense en Argento. Una combinación definitivamente heavy metal.
A mi me gusta mucho Suspiria y es una referencia ineludible. Para Diablono tenia nada que ver, pero en La H lo pensé para la estética de las entrevistas, porque si no, tenia que hacer lo clásico. Si al fondo hay cajones de cerveza y los iluminás bien, es otra cosa. Y además tuvimos que hacer trampa, porque el presupuesto no daba para ir a la casa de cada uno con todo el equipo, así que juntamos a la gente, y los filmábamos en el mismo lugar. Íbamos buscando distintos fondos y armábamos puestas. Y sirvió para darle una estética propia, en lugar de que el ámbito te de la estética.

Es curioso que muchos de los personajes que aparecen en el documental, inclusive los músicos, podrían ser personajes de Diablo. Ahí noto un tono que unifica las películas.

Sí, eso me gusta. Una idea importante que había en Diablo era que no fuera una película de acá, porque tiene muchas influencias extranjeras, pero tiene una idiosincrasia bien argenta que también esta buscado.

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