El pasado miércoles 22 de abril se dio comienzo a lo que se considera el primer festival de cine on line en cuarentena del país, quizás del mundo. Bazofi comenzó como una idea de Fabio Manes y Fernando Martín Peña, creadores y conductores de Filmoteca. Temas de Cine en la TV Pública desde 2007. Con los años, este festival donde se exhibieron rarezas increíbles (todo en fílmico) se fue afianzando. En el medio Manes falleció y Peña quedó a cargo tanto del programa como del festival y de la programación de Filmoteca en vivo (donde se proyectaron películas durante los fines de semana, por lo general en Malba, en la Sociedad de Operadores Cinematográficos, en Enerc y en el último tiempo en Hasta Trilce). Así también el programa de televisión lo continuó en soledad y en los últimos dos años se sumó a las presentaciones nocturnas Roger Koza.

Pero llegó la pandemia y las ganas de Peña llevaron a organizar el festival Bazofi (o Barbizofi) de manera on line, del que se puede disfrutar ingresando al canal Bazofi On Line en Youtube. En esta apertura se exhibieron las siguientes producciones:

1. The Raid (1954) de Hugo Fregonese se transmitió a las 18:00 y fue el puntapié inicial de este nuevo ciclo. Un clásico, podríamos decir, del cine de Hollywood que retrata la guerra civil estadounidense con elementos evidentes del western: trenes, carretas, tierra y disparos. En esta película, además de apreciar el por entonces novedoso Technicolor, podemos ver la organización de una redada a cargo de los confederados (Sur) para robar y prender fuego a un pueblo yanqui (Norte). Es fascinante en esa escena, la utilización de un químico en botellas proto bombas molotov que, a diestra y siniestra, lanzan en los comercios, en el banco y en el ayuntamiento durante la revuelta. Esas explosiones y su fuego, en esos decorados y estructuras, difícilmente se puedan volver a ver en un cine como el que hoy en día se está haciendo. Sin fondos verdes ni pixeles, vemos los materiales prendiéndose fuego de verdad, con humo y furia de verdad.

Sin ánimos de llegar a hundirme más en la nostalgia absoluta, quería mencionar que Fregonose fue un director argentino que comenzó en Mendoza, continuó en Buenos Aires (ver Apenas un delincuente –está en Youtube-) y terminó filmando hits con súper estrellas en Estados Unidos, como en The Raid. Quizás fue el argentino que realmente cumplió con aquello de “triunfar en Hollywood”.

Por último, quería destacar un momento que contiene una tensión suprema: en una iglesia, ante el discurso proyanqui del cura, uno de los rebeldes confederados infiltrado no puede más con su ira al escuchar aquello y se pronuncia a los gritos y dando disparos. 

2. Además del Bazofi, Peña entremezcla en el festival lo que en las últimas semanas está trasmitiendo diariamente: Filmoteca On Line. Allí, todos los días a las 20:00, presenta un cortometraje de cualquier índole, sobre todo nacional. Pero muchas veces, con la alegría de homenajear a su amigo, exhibe copetes antiguos de filmoteca que se pueden remontar a 2007 o 2008. En este caso pudimos ver uno de los programas que Filmoteca Temas de Cine supo tener en sus primeros meses. Debido a que el canal sólo les permitía tener una hora al aire, ellos se las ingeniaron para en ese corto tiempo poder ilustrar a la teleaudiencia, de forma acotada y sencilla, acerca de algún tema del cine en particular. En este caso fue un programa dedicado a la explotation de la mano de Fabio Manes.3. Por último, a las 21:00 cerró la jornada con lo que el programador ha denominado “Retrospectiva de Films con Gente Enojadísima”. La película en cuestión fue una japonesa llamada Orochi o La Serpiente (1925), dirigida por Buntaro Futagawa. El director y escritor fue un pionero en el cine de su país y su obra es poco vista, o al menos se ha podido ver poco de él ya que sólo se conoce en DVD ésta película y un corto llamado Gyakuryū del año anterior. Se trata de una historia de samuráis que tiene lugar en el siglo XVIII en una ciudad feudal; luego de una ceremonia con jóvenes a cargo de un sensei querido, una fiesta con mucho alcohol se produce en el mismo lugar. Del jolgorio se pasa al conflicto por la ira y la embriaguez en pocos minutos. Namioka increpa a Heizaburo, el protagonista,  éste no aguanta más y comienza un forcejeo mientras los otros jóvenes y el sensei intentan separarlos. Todos se pusieron del lado de Namioka porque éste es aristócrata y no quieren tener problemas con él y su familia. Por lo tanto Heizaburo termina siendo el culpable del pleito y Namie, la hija del sensei, a quien él adora, lo empieza a ignorar. De aquí en más comienza una historia donde el amor, las pasiones, las lealtades y la pertenencia de clase se entrecruzan dando como resultado un melodrama japonés que podríamos aventurarnos en decir que, influido por los movimientos de cámara y la edición de Kanamori Bansho, sienta las bases para lo que más tarde sería moneda corriente en el cine de samuráis.

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