Será poco fino, pero resultaría un esnobismo buscarle título elegante a una crítica sobre Esto es el fin, una película brusca, violenta en su forma de entender la amistad y frontal en su forma de ver la vida, o mejor dicho, de ver la muerte. Porque el eje de Esto es el fin es obviamente la muerte y la (im)posibilidad de redimirse ante una vida egoísta y egocentrista. Los protagonistas son Seth Rogen, James Franco, Jay Baruchel, Jonah Hill y compañía, interpretándose a ellos mismos. En un contexto extraordinario (el apocalipsis), este grupo intentará sobrevivir a como dé lugar (cuando, en realidad, deben hacer exactamente lo opuesto). En un sistema de retroalimentación bastante complejo el guión, escrito por el propio Rogen junto a Evan Goldberg, juega a mostrar a los actores más como personajes que como personas, cuyas identidades están construidas alrededor de los personajes que interpretaron en el cine. En la primera escena de la película, cuando Rogen va al aeropuerto a buscar a Jay (justo merecedor del protagónico en esta película), un paparazzi le dice si “siempre piensa seguir interpretando al mismo personaje”. Escopetazo en la cabeza para Rogen, pero tan violento como preciso. Si lo pensamos, Seth siempre es el mismo personaje, y lo mismo sucede con Michael Cera, con Jonah Hill y con varios miembros más del grupo (con seguridad es Franco la mayor excepción en este aspecto). Todos ellos nos caen bien, es más, ya son más amigos que celebridades, y plastifican en esta película esa idea de que, quizás, este grupo representa una nueva manera de ejercitar el musculo de la actuación y llevarlo hacia lugares distintos. El chiste de Esto es el fin es en buena parte esta idea que armamos acerca de que ellos son en su vida diaria exactamente iguales a los personajes con interpretan. Y por ese motivo el mejor de todos los chistes es el de Michael Cera. El tierno adolescente de Superbad y de Nick and Norah es en esta supuesta realidad una especie de Sid Vicious pasado de rosca.
Ese chiste funciona justamente a partir del imaginario colectivo acerca de cómo puede ser la personalidad de Cera, ya que todos lo pensamos como un tipo muy en la línea de sus personajes. Y lo que hace Esto es el fin es justamente eso: hacerse cargo de que estos actores, a los que aprendimos a querer a través de personajes ficticios, son en realidad unos miserables. En algún punto el guión nos dice que aunque nos caigan muy bien estos tipos son una manga de miserables egocéntricos a los que les importa tres carajos todo. La trampa está en que, a pesar de eso, nos siguen cayendo de lo más bien. Es una joda en la línea del Dadaísmo (un arte que se inventó con la premisa de tomar por idiotas a los amantes del arte, y que partía de la base de decir “si vamos y ponemos un inodoro en tal museo, estos boludos van a decir que es arte”). Esto es el fin le dice a los espectadores: “miren, nosotros somos actores, la pasamos bien, estamos todo el día fumando faso, nos acostamos con quien queremos y tenemos millones de dólares para gastar en excentricidades. Sí, somos gente despreciable, pero… ¡ey! A ustedes les caemos bien y aunque hagamos una película desnudando nuestras miserias, nos van a seguir aceptando”. Y sí, da bronca, pero claro que funciona, porque uno piensa que si tiene que llegar el apocalipsis, prefiere estar tomando cerveza con Seth Rogen antes de andar viajando en una van con el John Cusack de 2012.
Por otra parte, como decía arriba, Este es el fin también tiene un costado vinculado a la redención. Aunque cueste verlo hay un halo de culpa muy importante a lo largo de la película. El hecho de que pudieran estar viviendo el Apocalipsis (Jay saca la Biblia para explicarlo), y que la salvación se de accediendo al Cielo a través de una buena acción le da a la película un tinte…raro. Llama la atención que detrás de toda esa incorrección constante, los protagonistas tengan que convertirse en buenos tipos para lograr la salvación. Es más, la conversión que atraviesan los que logran salvarse termina siendo falsa ya que no hay aprendizaje de ningún tipo. Esto queda totalmente demostrado al momento en que acceden al Cielo solamente para llevar un tren de joda que es igual (o superior) al que llevaban en la Tierra. Pero hay que entender que todo esto representa apenas un objetivo para los protagonistas de la película. Esto es el fin es un relato rupturista en tanto desarrolla un camino del héroe (esto es, dicho a la ligera, que los supuestos héroes puedan llegar del punto A al punto B sólo a través de la puesta en práctica de una enseñanza recibida), pero ese logro no reporta ningún cambio verdadero, porque es un cambio con efectos efímeros que sólo sirve como excusa para salvarles el pellejo. Hay un desorden ideológico tan enorme, una anarquía de ideas tan evidente y un amor por el descontrol tan pleno, que convierte a esta película agresiva e irrespetuosa en una de las obras maestras del 2013.
Una cosa más: Danny Mc Bride es uno de los actores más valiosos de su generación. Mc Bride es, en medio del caos de Esto es el fin, el más honesto de todos los protagonistas, y lo es porque no oculta su aversión por el género humano, su misantropía evidente y su egoísmo desproporcionado. Es el único actor de la comedia americana actual que puede ser tan pasional. Tiene una aspereza que, irónicamente, en vez de alejarlo lo termina haciendo cercano. Es por lejos el mayor triunfo de la película, un actor que continúa haciendo el mismo personaje que interpreta en Eastbound and Down o en Your Highness: un tipo tan repelente como fascinante. Y puede ser que Mc Bride no sea el compañero ideal con el que sobrevivir encerrado en una mansión, pero sí va a ser el tipo ideal para emborracharnos. Y Esto es el fin trata a fin de cuentas sobre la ironía de entusiasmarnos con un grupo de actores egoístas que no dudaría en matarnos si eso los pudiera salvar, pero con los que igualmente nos encantaría salir de joda un sábado a la noche. Porque lo que la película nos hace entender es que el ánimo festivo pesa más que la redención, el camino al Cielo y todos esos cuentitos que ya nos tienen un poco saturados.
Aquí pueden leer un texto de Santiago Martínez Cartier y otro de Marcos Vieytes sobre esta película.
Este es el fin (This is the End, EUA, 2013) de Seth Rogen y Evan Goldberg, con Seth Rogen, James Franco, Jay Baruchel, Jonah Hill, Craig Robinson, Danny McBride, Emma Watson, Michael Cera, 106’.
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