1.No hay historia. O sí, pero está puesta en un escenario de suspensión. La primera imagen de Historia universal (Baca, 2023) es la de un hombre subido a una zorra que sobre una línea de ferrocarril recorre un paisaje dominado por torres de energía eléctrica. Un paisaje desolado, silencioso. La sensación de avance que implica el movimiento, se vuelve ilusoria: el paisaje no se modifica, se mantiene en el aplanamiento granuloso que otorga el blanco y negro. Prima la sensación de que no hay dónde ir. El hombre de la zorra lleva en sus manos una filmadora: la apunta hacia el espacio como un arma, pero hacia atrás y hacia adelante solo parece haber una vía (el camino volviéndose objeto en sí mismo), igual hacia un lado y otro.
2.En algún momento, ese hombre revela su nombre. General Treagan dice (la sonoridad parece remitir a un ex presidente norteamericano). Ha muerto en julio del año 2053, agrega. Su cerebro fue trasplantado al cuerpo de un hombre plateado. La ficción fantástica aparece como referencia de base, pero en Historia universal futuro y pasado se entremezclan y conviven en una fricción constante. Incluso esa fricción es ilusoria: es apenas un hilo narrativo que se tensa cada vez que esos personajes plateados desaparecen de la pantalla. Una propuesta de lectura de la película que se basa en la funcionalidad de la máquina y el uso de las imágenes captadas.
3.La cámara como captadora y recolectora de recuerdos y deseos. En el interior de la película, la cámara busca información que transmite a una central (que incluye la ironía de llamarse Shyam Di Tella). En ese movimiento adquiere un carácter más trascendente: funciona como máquina temporal. Si Treagan es capaz de viajar en el tiempo a través del recuerdo de otros y si puede “ver en sus ojos la hora exacta de su muerte”, lo que hace es convertirse en un ser atemporal. Y a través del personaje, lo que se anula es ese tiempo de acuerdo a la perspectiva con la que lo conocemos.
4.Porque, finalmente. ¿en qué tiempo transcurre Historia Universal? ¿En ese futuro prefijado por los personajes plateados? ¿En el pasado que remarcan los vagones de ferrocarril, la zorra y la cámara? ¿En el siglo pasado que denota la textura de la filmación en 8 mm o las ropas de las mujeres que aparecen en pantalla? ¿En otra antigüedad cifrada en el traje circense de la presentadora? ¿O en el presente de los limones en el árbol o de la visión por la ventana de una calle de un lugar innominado? En Historia universal se está en todos esos tiempos superpuestos y alternados, como si todo su trayecto no fuera más que el pasaje temporal de ese general que muere en el futuro para revivir en todos los pasados.
5.Pero el peso de Historia universal vuelve a estar como en otros films de Baca en el cruce de esos débiles eslabones narrativos, con la voluntad de experimentar con la forma fílmica. No se trata solamente de poner en pantalla a personajes que filman (aun cuando algunas ideas resulten inquietantes, como cuando la cámara se apoya sobre la cabeza para extraer los sueños) sino de hacer que ese procedimiento se traslade al film como experimento. Baca trabaja no solamente mezclando la forma narrativa con lo puramente experimental (desde el montaje de imágenes que no buscan una significación explícita, sino apostando al valor que tienen en sí mismas), sino que también pone en convivencia diferentes texturas. Proceso de doble intervención. Porque no se trata solo de montar una sucesión de imágenes en una secuencialidad que rompe con la noción en su sentido tradicional. Se trata de intervenir el fotograma, de imprimir en él algo que no puede registrarse con una cámara. Baca pinta, dibuja, ensaya formas que pueden pensarse –tradicionalmente- como animación. Las intersecta con imágenes que filma, pone en cuestión el estatus cinematográfico y se desplaza de los convencionalismos.
6.Historia universal es un pensamiento elaborado alrededor del cine como forma. La referencia al fílmico, al formato de 8 mm (de allí que la aparición fugaz de Paulo Pécora adquiera un sentido más profundo) implica una resistencia que se proyecta hacia el futuro (y hacia el pasado, en el tiempo sin tiempo de la película). Pero también implica recuperarlo como una forma de asomarse al mundo. El cine es una mirada (como esa que iguala lo que vemos desde la ventana con los ojos que lo ven) pero también es una puesta en imágenes de sueños. El dispositivo que transmite es también un poderoso constructor de esos sueños en imágenes (“Hipnotizada, he entregado mis memorias”, dice uno de los personajes). Al final de la historia, lo que queda en pie es que el sueño ha sido revelado. Y no se trata simplemente de la revelación sino de regresar al principio fotoquímico original y exponer así la manera en que la imagen de la mujer va tomando forma en una tira de fotogramas. El sueño repone la imagen de lo soñado y de quien lo soñó. El cine no es más que eso: un repositor de esos sueños en un film.
Historia universal (Argentina, 2023). Guion y dirección: Ernesto Baca. Fotografía: Julio Fermepin. Edición: Daniela Medina. Elenco: Pilar Boyle, Dulce Huilen Azul, Julieta Tramanzoli, Osvaldo Vigna. Duración: 64 minutos.
Si te gustó esta nota podés invitarnos un cafecito por acá: