La sinopsis es simple y trillada: Lucas (Martín Bossi), un comediante canchero-hippon que da clases de stand-up (alter ego del director involuntariamente auto paródico) y lleva una vida tranquila, se enamora, muy a su pesar, de Guadalupe (María Soledad Zamarbide), gerente de marketing de una empresa multinacional que resulta a su vez ser una de sus nuevas alumnas. Ah, sí, por una suerte de corrección política infantil, que resulta irrisoria, el profesor no se permite salir con la alumna -ambos adultos conscientes y maduros- hasta que ella abandona el curso. En fin, cuando finalmente se forma la pareja, ella comienza a invadir todos los aspectos de la vida del protagonista, incluyendo el virtual. Así es como, de un día para otro, Lucas comienza a gestionar cuentas de Facebook y Twitter, y hasta un teléfono celular propio (¡terror de todo artista indie!). La convocatoria a sus shows aumenta, la relación con sus amigos artistas (“El Club del Sótano”) se deteriora y su personalidad se empieza a desdibujar hasta las últimas consecuencias…
En esta batalla épica entre dos mundos, el de la tecnología y el de los valores antiguos, lo nuevo contra lo viejo, la vanguardia contra la reacción, el foco del director está puesto en la relación disfuncional que ambos protagonistas intentan sostener por meros caprichos infantiles. Relación cuyas etapas finales se viven exclusivamente de forma virtual y mediática, una relación que pasa a ser de dominio público hasta una despersonalización que termina por disolverla. Una relación que se vuelve mito y tendencia, no por sus aciertos sino por sus errores. Una relación que termina por ser sólo una ilusión colectiva.
Así expuesto, el argumento parece sólido (y a decir verdad hay mucho jugo que extraerle) y sumado a que técnicamente, en lo que a fotografía y cámara se refiere, no está nada mal (vaya uno a saber si esto es mérito de Tamer o de Federico Finkielstain, que figura como codirector), pareciera que la película tiene sus chances de salir airosa de todo este extraño menjunje. Sin embargo, no lo hace. De nuevo, el foco del director (o los directores, aunque la autoría la reclama Tamer desde la ficha técnica) está puesto en el infantilismo -que ellos parecen no considerar tal- con el que los personajes se relacionan entre sí y con su entorno. Sus reacciones e interacciones con el mundo que los rodea se vuelven cada vez más inconsistentes a medida que avanzan los minutos, y el estatismo fílmico que por momentos pone como foco a los endebles personajes que los actores encarnan con esfuerzo no ayuda a disfrazar sus falencias, sino que las exhibe para generar un sentimiento en el espectador que se acerca más que nada a la incomodidad.
Si bien es cierto que Un amor en tiempos de selfies tiene un par de pasajes refrescantes (como la interacción del personaje de Bossi con la mujer-estatua viviente y el momento en que ese mismo personaje se da cuenta de lo efímero de las modas y lo fatuo de la fama al ver un programa sensacionalista de televisión, momento que a su vez nos recuerda que la película podría haber sido otra cosa si tan solo hubiera mirado de reojo la crítica voraz al rol de los medios de comunicación en la sociedad contemporánea y la fina línea que existe entre la realidad y la ficción que expone Fincher en Gone Girl), la poca química general y un guión pretencioso, que parece un rejunte absurdo de chistes burdos y expresiones coloquiales que suenan porteñamente cool, hacen que cada encuadre se vuelva más insufrible que el siguiente. Diálogos plagados de incorrecciones políticas, sexistas e inocentemente discriminadoras, y un discurso ideológico “profundo” sobre el arte y la vida sumamente cuestionable son la frutilla del postre.
Así es como Un amor en tiempos de selfies se vuelve la película misántropa que pretende ser pero por las razones equivocadas, ya que termina siendo un reflejo distorsionado de la realidad, observada por un hombre que no parece tener sus principios en orden y a su vez los hace flamear en un estandarte; una película sobre y desde la mediocridad humana, desde sus más bajos instintos y sus convenciones legitimadas más cuestionables. Una comedia fallida, porque para esta gente el pesimismo pesa más que el amor.
Un amor en tiempos de selfies (Argentina, 2014), de Emilio Tamer, c/Martín Bossi, María Soledad Zamarbide, Manuel Wirzt, Roberto Carnaghi, 116′.
Si te gustó esta nota podés invitarnos un cafecito por acá:
Que poronga tu crítica, querido. No captaste nada al verlo ya que sólo te distanciaste como todo crítico insufrible que, creyéndose superior intenta descalificar todo lo que encuentra
Muy Buen Comentario. Excelente laPeli, Muy Buenas interpretaciones de Todos los Actores muy Muy Bueno el Guíon y la Dirección.
Si fuera Yanky dirian que es Espectacula. Malditos Idiotas.
A mi me gusto. Y que? Mi opinión vale menos que la del boludo q critíca? A veces depositamos demasiada confianza en gente de renombre que , empapados en esa fama, no logran retomar el camino de sus inicios, convirtiéndose consciente e intencionalmente en cretinos. Como si eso fuera lo que una placa es para un oficial.
Comedia dramática; mezcla de sentimientos profundos, con apariencias estériles. Te va llevando en un viaje donde uno quiere que triunfe lo que todos anhelamos:
El amor.
Termina como discurso político.
En un final peor que la nada… En la decepción.
La acabo de ver y me.gustó. Pregunto: ¿Soy el único que cree que al final muere Lucas?
Justo estoy hablando de eso con mi hermana. Yo no me había dado cuenta de eso, pero ella me decía que para ella todo lo que sucede al final desde el momento en que él la encuentra está en la imaginación de él (o algo por el estilo).
Para mi se empastilla y muere .
Lo lamento por el perro.
La pelicula me gusta, es distinta.
Ami me gusto la pelicula y me molesta los comentarios negativos , los actores y toda la gente que vuelca su arte para contar una historia que nos puede o mo gustar ponen todo su empeño y esfuerzo para brindar lo.mejor de si, y que alguen que no hace mas que hablar descalifique o califique es símplemente un idiota , gracias por hacer una partesita de la vida de alguien, muy linda historia …
Muy de acuerdo con la crítica. Por suerte la vi por Odeón, por lo que no tuve que pagar la entrda y pude pasar de largo algunas partes insufribles. La fotografía está muy bien, algunas secuencias (la forma en que se cuenta como un video se viraliza), también. Zafan algunas actuaciones (no la del protagonista, precisamente, que está recontra pasado de tono). Lo demás, un espanto. Para televisión podría ser pasable
En mi sincera opinión; la terminé de ver porque me gusta Zamarbide. Pero igual se me hizo eterna.
Aunque técnicamente es hermosa. Desde el comienzo se nota pretenciosa como el personaje de Bossi, al echar al alumno de su clase. Sucede todo lo predecible, pero la conclusion tarda y es más pretenciosa que toda la obra intentando ser surreal.
Me llama la atención que cuando la editaron no se dieron cuenta que no era funcional la historia y menos para 2 horas.
Me parece un rejunte de temas que desembocaron en nada.
Una decepción enorme, porque le puse fichas.
Que desagradable esta critica y sus comentarios afines. Realmente como artista y espectadora de arte, me da tristeza que haya un ser que use el rol de critico de este modo. Sin amor por el arte en tanto creacion , objeto y contemplacion, sin amor por los otros. Lo unico que me parece que esta escrito desde la mediocridad es tu comentario . Desde la mediocridad que provoca la frutstracion de no realizar que debes tener y que te lleva a ser mas que un critico un destructor , osea un Rial del arte. Que triste ni eso bien Pobre.
Me gusto la fotografia el libreto al principio te atrapa pero ese final termina siendo una película de drama pero sin final feliz, muy decepcionante como termina matándose con unas pastillas y en su imaginación se ve con ella. El bum mediático fue catastrófico. Debió tener otro desenlace diferente.
La masculinidad retratada desde una óptica nefasta. Lleno de lugares comunes. Los chistes son para personas que aún hoy se ríen con hiperhumor.
La película me encantó. El final re triste. Es absolutamente distinta. Y pienso si esa crítica hubiera sido más justa( porque se nota envidia entre líneas) el éxito de la peli hubiera sido espectacular