tumblr_nc4tycl4T91qm7fcfo1_500Pier Paolo Pasolini fue un pensador; dicho adjetivo es el que mejor resume su obra, la cual incluye un vasto universo cinematográfico como director, la apuesta a una prosa seca y contundente desde su novela Teorema llevada también al celuloide, ensayos, poesía y teoría cinematográfica. Una obra atravesada por un profundo compromiso político en donde marxismo y catolicismo conviven orgánicamente. Desde la cámara, su estilo se caracterizó por una constante búsqueda artística a través de la forma; la herencia del neorrealismo, la revisión de mitos occidentales, las problemáticas sociales, el fascismo como herencia y el microfascismo enquistado socialmente, fueron la materia prima de sus inquietudes.

Abel Ferrara, a partir de su último trabajo, Pasolini, tuvo la oportunidad de transitarlo desde nuestra contemporaneidad; pero no solo la desaprovechó, fue más allá: lo utilizó como figura, y desde su aspecto más amarillista. Si bien hasta hoy día lo que se posee son solo hipótesis sobre quien o quienes fueron sus ejecutores – la causa se reabrió hace poco para volver a cerrarse-, las dos versiones más resonadas son la del asesinato homofóbico y la del asesinato político: él  molestaba en ambos aspectos, e inclusive sobre el final de la película se vinculan ambas versiones – la primera en función de la segunda -, pero con especial énfasis en la escena de la trágica golpiza con motivación homofóbica; las razones políticas como posibilidad son solo aludidas a modo de tímidas pinceladas.

Por lo tanto, Ferrara se decide por la versión que más suele inclinar la balanza de la taquilla hacia números favorables. Los aspectos en los cuales se redunda son los de su vida individual, con especial eje en su homosexualidad. La inminencia de su muerte, y su muerte misma, se encuentran presentes todo el tiempo – de hecho, el trabajo se centra en sus últimas horas -; mientras que el legado artístico y político del gran pensador es el gran ausente de la película: se lo relega a la mención, a la insuficiencia del lenguaje.

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En este último sentido, con intención de equilibrar su propuesta, Ferrara incluye ciertos  pasajes con entrevistas de ficción que remiten a las reales, en las cuales el mismo protagonista habla sobre su pensamiento. Textos como: “Los que rechazan el placer de escandalizarse son moralistas” brindan una breve y contundente referencia a una sociedad capturada por sus  componentes morales, condenándola a la decadencia, pero desde un recurso pensado en función de la inmediatez efectista. La frase no hace honor a la forma de la película: lo relevante es el “escándalo” y no la dimensión ética que encierra la citada referencia.

Otra oportunidad desperdiciada es el momento en el cual enuncia que “la narrativa, como bien saben, ha muerto”. Pasolini no centraba sus relatos en los aspectos narrativos. Pero Ferrara, lejos de plantear una propuesta centrada en el estilo en donde la narración lineal por lo menos pueda ser pensada, vuelve a utilizar el texto como recurso aislado. Lo mismo con el momento en el cual, con la posibilidad de trabajar la decadencia de Roma a partir de un tratamiento de la imagen que ponga en trance el plano general de la mostración habitual del imperio, sintetiza la idea – otra vez a partir de la palabra – aludiendo a que “Roma está terminada”.

1426968542680Teniendo en cuenta el conjunto descripto, resultan débiles, insuficientes, los inserts que plantean una zona virtual con eje en quien fuera su actor fetiche, el Nineto Dávoli de hoy compartiendo tales escenas con el actor Ricardo Scamarcio, que encarna al Dávoli de entonces.

Pero uno de los momentos que más deja en evidencia las intenciones de Ferrara, es aquel en que le comunican la trágica noticia a la madre de Pier Paolo: un plano secuencia acompaña al cuerpo encargado de enterarla del hecho; inmediatamente la cámara semisubjetiva se independiza del mismo, clavándose como cámara objetiva sobre el rostro de la madre – que se encuentra en la cama – durante largos y tortuosos segundos: una posibilidad para que el espectador se interrogue sobre ciertos usos naturalizados del primer plano».

Pasolini, la última película de Abel Ferrara, presente para abrir el 29º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Pasolini, el que espera su película, ausente.

Pasolini (Francia/Bégica/Italia, 2014), de Abel Ferrara, c/Willem Dafoe, Ninetto Davoli, María de Medeiros, Ricardo Scamarcio, Adriana Asti, 86′.

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