Zombieland: Tiro de Gracia es la secuela de Zombieland (2009), en la cual, como se imaginarán, Estados Unidos sufre repentinamente una infección que convierte a la mayoría de la población en zombies. En esa película se establecía que era la primera vez que la humanidad se enfrentaba a ese conflicto y la comedia residía en la cotidianeidad (no tan bien lograda como en Shaun of the Dead de Edgar Wright, del 2004), ya que cualquiera podía ser atacado en las formas más diversas, tanto en un club de strippers como en un baño, y siempre estaba al alcance de la mano matar o morir en la lucha con esos monstruos. Para sobrevivir, su protagonista, Columbus (Jesse Eisenberg), tenía un número de reglas que seguía al pie de la letra, todas presentadas en pantalla en un estilo que en su momento se sintió fresco y que le decía al espectador “así se ven las de zombies en el siglo XXI”. En su camino a través del país conocía a Tallahassee (Woody Harrelson), Wichita (Emma Stone) y Little Rock (Abigail Breslin), todos llamados así por su lugar de procedencia, quienes se transformaban en su familia en este mundo postapocalíptico tan solitario.

Su segunda parte llega diez años tarde, con la obligación de traer algo distinto a la mesa de un subgénero ya saturado, pero se siente inclusive anterior a su antecesora y termina siendo un producto (porque esto no puede llamarse cine) que está lejos de brindar entretenimiento.

Apenas un minuto después de empezar la película, ya se puede sentir lo inferior que es. Ahora las letras en color blanco, que en la primera servían exclusivamente para ilustrar las reglas y se caracterizaban por tener una fuente bastante simple, se apoderan de la pantalla y ocupan mayor cantidad de espacio, tiempo y hasta esfuerzo de producción, ya que tienen muchísima más animación y una gran variedad de fuentes y colores. Me atrevo a especular que gran parte del presupuesto (alrededor de 42 millones de dólares) debe haberse invertido en la única ganadora del Oscar del elenco, Emma Stone, y en este elemento que pasó de ser simpático e instructivo a molesto y burdo. Lo destaco en primer lugar porque es con lo primero que se nos bombardea y fue el primer disgusto de tantos.

Encontramos a los mismos personajes viviendo en la Casa Blanca y los vemos pasar sus días entre los excéntricos regalos acumulados por todos los presidentes que pasaron por allí. Todo sucede porque sí, porque el guion parece haberse escrito en base a secuencias “graciosas” y guiños que solo las personas que vieron Zombieland recientemente podrán entender, y a las que después trataron de amalgamar con una historia que se parece bastante a la anterior, desde el inicio en cámara lenta y el tema de Metallica de fondo.

Esta vida idílica se ve interrumpida por el capricho adolescente de Little Rock de salir a explorar el mundo y conocer gente de su edad; se escapa con un chico hippie, Berkeley, que se opone al uso de armas y el resto se ve obligado a salir de esa comodidad para rescatarla. ¿Hippies en el 2019? Sí, y ese no es el único estereotipo con patas. El alivio cómico en el que más se apoya Zombieland: Tiro de gracia es en una chica llamada Madison que parece sacada de un crossover de ¿Y dónde están las rubias? (2004) y Chicas pesadas (2004). Un personaje que pertenece a películas de esa época y desentona con el panorama actual; los chistes se basan en maltratarla porque es hueca, rubia y solo usa ropa rosada. En un momento pensé que esto podía ser porque el mundo se quedó varado en los tempranos 2000, pero es darles demasiado crédito a los escritores.

La historia avanza y se nos presenta lo que pareciera ser una amenaza tan grande que puede costarle la vida a nuestros héroes: una nueva raza de infectados tan fuerte y peligrosa que fue nombrada T- 800. De manera increíble, este dato resulta prácticamente irrelevante y ni siquiera sirve para regalarnos escenas de acción donde la sangre nos salpique, o momentos en los que nos tensionemos porque puede ser el final de los protagonistas. Los letales zombies nunca representan una verdadera amenaza, ni siquiera en el clímax de la película, donde estas versiones putrefactas de Terminator son derrotadas de la forma más simplona imaginable. Da todo lo mismo y se pierde el tiempo en cualquier cosa menos en lo que el espectador quiere ver, zombies.

Calificación: 2/10

Zombieland: Tiro de gracia (Zombieland: Double Trap, Estados Unidos, 2019). Dirección: Ruben Fleischer. Guion: Dave Callaham, Rhett Reese, Paul Wernick. Fotografía: Chung-hoon Chung. Montaje: Chris Patterson, Dirk Westervelt. Elenco: Jesse Eisenberg, Emma Stone, Woody Harrelson, Abigail Breslin, Zoey Deutch, Rosario Dawson, Luke Wilson. Duración: 99 minutos.

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