Por Luciano Alonso.
¿Cuándo dejamos que el cine de Hollywood se vuelva tan realista? A ver si nos entendemos: si quiero ver un documental, veo un documental. Si quiero ver una película de ficción, no quiero ver la angustia y la tristeza representadas de manera que no pueda distinguir si es representación o realidad. A menos que sea un poco sádico, claro. Y no lo soy.
Estimado Tom Hanks, ya entendimos que sos un actorazo de la puta madre, no hacía falta que nos pongas esas caras tan convincentes de sufrimiento y angustia. A ver si nos entendemos: esas caras son tan convincentes, pero tan convincentes, que ya no estoy tan seguro de quién está sufriendo, si la persona o el personaje. Lo que quiero decir es que hay ciertos modos de representación, que tienen un límite que es mejor no cruzar. Si uno va al teatro y ve a un fulano que imita o representa la farsa del llanto, digamos que el arte sublima la tragedia y es lícito disfrutar del espectáculo. Pero si el actor está sufriendo de verdad, ya no hay arte. En su lugar, tendríamos una escena bastante ominosa.
Capitán Phillips abusa del recurso del verosímil de manera innecesaria. El argumento, la historia que cuenta, no necesita tanto realismo. Yo entiendo que a veces el realismo opera como un llamado de atención, el shock que pueden causar en el espectador ciertas imágenes, a veces tienen un sentido o una finalidad que vehiculiza ideologías. Pero no es el caso. Y, si la intención era esa, está mal planteada, mal resuelta. Lo que quiero decir es que si Capitán Phillips fuera una película abiertamente política, si estuviera intentando poner de relieve las diferencias de clases y la hecatombe sociocultural y económica de Somalía, acaso las imágenes shockeantes estarían justificadas. Pero no es eso lo que tenemos acá. De hecho, el director se abstiene de hacer política. En su lugar, realiza una película que, con sus especificidades y originalidades, en realidad no hace más que reproducir cierto modelo de larga trayectoria. Ese modelo de relato, esa historia que cuenta Capitán Phillips, no necesita que veamos a Tom Hanks sufriendo. Entonces, ¿la película está malograda por su actuación?
En realidad, no. Lo que sucede es que, en algún momento, dejamos que el cine de Hollywood se vuelva cada vez más realista -en el peor sentido- y creo que ese error es mucho más grande y antiguo que esta película. Así que, en el fondo, no es culpa de nadie. Simplemente es una película que suscribe a esa tendencia del “golpe bajo” que no me interesa y me aburre. De hecho, a mucha gente le encanta ese recurso, prefieren modos de representación más directos, más explícitos, más toscos. Yo prefiero las metáforas.
Entonces. ¿No me gustó Capitán Phillips? Bueno, en realidad sí me gustó, pero con salvedades. La cosa es así: en su periplo, el capitán Phillips (Tom Hanks), tiene que atravesar con su enorme barco (y toda su tripulación) peligrosos mares en los que se corre el riesgo de ser asaltados por piratas. Y, efectivamente, eso es lo que sucede. Digamos que gran parte de la película relata esa situación y cómo se las ingenian los marineros de Phillips para sobrevivir a ella. Hasta aquí, la película me gusta. Me gustan las historias de piratas y mares embravecidos… la soledad del mar, el aislamiento, el abandono de la civilización… a veces siento que las mejores historias que transcurren en alta mar, en realidad transcurren en otro mundo.
En fin, me parece muy bien cómo Capitán Phillips relata la rutina, la cotidianidad, la irrupción del conflicto en esa rutina. Incluso me gustan las escenas de “conflictos gremiales”, ya que todos son marinos mercantes y no están preparados para lo que les está pasando. Todo eso está perfecto. Pero después, el capitán Phillips es tomado como rehén y a partir de allí tenemos otra película, que me interesa mucho menos y que, seamos sinceros, tiene mucho menos atractivo que el de las historias de piratas. Es decir, mientras el barco fue asaltado por piratas, todo lo que sucedía o dejaba de suceder, era competencia de los involucrados. Una vez que el Capitán Phillips es tomado como rehén, la cuestión se vuelve un asunto de Estado. Por ende, se vuelve un asunto mediático, intervienen las autoridades navales y militares, y todo camina hacia “Terroristas vs. Norteamericanos: La venganza fatal”. Creo que ya la vi, sí. Es una en la que ganan los buenos.
Aquí pueden leer un texto de Emiliano Oviedo sobre esta película.
Capitán Phillips (EUA, 2013), de Paul Greengrass, c/Tom Hanks, Mahat M. Ali, Barkhad Abdi, Barkhad Abdirahman, Faysal Ahmed,Michael Chernus,Catherine Keener, 134′.
En fin, me parece muy bien cómo Capitán Phillips relata la rutina, la cotidianidad, la irrupción del conflicto en esa rutina. Incluso me gustan las escenas de “conflictos gremiales”, ya que todos son marinos mercantes y no están preparados para lo que les está pasando. Todo eso está perfecto. Pero después, el capitán Phillips es tomado como rehén y a partir de allí tenemos otra película, que me interesa mucho menos y que, seamos sinceros, tiene mucho menos atractivo que el de las historias de piratas. Es decir, mientras el barco fue asaltado por piratas, todo lo que sucedía o dejaba de suceder, era competencia de los involucrados. Una vez que el Capitán Phillips es tomado como rehén, la cuestión se vuelve un asunto de Estado. Por ende, se vuelve un asunto mediático, intervienen las autoridades navales y militares, y todo camina hacia “Terroristas vs. Norteamericanos: La venganza fatal”. Creo que ya la vi, sí. Es una en la que ganan los buenos.
Aquí pueden leer un texto de Emiliano Oviedo sobre esta película.
Capitán Phillips (EUA, 2013), de Paul Greengrass, c/Tom Hanks, Mahat M. Ali, Barkhad Abdi, Barkhad Abdirahman, Faysal Ahmed,Michael Chernus,Catherine Keener, 134′.
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