El fracking es una técnica de perforación del suelo que permite aumentar la extracción de gas y petróleo, y que emplea en su realización productos químicos con efectos tóxicos para el suelo y las napas de agua. El documental de la realizadora canadiense Chanda Chevannes, Unfractured (2017), en Competencia en la Sección de largometrajes Internacionales en el Festival de cine Ambiental (FINCA), se propone acercarnos a esa realidad.

La película intercala el registro observacional con fragmentos de voz en off de la protagonista, poniendo en contexto ciertos hechos, y sigue durante el periodo de un año -desde el 2013 al 2014- la lucha de la activista ambiental Sandra Steingraiber. Sandra es bióloga, está casada con Jeff, un escultor, y es madre de dos hijos en edad escolar. Luego de sufrir directamente las consecuencias del fracking y sobrevivir a un cáncer de vejiga -su esposo también padece cierta clase de cáncer-, Sandra decide involucrarse en el tema.

Durante el documental vamos viendo su transformación, desde sus primeras intervenciones, en debates intelectuales junto a otros académicos en universidades, a pasar a ponerle cuerpo en su militancia cuando viaja a Rumania para solidarizarse con la causa de una pequeña comunidad rural contra la multinacional Chevron, y luego el regreso a su comunidad con más fuerza para encarar la lucha. De esta manera, junto a los vecinos de su aldea en la zona del Lago Seneca perteneciente al Condado de Nueva York, bloquean la entrada de los camiones de la compañía Crestwood. Por dicha acción Sandra y otros activistas son encerrados en la cárcel durante 15 días, hecho que no la doblega para continuar su activismo cuando salga de prisión.

De este modo el título del documental, cuya traducción sería “sin fracturas”, hace referencia no solo a la militancia contra este proceso de extracción que fractura el suelo de manera dañina para el medio ambiente y la salud de la población, sino también a la entereza con que Sandra encara la lucha contra el fracking, resistiendo en pie y persistiendo pese a los obstáculos y desilusiones.

Vinculado a esta fortaleza de Sandra, puede verse que en muchas de sus participaciones como activista luce un tapado o campera de color azul, siendo este color el que la identifique. Este color no sólo simboliza el agua, esa que el fracking pone en peligro, sino que el color azul también representa lo racional y, en este sentido, la posibilidad de una actitud heroica, que avanza sin temor y sin derrumbarse por los sentimientos en la lucha contra las corporaciones, y en última instancia contra un sistema cuyo único interés es generar capital sin miramiento alguno por el daño que sus métodos ocasionan al conjunto de la población.

Lo interesante es que aunque la lucha contra las multinacionales petroleras sea cruel y mucha, la de Sandra y su equipo, no fue sido en vano porque en diciembre de 2017 la corte de Nueva York prohibió el fracking en ese estado.

De esta manera, Sandra se revela como un referente inspirador para comenzar a involucrarse en la lucha por temas que muchas veces ignoramos porque quedan lejos y no afectan a las grandes urbes directamente, pero que atañen a nuestro futuro como sociedad y como planeta y también para no temerle a las grandes corporaciones o a los intereses de los grandes grupos pos económicos cuando se trate de velar por nuestros derechos básicos como ciudadanos.

Unfractured, muestra que cada día, a nuestro alrededor, hay héroes de carne y hueso que no tienen poderes especiales, sino simplemente una actitud ética decidida.

Acá puede verse la entrevista realizada por Carla Leonardi a Chanda Chevannes y Victoria Solano.

Unfractured (Estados Unidos, 2017). Dirección: Chanda Chevannes. Duración: 91 minutos.

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