No tengo muy en claro de dónde salió Snyder. Durante los  ́90 dirigió algunos videos olvidables (Rod Stewart, ZZ Top, Soul Asylum, Morrissey, Peter Murphy) y casi nada más. Así que, como de la nada, en 2004 apareció con la remake de Dawn of the dead (El amanecer de los muertos), la obra maestra de George Romero, quizás su mejor película y, sin duda, la mejor de la saga de los muertos.

El trabajo de Znyder no estaba nada mal: bien filmada, con solvencia narrativa, concisa, entretenida y fiel a la original. Es cierto que es una versión y mucho del trabajo ya estaba hecho, pero sabemos las porquerías que se hacen con buenas películas, así que por qué no darle algo de mérito a Zack. Como sea, viéndola de nuevo, sin duda no se vislumbraba lo que vendría después.

Y lo que vendría después, y que se extiende hasta Army of the dead, su última atrocidad, está todo en 300, su segunda película: musculosos pectorales aceitados, acción hiperanabolizada, filonazismo, fascismo, homoerotismo, grandilocuencia, exaltación de la guerra como rito de iniciación masculino, cristianismo, mesianismo, y más. Así pasaron los espartanos nazis, los Watchmen mesiánicos aburridos (hay que tener talento para aburrir con Watchmen), hasta llegar a Superman. Acá, en su salsa como nunca, Snyder se despacha con una especie de nuevo testamento en el que Superman es el mesías (algo que ya estaba en el personaje original pero nunca expuesto tan burdamente), el Cristo en la cruz que se sacrifica por nosotros, los pecadores, no sin antes destruir absolutamente todo a su paso. Y son casi tres películas soporíferas lo que le lleva decirnos esto, porque después vinieron Batman vs. Superman y Liga de la justicia, la que abandonó casi al comienzo por una tragedia familiar y luego terminó Joss Whedon; y luego a Snyder no le gustó, y luego hizo el Snyder Cut que dura 4 hs. O sea que no solamente las películas son un bodrio sino que todo alrededor también.

Como sea, llegamos a Army of the dead, el regreso de Zack, directamente para Netflix. Esto que viene ahora, lo escribí en la mitad de las dos horas y media que dura la película.

Zack Snyder es el peor tipo de mal director: el que cree que es un buen director y tiene algo para decir. Y este tipo de director nunca jamás tienen algo para decir, excepto el Mensaje, porque es cristiano científico (no sé bien lo que es eso, pero suena paradójico) y tiene que salvarnos porque tenemos que ser salvados.

Ahora, con esta porquería de Army of the dead, Snyder vuelve a los zombies pero de la peor manera. Todo lo que estaba bien en El amanecer… acá está mal. El ritmo es reemplazado por la cámara lenta; “el menos es más” acá es el “mucho más es muchísimo menos” y, algo de nuestra época, el “hombre común” deja su lugar al grupo de desplazados/perdedores/héroes de manual, sospechosamente heterogéneo: está la lesbiana haciendo el «trabajo de un hombre» a la que todos le dicen que lo que hace es un trabajo de hombre y ella responde que ya no es un trabajo de hombre; el mexicano y la mexicana y la otra mexicana; el negro pectoraloso y, liderando el grupo, Dave Bautista, que no sabemos con qué lo alimentaron de chico o qué experimento falló, pero sí sabemos qué no es: La Roca. Lo que antes se decía con el guión o el montaje, hoy se dice con el casting.

Después está, por supuesto, el hombre blanco: uno es el alemán, experto en cajas fuertes y comic relief, y dos más: el violador y el garca. Me detengo acá para dar un ejemplo de por qué Army of the dead es una película fascista. A poco de empezada la película, el grupo decide, unilateralmente, sacrificar al violador (que no sabemos si lo es, simplemente es desagradable y ellos lo afirman) para que los zombies no los lastimen. Nadie dice nada, nadie lo cuestiona: simplemente se lo dan de comer a los monstruos. Hasta ahora, todo es Snyder de manual: gritos, cuerpos “perfectos” bajo el sol, diálogos banales dichos como si importara y los personajes más desangelados imaginables.

Con esfuerzo, terminé la película.

Tiene muchas cosas malas y creo que nada bueno. Pero lo peor no son las escenas con cámara lenta en 360°, ni las interminables balas saliendo de pistolas en cámara lenta apuntando a ningún lado en cámara lenta, ni los personajes haciendo casi todo en cámara lenta; tampoco la ensalada de gustos y sabores del pésimo casting o las ridículas decisiones que toman los personajes, contrarias no solamente al sentido común, sino a la autopreservación (¿por qué no te subís al helicóptero y después mirás a tu hija con amor de padre?). No son lo peor las fracturas expuestas a rolete o los litros de sangre y vísceras y cabezas que no me molestaría si no fueran una porquería, como el “homenaje” a Indiana Jones y La muerte le sienta bien; o los covers de CCR o Elvis. Podría ser el primer plano del feto zombie en la mano del rey zombie, lo más nefasto e innecesario que vi en mucho tiempo, y que es directamente para agarrar a Snyder y prohibirle acercarse a una cámara o a un productor. No. Lo peor de todo es que el hijo de puta decidió terminar la película con “Zombie” de The Cranberries. ¿Por qué no conservaste la minúscula dignidad que te quedaba, Zack?

Army of the Dead (Estados Unidos 2021). Dirección: Zack Snyder. Guion: Zack Snyder, Shay Hatten, Joby Harold. Fotografía: Zack Synder. Música: Junkie XL. Reparto: Dave Bautista, Ella Purnell, Ana de la Reguera, Theo Rossi, Huma Qureshi, Omari Hardwick, Hiroyuki Sanada, Garret Dillahunt, Raúl Castillo, Nora Arnezeder, Matthias Schweighöfer, Samantha Jo, Richard Cetrone. Duración: 148 minutos.

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