«Todo el tiempo que te dedicas a recuperar lo que te han quitado, pierdes más.»
Cormac McCarthy
Russell Baze (Christian Bale) es un trabajador siderúrgico que vive con su hermano menor Rodney (Casey Affleck), un ex combatiente de la guerra de Irak regresado de su último servicio, en un pueblo acerero de los Estados Unidos inmerso en el lento colapso de la industria pesada. Russell es abnegado en su trabajo y en el cuidado de un padre moribundo, al tiempo que atiende los excesos de su hermano. Rodney vive el calvario de su propia vida como ex soldado, sin contención material ni psicológica, subsistiendo a través de apuestas y luchas clandestinas.
La ley del más fuerte es un drama familiar con algunos elementos propios del thriller, así que una vez presentados sus personajes, el director Scott Cooper (Loco corazón) comienza a mover las piezas. Con tomas de fábricas, torres y columnas de humo, se construye una atmósfera de desolación, con calles vacías y hombres dispersos. En esta película sobre la hombría, sólo hay hombres y la mujer aparece como una figura subyugada o como un trofeo en disputa. La visión que da Cooper de USA da cuenta de una creciente decadencia material e ideológica definida desde un punto de vista generacional. Padre e hijos, mayor y menor, vivirán a su vez el desamparo y la soledad de una vida que se extingue junto a su fuente de trabajo. Ambos hermanos se enfrentan a una cotidianeidad que cuestiona inexorablemente su hombría.
Austero y recto, Russell trata de sostener la vieja premisa de trabajo como sostén de la dignidad humana, pero ya sin la convicción que tuvo antaño su padre. Agonizante luego de una vida dejada en el trabajo, el viejo no puede ni costear el tratamiento de su enfermedad, y Rodney, por su parte, como niño y joven soldado al mismo tiempo, vuelve a casa con las manos manchadas de sangre. Fue parte de esa realidad que ahora le repele y de la que se siente ajeno. Rodney se formó a la fuerza y para la fuerza, por lo que trata de hacer lo único que sabe hacer, dar y recibir golpes. No hay trabajo posible para él.
Como par de opuestos aparecen un violento y primitivo organizador de peleas, interpretado por Woody Harrelson, al que todos temen y se doblegan, y un sheriff (Forest Whitaker) que vive envuelto y escondido tras la burocracia de la institución y confiesa que «ha perdido el fuego». En el inicio Harrelson aparece maltratando a una mujer y poniendo en evidencia que es un agente externo al mundo presentado, cuyo accionar no está contemplado dentro de las normas sociales ni de las legales, por lo que para encontrarlo, ya sea para tratar con él como para enfrentarlo, será necesario salirse de esas normas. Por ello, cuando Rodney elija hacer su último combate clandestino en las afueras del pueblo, entremezclado en un ajuste de cuentas, su destino trágico estará marcado por el hecho de estar en el lugar equivocado, junto al hombre equivocado.
La institución policial solo subsiste como aparato «normalizador» de un Estado que se descompone y empieza a regirse por un código de carácter primitivo: la ley del más fuerte. Cuando Russell exija respuestas al sheriff descubrirá que está solo, que deberá hallar justicia por sus propios medios. La cacería, antes elemento de distracción o pasatiempo, cobra ahora un nuevo sentido. En un despacho tenuemente iluminado, con la mirada extraviada pero altivo, podemos ver a Russell sereno y expectante como un cazador.
El plano final, que es a su vez un plano iniciático, una suerte de homenaje a El padrino, muestra la transformación de un hombre que intentó hacer lo correcto. La ley del más fuerte se erige así como un retrato despiadado y oscuro del interior de Estados Unidos que, acompañado de una excelente banda sonora en manos de Pearl Jam y una fotografía hostil y cruda que fagocita a sus personajes, ofrece la versión más dura y melancólica del triste devenir de sus vidas.
Aquí puede leerse un texto de Hernán Gómez sobre la misma película.
La ley del mas fuerte (Out of the furnace, EUA/Inglaterra, 2013), de Scott Cooper, c/Christian Bale, Casey Affleck, Zoe Saldana, Sam Shepard, Woody Harrelson, Forest Whitaker, 116′.
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Forrest Whitaker no dice que perdió el fuego, sino que entre él y Zoé Saldaña no hay pasión. Y no vive tras una burocracia, sino que no tiene jurisdicción en donde vive Harrelson y que a la policía dex ese lugar le va a resultar difícil encontrar pruebas.