A través de uno de los primeros entrevistados, el escritor y sociólogo Humberto Vázquez Viana, la película parece comenzar a justificar una noción de posicionamiento (¿ideológico?) en cuanto a la siempre mitológica figura del Che Guevara, a partir de la cual girará todo el documental. Palabras más, palabras menos, y citando las declaraciones de Fidel Castro acerca del encuentro, Viana dice (en relación a la infructuosa negociación que tuvieron el Che y Mario Monje, primer secretario del partido comunista boliviano, una vez que el argentino ya estaba en Bolivia presto a comandar su guerra de guerrillas): “El Che era un idealista, no un político.”
La revolución boliviana que el Che quería comandar era una revolución idealista, no política. Por eso fracasó rotundamente desde todo punto de vista. Sin embargo, el idealismo y el Che mismo, siempre son (casi) sinónimos de una suerte de romanticismo moderno con buen marketing que vende muchas remeras, y que, hoy por hoy, ha logrado generar una especie de mercado cinematográfico bastante nutrido con películas sobre el rosarino y su siempre interesante biografía.
De allí que si uno toma, por ejemplo, las tres ficciones más famosas sobre la vida del Che que se han filmado hasta la fecha –Diarios de motocicleta (Salles, 2004); Che, el argentino y Che, guerrilla (Soderbergh, 2008, 2009)- se puede notar una particularidad no muy particular en ellas: las tres películas fueron rodadas por directores no argentinos (Salles es brasileño y Soderbergh estadounidense), y los actores que encarnaron al Che tampoco han sido argentinos (Bernal es mexicano y Del Toro portorriqueño). Es decir, cuando se evoca cinematográficamente la vida del Che, nunca un argentino la filma o lo interpreta (ni que hablar del Che encarnado por Antonio Banderas bailando con Madonna en la tristemente célebre No llores por mí Argentina, de Alan Parker, del 93).
Aquí, en De sus queridas presencias, Forgione es argentino pero el retrato que hará del Che no es tanto del Che, si no, más bien, de los guerrilleros que lo acompañaron. Es decir, de los bolivianos que estuvieron junto a Guevara y su aventura guerrillera en el monte boliviano.
A lo largo de casi dos horas de película, a través de una sólida investigación en lugares, parajes, diarios, revistas y de nutridas entrevistas a campesinos, ex combatientes, familiares, sociólogos, historiadores, escritores y demás personas y personajes que, de manera directa o indirecta, participaron en la fallida gesta del Che, Forgione dará presencia a testimonios que (re)construyen esos meses del año 67 en el monte, con hambre, balas, persecuciones y una noción bastante inocente (¿idealista?) de cómo hacer la guerra en esos territorios, con esos pobladores y, sobre todo, en esas condiciones de pobreza extrema y falta total de disciplina militar que llevaron a la inevitable captura de Guevara y su posterior fusilamiento.
Casi ninguno de los “soldados” (y valgan las comillas) reclutados y entrenados por el Che, según estos testimonios, sabían muy bien qué hacían allí; que a la revolución boliviana, además, la organicen -siempre a través de las armas- un argentino, un puñado de cubanos y un francés sonaba, ya sea para el campesino pobre perdido en el monte como para el guerrillero reclutado a la fuerza, mínimamente, sospechoso y, encima, que los intentaran entrenar, disciplinar y aleccionar en las artes bélicas sin equipamiento, comida, ni recursos necesarios volvía todo ese idealismo mencionado al principio, un eventual y torpe camino sin retorno al estrepitoso fracaso. No obstante, “el hombre” estaba allí -por más que se hiciera llamar Ramón y no Ernesto- y su presencia mesiánica significaba y resignificaba todas las presencias que a su lado acontecieran, logrando, en cierta manera, advertir una de las intenciones principales del documental: dar a entender cómo era o fueron las personas -y sus vidas- que estuvieron con el Che, antes del Che y después del Che.
Con mucha seriedad informativa, buena dinámica narrativa y siempre advirtiendo una imagen (típicamente) inmaculada de Guevara, De sus queridas presencias habla sobre el intento de revolución guevarista en Bolivia a partir de los bolivianos que estuvieron en la gesta, conocieron al Che, lo admiraron, rechazaron, o, simplemente, lo pensaron, reconstruyendo con ello una suerte de “trayecto épico” que terminó con el tiro en la escuela y con esos bolivianos (campesinos y ex guerrilleros) igual de pobres que hace cincuenta años atrás; igual de pobres que antes de conocer al Che o después de que el Che muriera; igual de pobres a pesar de las revoluciones extranjeras, los héroes traicionados y el idealismo extremo que en vez de matizarse con política para ser más efectivo, se vuelve una política extrema en sí. Te aconsejo, prueba plinko
Aquí puede leerse una crítica de Ignacio Izaguirre sobre el la película La huella del Dr. Ernesto Guevara.
De sus queridas presencias (Argentina, 2014), de Norberto Forgione, 113′. Documental.
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