Por Nuria Silva

Gore just wanna have fun. Este debe ser uno de los pocos casos en los que el título local mejora el título original. Cacería macabra ciertamente suena mejor de lo que sonaría Sos el que sigue, pero paradójicamente lo que sugiere va en detrimento del espíritu de la película que, aunque a grandes pinceladas macabra, es deliberadamente mucho más lúdica y graciosa. O bien podría decir que la película, claramente dividida en dos mitades, se presenta macabra durante su primera parte y festiva en la segunda.
Wingard y Barrett, director y guionista, (Las crónicas delmiedo 1 y 2, The ABC’s of Death) son muy sagaces a la hora de desarrollar una y otra mitad, sabiendo exactamente dónde y cuándo ubicar al espectador -en términos de subjetividad narrativa- para lograrlo. Al comienzo padecemos la claustrofobia de los protagonistas y la amenaza externa indefinible, con claros climas carpenterianos que se acentúan en los recursos musicales, para luego pasar a ser cómplices no solo de la situación, sino de la autoconsciencia de la película que empieza a remitir más al Wes Craven de Scream fusionado con el Sam Raimi de Evil Dead. Por esto mismo es probable que al principio algunas líneas de diálogo y los registros actorales resulten más ridículos que cómicos, pero pronto todo empieza a cobrar sentido y es cuestión de entregarse al juego. Sin hacer de la puesta en escena un pastiche plagado de referencias directas, el barroquismo reposa en la simple idea de un cine que se construye cual matrioska.

Los Davison, una familia numerosa y adinerada, se reúnen para celebrar el aniversario de los padres, Paul y Aubrey, interpretados por Rob Moran (Loco por Mary, Irene, yo y mi otro yo, Amor ciego) y Barbara Crampton (Doble de cuerpo, Re-Animator, The Lords of Salem), dos actores íntimamente ligados a la comedia y el terror clase B, estableciendo así el matrimonio de géneros al que asistiremos. Tienen cuatro hijos que se presentan con sus respectivas parejas, y que darán testimonio de lo que está fallado internamente. Surgen las rivalidades, los pases de factura, y la tensión familiar va en crescendo hasta explotar en un ataque desde el exterior de la casa rodeada por un oscuro bosque, cuando un grupo incierto de extraños disfrazados con máscaras de animales empiezan a ballestear a los asistentes. Este crescendo de la acción, edificado sobre un montaje métrico, empieza a virar gradualmente del nerviosismo o de la angustia al disparate, y la dosificación del gore es clave para que la película no tire toda la carne al asador de una y demuestre que lo explícito es siempre mucho menos aterrador que lo implícito.


Cuando ya comprendimos el entramado del relato y somos conocedores de lo que realmente está ocurriendo, desaparece el suspenso generado por lo desconocido pero entra el esparcimiento y la risa junto con la sangre en exceso, que incluye una muerte que es Raimi a la enésima potencia, en manos de una heroína que podría entenderse como una versión femenina del ‘Ash’ de Bruce Campbell. Hacía mucho tiempo que no me divertía tanto viendo el desarrollo de un personaje heroico dentro de una película de terror, que al terminar de conformarse obtiene su bien merecido plano que pasará a ser de esas imágenes de culto del cine de terror clase B.

Cacería macabra (You’re Next, EUA, 2011), de Adam Wingard, c/ Sharni Vinson, Nicholas Tucci, Wendy Glenn, AJ Bowen, Joe Swanberg, Barbara Crampton, 94’.

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