Atención: Se revelan datos importantes del argumento y la resolución de los distintos episodios.
Gustavo Gros: ¿Cómo andás? ¿Viste Relatos salvajes?
Marcos Vieytes: La vi ayer, me aburrí, hasta ahora no tuve ganas de pensar algo sobre ella. ¿Vos?
GG: Yo la ví ayer también y me sacó de quicio. No porque sea «buena» o «mala», sino por esa canchereada de creerse más inteligente que el público que va a verla. Lo que más me chocó de la película es su inconsistencia estética, su cobardía a partir de esa inconsistencia; el tipo tiene una visión de las personas bien particular: son todas unas mierdas. No importa la clase social o el género, el jardinero es igual de mierda que el padre del chico; y lo expresa con una crueldad y crudeza absoluta. Sin embargo, apenas se pone «serio» en esta visión, intenta descomprimir con un «humor negro» berreta, onda “no se tomen tan en serio al gordo cagándote el auto, o tómenselo como algo gracioso más que patético”.
MV: Lo único que ligeramente me estimula es la posibilidad de compararlas con las películas italianas en episodios porque esas películas, con su mezcla de apariencia realista y discurso sociopolítico más o menos explícito, me parece el más claro antecedente de esto. Un par de diferencias que se me ocurren de inmediato: en varias de aquellas, como en Los monstruos, el grotesco era evidente, a menudo por la vía de las actuaciones, y ponía una distancia mayor con la realidad que en ésta, cuyo costumbrismo no consigue ser satisfactoriamente distanciado por el referente de los géneros estadounidenses. La otra es que aquellas corrían a la realidad por izquierda, a menudo moralista pero por una izquierda no pocas veces comunista, y éstas desde una moral lisa y llanamente pequeño burguesa. Una tercera, podían ser verdaderamente oscuros. Con Relatos salvajes sentí que estaba viendo una ficción de Telefé en pantalla grande: aire de cartón piedra, propuesta progre, diálogos de papel.
GG: Szifrón siempre vendió comedias ligeras matizadas con un supuesto «humor inteligente», pero que no dejaban de ser comedias familiares. Acá el tipo se pone oscuro y cuando más oscuridad alcanza, recula y quiere volver a «lo cómico» como sea. Por eso los diálogos son de papel, extraídos de una traducción mexicana de película de Hollywood (que el personaje siniestro de Cortese hable del FBI para dar un ejemplo de autopsia es un buen/mal ejemplo de ello) que tiende a descomprimir lo que la historia misma comprime.
MV: Ese problema está instalado desde el vamos por el «salvajismo» invocado desde el título; una declaración como esa compromete mucho a la película, que no está a la altura. Ni la escatología ensucia; a la película no le da ni para cagar en serio.
GG: Eso es lo que quizás me jodió tanto: «lo trucha» que es la película, lo traicionera.
MV: Ése es el término: «trucha», pero ¿le da el piné a una película trucha para ser una película traicionera? Para mí es una estafa de poca monta, un engaño de verdulero con el peso, un vuelto mal dado. Para mí sería más traicionera la caja de resonancia: Cannes, los medios, aunque ya sabemos desde hace mucho que su lógica es la de la publicidad, y también es cierto que la película no es una película sino una publicidad.
GG: Le da el piné por todo lo que la rodea y rodeó: se habla de «la película del año», vino de Cannes con todas las pompas, los medios y la publicidad alrededor de ella son desbordantes. Creo que le da por eso, por el armado alrededor.
MV: Lo de Cannes me tiene podrido, lo organizan entrenadores de animales marinos y asisten focas amaestradas. Relatos salvajes es nuestro primer gran mainstream: mucho alrededor de nada. Ni las de Campanella están así de vacías.
GG: Mucho alrededor de nada, y la película traiciona esa nada truchándola: esa es la petulancia de Szifrón que no me banco. El tipo sabe que está vendiendo espejitos de colores y se caga en la gente que los compra, onda «problema tuyo si los comprás».
MV: Vos decís que no se hace cargo de esa nada, ¿y si cree que hay algo profundo ahí?
GG: Bueno ¡ahí está mi conflicto! Para mí no, no cree una mierda que haya algo profundo ahí: el tipo sabe que te vende un producto fallido pero te lo vende como lo más de lo más y, si después no anda, es problema tuyo que no lo supiste hacer andar, no de él que te vendió una mierda. El tipo sabe vender muy bien. Y acá vendió pura nada sabiendo que, bien vendida, la compran de a millones. Ayer en el cine había una mina que se descalabraba de la risa con la película y su novio, medio a la fuerza, también. Siento que ambos se reían porque si no lo hacían se sentían medio pelotudos.
MV: Me hiciste pensar en los reproches de Huston/Eastwood a su productor Spiegel/Dzunsza en Cazador blanco cazador negro cuando le dice “vos no vas a entender lo sagrado porque sólo sos un vendedor de alfombras”. Acá Szifrón sería el director/productor/vendedor de alfombras, el mercader de truchadas al que no le da ni para ser lo políticamente incorrecto que fue Eastwood en esa escena, aún trabajando en el seno de la industria, cuando confronta las concepciones católicas y judías de uno y otro personaje. Porque a esta película no le da ni para ser materia de discusión política. Había oído mucho sobre el «fascismo» del episodio de Darín, y yo creo que es más simpático que nefasto, con la simpatía garca/pícara constitutiva de Darín, campanelliana por Campanella pero también por los Campanelli. Hasta esa explosión está pensada para que no tenga víctimas fatales. Esa es una buena metáfora de la película. Es inconsecuente, salvo para la carrera comercial de Szifrón; pero no tiene nada interesante para decir del país y, contrario a lo que yo creía, tampoco tiene mucho para decir del cine lo filme acá o afuera, porque tiene todo para ser un director global.
GG: Al margen de lo de Szifrón, está bueno que se hable mucho de una película nacional. Con lo de Eastwood diste en la tecla: Clint es uno de los tipos más inteligentes que hay para «vender» una película que sea cinéfila y pochoclera al mismo tiempo. El tipo es muy inteligente para plantear sus concepciones políticas justo en esta juntura. Szifrón no. Szifrón vende humo de principio a fin sabiendo, además, que vende humo. Lo de Darín que decís es así… pero además, el final: la esposa ¿se reconcilia con él después de que se vuelve una suerte de ídolo nacional anarco? O el final de la boda, donde terminan garchando los dos personajes después de haberse arruinado la vida en una noche. Szifrón tira la piedra y esconde la mano rápido. La de Sbaraglia y ese «abrazo» final de los dos esqueletos calcinados.
MV: Mencionás un punto clave: la reconciliación; en realidad, falsa reconciliación que conserva y prolonga el statu quo. Yo lo había notado en el último episodio, que al estar al final tiene un peso simbólico mayor, no en los otros dos casos, pero ¿y en el par que no aparece? Ahora se me ocurre que en los otros dos es un dato previo, el jardinero y la familia de Martínez se llevan bárbaro, Cortese y Julieta también, y las víctimas son sacrificiales, no políticas. Además, Julieta y el hijo del tipo asesinado terminan juntos en el plano. Es la negación de la diferencia y del antagonismo vital.
GG: Y el detalle de que el «padre» del chico quiere ser político (le muestra su afiche en una tablet). En el de Oscar Martinez, fiscal, abogado, madre, padre, jardinero y esposo de la víctima son iguales… el único que parece arrepentido es el chico, justamente el asesino. Por eso te digo que no es «inocente», está muy bien pensada esa «nada» que vende Szifrón encapsulada en relato progre o como se le quiera llamar. De hecho, cuando en la boda la novia comienza a insultar al tipo en la terraza le dice que va a botonear los negociados del padre; es decir, hasta la familia del pibe es una mierda, pero todo se perdona en esa boda.
MV: Y se perdona en el nombre del sexo, que aquí no cumple un rol libertario sino el de la anulación de las diferencias, que es la anulación del otro en pro de la unidad social inmóvil y reaccionaria, porque no es colectiva, sino individualista (aunque sea de a dos).
GG: Lo que no entiendo mucho, sinceramente, es lo del médico mexicano que ahí aparece… si eso fue un guiño de algo o no.
MV: Si es mexicano puede ser un guiño al mexicano de Los simuladores que preguntaba «¿no hay un piquito para mí?».
GG: Me parece que era mexicano o de esos lares por el acento… En eso que mencionás de la «unidad reaccionaria», ese relato comienza con la familia de la novia, calculo que “rusa”, hablando sobre la inseguridad. No sé si el tipo quiere hacer una suerte de ironía de la ironía, pero todo le queda muy confuso, incluyendo el judaísmo del cual pretende ironizar todo el tiempo….
MV: Esa criminalización del exterior sería ironizada por lo que pasa en la boda, pero como el resultado de la boda es la re-unión se anula la ironía.
GG: Intenta usar la «ironía» para tapar o disimular o descomprimir una visión de clase, de clase de persona al menos. Si vas a ironizar, no anules después esa ironía. Además, la música de Santaolalla… ese mismo acorde del charango progre que le hace ganar Oscars todo el tiempo.
MV: Ahí es donde yo veo torpeza, creo que el tipo se engaña incluso a sí mismo, que es el peor de los engaños y el más peligroso si querés; creo que supone estar satirizando desde un punto de vista certero, «socialista», cuando solo esgrime un discurso moralista, pero quizás soy yo que me resisto a adjudicarle maquiavelismo, no tanto por indulgencia sino por incredulidad.
GG: Esa es justamente mi desconfianza… porque anula la ironía justo cuando está más presente que nunca. Él mismo la anula y no sé si es por torpeza o intención (yo sí creo en ese maquiavelismo). Es como la decoración de la casa de Martinez, con esas figuras horribles saliendo de las paredes construyendo la ironía –Cohn-Duprat mediante- de esa clase alta argentina snob; sin embargo, el jardinero pidiendo que le compre un departamento en Mar de Ajó es lo mismo. Lo que me saca de Szifrón es que, siendo tan preciso en su puesta, me cuesta pensar en torpezas. Es decir, soy un convencido de ese maquiavelismo; por eso me parece una película traicionera. De hecho, el personaje de Darín se termina llamando «Bombita» y todos lo idolatran por ser «Bombita», justo el mismo nombre que el personaje de Capusotto.
MV: ¿Cómo sería eso?
GG: La empresa contratada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le saca el auto y el laburo a Darín. Ponerle bombas a la empresa de autos es ponerle bombas al gobierno de la Ciudad. Y el personaje pasa a llamarse, justamente, «Bombita», igual que «Bombita Rodríguez», el protagonista de la parodia de Capusotto a los montoneros. Luego, en uno de los mails y tuits que le mandaban a Bombita, le decían que le ponga una bomba a la AFIP, y ahí vuelve a anular la ironía jugándola con lo anarco…
MV: … pero la propuesta de ataque a la AFIP jugaría como signo compensatorio nacional del ataque a una dependencia del gobierno de la Ciudad.
GG: Exacto, primero la cosa va contra Macri pero después contra el gobierno nacional… además de que la empresa de grúas es privada y corrupta. Todo lo que el tipo chicanea, al toque lo «des-chicanea», y no me molesta mayormente que crea que la esencia de las personas al margen de su status social, político y/o ideológico sea una mierda; me choca que hace esta propuesta y al rato la anula o disimula con humor o con lo que sea.
MV: La cobardía discursiva, la corrección política de ese cálculo. Yo creo que para él esos personajes y situaciones son sólo juguetes imaginarios, y jugar con juguetes es fácil.
GG: Es que tiene mucha precisión. De hecho, una de las constantes es la relación entre padres e hijos… porque el avión en la primera historia le cae encima a los padres de Pastenarck. Después, en la de Rita Cortese, el padre muere acuchillado y el hijo se intoxica por un atentado contra él. Darín es un padre ausente y no llega con la torta a la de su hija; en el de Oscar Martínez están los padres sobreprotectores, y el jardinero también es padre; y los padres de las parejas en la boda. Los padres son una mierda, por ende los hijos también lo son o deberían serlo… perooooo, ¡el humor! Entonces Martínez termina siendo «víctima» de los zánganos que lo quieren estafar… (y le suma la histeria judía familiar clásica de todo director judío que tiene que dar el guiño a la comunidad). No me opongo mucho a la extirpación de los problemas familiares, siempre y cuando cobren un cierto tinte universal. La verdad, no me importa saber los conflictos de Szifrón con sus padres: que vaya al psicólogo. En todo caso, acá la universalidad que hace Szifrón es que los padres son una mierda, incluyendo a Bombita, perooooooo… al final la hija le trae la torta: es decir, anula lo anulado.
MV: Nada escapa a la esfera de lo familiar, pero desde una perspectiva infantil o, más que infantil, pueril.
GG: Y las familias son una mierda. Pasternack, según el psicólogo que gritaba en el avión, tuvo una vida cagada por culpa de sus padres.
MV: “Las familias son una mierda, pero en el fondo nos queremos», podría ser un eslogan de Los Campanelli.
GG: Insisto en que no creo en las torpezas de Szifrón; al contrario, está todo calculado.
MV: Entonces coincidimos en que lo calcula todo, pero lo que pasa es que a mí ese tipo de pretensiones me parecen extremadamente impotentes.
GG: Creo que es una película calculada milimétricamente para que personajes que pudieran ser «transgresores» (de lo que sea) a través de su supuesto salvajismo, se terminen transformando en «impotentes» de su propia mentira (esa transgresión).
MV: Me parece que no hay «transformación» alguna porque el salvajismo siempre fue supuesto, como vos bien decís; hay reacción, que es otra cosa ¿no? O explosión, pero que no cambia nada (teniendo el surrealismo a mano -¡por Dios!- que hizo de las explosiones al menos un absurdo liberador, cuando no revolucionario).
GG: Sí, hay brote, está esa cosa de «sacarse la cadena», pero al final siempre algo lo compensa. Los novios de la boda terminan como empezaron, celebrando su amor.
MV: Se sacan la cadena, pero nunca la careta. ¿No hay, entre otras cosas, la negación del tránsito social?
GG: A Szifrón siempre le faltó calle, mucha, y por eso no creo que sepa cómo articular estos ascensos o descensos: el jardinero especula y rapiña del dinero igual que el abogado. Los diferencia la educación (¿clase?) pero no la esencia. El gordo y Sbaraglia son lo mismo. Sus autos terminan igual en el río y ellos abrazados sin rostros: siendo huesos iguales. Cortese se va en cana, pero el zángano al que acuchilló muere. Bombita es el único que parece «sufrir» un cierto ascenso: su esposa e hija lo perdonan y en la sociedad es un ídolo después de haber sido ninguneado hasta por su propio abogado. De hecho, al principio mete a «todos» en un mismo avión y los nivela a todos bajo un mismo concepto: «misma mierda con diferente olor».
MV: El avión quizás sea la síntesis de este sistema cerrado que es la película: un vehículo cuyo movimiento no lleva a ninguna parte porque queda congelado, se estrelle o no.
GG: Tal cual, la truchada propiamente dicha: presumo pero no consumo (de consumar, no de consumir), doy a entender pero no profundizo, tiro la piedra y escondo la mano.
Aquí puede leerse un texto de Marcos Rodríguez, uno de Gabriela López Zubiría, uno de Gustavo F. Gros, otro de Marcos Rodríguez, uno de Ignacio Izaguirre, uno de Pablo Ventura y el relato de la conferencia de prensa de Luciano Alonso sobre la misma película.
Relatos salvajes (Argentina, 2014), de Damián Szifrón, c/Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia, Erica Rivas, Darío Grandinetti, Julieta Zylberberg, Oscar Martínez, Rita Cortese, María Onetto, Nancy Dupláa, Osmar Nuñez, 122′.
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Brillante, muchachos. Finalmente termino de cerrar -gracias a ustedes y a las críticas de Ojos abiertos- mi idea sobre la película. Durante la proyección me divertí pero salí del cine frustrado. Después de pensarla un poco me di cuenta que era una mierda sin cojones. Y creo que esa falta de huevos es un artilugio para vender más y no un caretaje de hombre sin esquina ni pasión. Szifrón es un mercachifle.
Qué lo parió! Qué elocuencia, pero sobre todo… qué argumentación!!! Pocas veces vista.
Bueno, un comentario muy aburrido que se hace dificil leerlo completo, sobretodo cuando en las primeras lineas te das cuenta que estos tipos quieren ver su pelicula y no la que la pantalla ofrece. Parece incluso, que podrían haber escrito lo mismo sin ver la pelicula. Un diálogo prejuicioso y muy desacertado.
Coincido. Es uno de los pensamientos que se me ocurren, sin convocarlos, por la simple lectura.
No solo prejuicioso, es ante todo un diálogo que chorrea resentimiento.
Acá cito un fragmento que no tiene desperdicio:
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GG: Eso es lo que quizás me jodió tanto: “lo trucha” que es la película, lo traicionera.
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MV: Ése es el término: “trucha”, pero ¿le da el piné a una película trucha para ser una película traicionera? Para mí es una estafa de poca monta, un engaño de verdulero con el peso, un vuelto mal dado. Para mí sería más traicionera la caja de resonancia: Cannes, los medios, aunque ya sabemos desde hace mucho que su lógica es la de la publicidad, y también es cierto que la película no es una película sino una publicidad.
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GG: Le da el piné por todo lo que la rodea y rodeó: se habla de “la película del año”, vino de Cannes con todas las pompas, los medios y la publicidad alrededor de ella son desbordantes. Creo que le da por eso, por el armado alrededor.
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MV: Lo de Cannes me tiene podrido, lo organizan entrenadores de animales marinos y asisten focas amaestradas. Relatos salvajes es nuestro primer gran mainstream: mucho alrededor de nada. Ni las de Campanella están así de vacías.
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GG: Mucho alrededor de nada, y la película traiciona esa nada truchándola: esa es la petulancia de Szifrón que no me banco. El tipo sabe que está vendiendo espejitos de colores y se caga en la gente que los compra, onda “problema tuyo si los comprás”.
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MV: Vos decís que no se hace cargo de esa nada, ¿y si cree que hay algo profundo ahí?
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GG: Bueno ¡ahí está mi conflicto! Para mí no, no cree una mierda que haya algo profundo ahí: el tipo sabe que te vende un producto fallido pero te lo vende como lo más de lo más y, si después no anda, es problema tuyo que no lo supiste hacer andar, no de él que te vendió una mierda. El tipo sabe vender muy bien. Y acá vendió pura nada sabiendo que, bien vendida, la compran de a millones. Ayer en el cine había una mina que se descalabraba de la risa con la película y su novio, medio a la fuerza, también. Siento que ambos se reían porque si no lo hacían se sentían medio pelotudos.
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MV: Y (en la historia de la boda) el sexo no cumple un rol libertario sino el de la anulación de las diferencias, que es la anulación del otro en pro de la unidad social inmóvil y reaccionaria, porque no es colectiva, sino individualista (aunque sea de a dos).
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GG: Y le suma la histeria judía familiar clásica de todo director judío que tiene que dar el guiño a la comunidad.
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MV: Entonces coincidimos en que lo calcula todo, pero lo que pasa es que a mí ese tipo de pretensiones me parecen extremadamente impotentes.
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¿Szifrón es el «impotente» acá? JAJAJAJAJA Qué par de pájaros los dos…
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Por último, un comentario de Gustavo F. Gros que es Envidia en Estado Puro:
«Además, la música de Santaolalla… ese mismo acorde del charango progre que le hace ganar Oscars todo el tiempo.»
Jejeje increible
Esta nota bien podría llamarse: «Conversación entre dos onanistas»
Ctreo que se fueron de mambo…La película es eso…una película. Un hecho artístico y punto. Muy por sobre el nivel de las películas argentinas. Quién dijo que Szifrón está haciendo un análisis de la sociedad argentina? No creo que pretenda eso. El habla a través de su película….no quieran encontrar cosas raras donde no hay…Me parece que están un poco celosos
Tenés razón, estos críticos creen que Szifrón nos quiere hacer creer que quiere tumbar el sistema capitalista, y él nomás está pensando en poner todos los condimentos (Darín, Sbaraglia, Santaolalla, médico mexicano, comunidad judía, etc etc) para hacer una película con alcance internacional, funcione o no. Y le funcionó. Por ejemplo en Francia, ese detalle que tanto les molesta a Gross/Vieytes de «Gobierno de la ciudad / AFIP (Gob. nacional», y que el nombre «Bombita» coincida con el personaje de Capusotto, tiene cero relevancia. Le buscan la quinta pata al gato. Si Szifrón vende humo lo vende de manera muy digna y no con alguna berretada del tipo «Los Bañeros», poniendo culos en pantalla. No tendrá calle, «barrio», «pizza birra faso», pero no se puede negar que «Los Simuladores» por ejemplo, levantaban el nivel de la ficción en TV argentina, por más que tenía su pochoclerismo, lo cual es una cuestión de estilo de él. Szifrón es fan de Spielberg, no de la novella vague ni del neorrealismo italiano. Les ofende que un director de cine industrial argentino (o «el mejor», como dice la crítica Rodríguez) quiera ganar plata por todo el mundo haciendo películas?
Más allá de que no estoy de acuerdo en la mayoría de las cosas que expresan, creo que por un lado están haciendo lo mismo que Szifrón. No se entiende si la película no les gusto nada en serio, o solo se trata de una serie de posteos efectistas en contra, para promocionar esta página. Si es así, lo están logrando, pero son iguales al supuesto Szifrón que ustedes confeccionan: Critican al director por su contradicción ética y moral, por una película que les parece basura, pero oportunamente se sirven del viento de cola que ésta genera para sacar provecho individual.
Por otra parte, creo que sería mucho más interesante enfrentar a uno de ustedes, detractor acérrimo de la película, y a un crítico a quien le haya gustado y que la defienda. Este intercambio sería muchísimo más rico e interesante pero claro, mucho menos efectista.
Si con esta crítica mediocre, mal conjugada en algunos tramos de la conversación pretenden ser el centro de atención, tal vez lo logren muchachos. Lo que más lamento es que tengan una visión tan chata sobre un film argentino. El resto de mi opinión no merece ocupar un lugar en este post.
Es lo que hay se suele decir por ahí no?
En la saga Transformers hay diálogos mas realistas
Malísimos todos los comentarios de estos supuestos cronistas. Muchachos! Cómo van a cuestionar el argumento; lo justo o injusto de sus derivaciones…Nunca visto!!!! La película es muy buena. Las dos horas se me pasaron volando. Está muy bien hecha, gran producción y excelente sonido.Algunas excelentes actuaciones: Erica Rivas, Rita Cortese , Gentile, Mauricio Dayub- ¿Qué más se puede pedir de una película? Le pongo un 8. Y a los críticos de este pasquín un UNO.
Es lo más snob y resentido que leí sobre la peli.
Cortito y al pie: «Es lo más snob y resentido que leí sobre la peli.». Acuerdo de punta a punta con la comentarista. Pero claro, yo soy solamente un bruto que para tratar de desburrarse hizo casi dos años de cursos con Marcos y por lo visto no le alcanzó, más bien no le sirvió para nada.
Qué manera de gastar tiempo y plata…
Me dan risa por no darme lástima. Hacen a cada rato, en su crítica, lo que critican de la película. Tienen la soberbia de juzgar a un espectador que se reía («nosotros somos inteligentes y no nos reimos»). Déjense de joder. Son dos intelectualitos de café haciendo una crítica pretenciosa y desenfocada. Ven la película que uds. quieren ver, cero objetividad. Ni siquiera tienen la honestidad intelectual de reconocer las muy buenas actuaciones que hay y se les cuela el resentimiento. Qué les pasa? Son actores frustrados? Directores frutrados? O simplemente frustrados? Lamentable este posteo.
¿No fue suficiente con la sola crítica de Gros? Se siguen cavando el pozo acá, jaja! Exponen su diálogo como si fuesen Sartre y Simone de Beauvoir, esto SI que es una MIERDA en serio!. Pero claro que el rubiecito Szifrón lo calculó todo, y milimetricamente! Guionó sus relatos, los filmó prolijitos, se sirvió de la guita de la Warner y de los Almodovar, los sacó a la luz, entretuvo a las masas, destinó un montón de plata a marketing, medios, publicidad, el producto se le RE fue para arriba… y se ganó 10 minutos de aplausos en Cannes (fantasía, esta última, con la que ustedes críticos, se masturban noche tras noche). Astuto el rubiecito, astuto como un zorro. Y si pudo…¿porque no?. Aplausos para Szifrón. Con este tipo de huevada que exponen acá sigo comprobando de que ustedes, lo críticos, realmente no entienden un carajo del cine, o son ingenuos a cagarse, o extremadamente idealistas, o se creen reyes magnánimos y moralistas para pensar que el cine comienza y acaba en el inicio y final de una película, dejando de lado el antes y el después. Si Szifrón no hubiese utilizado el recurso del humor para descomprimir, ese que tanto le molesta al señor Gros, y mostrar, en cambio, salvajismo en estado puro, brutal, feroz hasta el final… la estrategia se le hace agua!! Y el tipo quizó ganar guita y aprovechó la oportunidad, bien por él. ¿Se sintieron estafados? ¿traicionados? Pobres víctimas de la industria cinematográfica! Vayan acostumbrandose. Gros sigue hablando de las «no tan acertadas» elecciones argumentales de Szifrón, cual pendejo carpichoso de segundo grado. ¿Que es lo que no te bancás Gros? ¿Qué Szifrón haya dado justo con el perfil de su público? ¿Qué ahora este sentado en su casa mientrás le llueve la guita a causa de eso? ¿Que lo haya utilizado a Santaollala, el «musicalizador ganador de oscars»? ¿Te daña la moral? ¿Insulta tu altísimo nivel intelectual? Dejá de patalear. Es pura frustación y resentimiento el de ustedes, si son de manual! Como dijo el amigo más arriba, el unico regocigo que encuentran ustedes es el de chuparse las pijas mutuamente para después publicarlo en un blog. «Pegame y decime intelectual», que país generoso.
Lamentablemente, en el caso de esta película acuerdo bastante con Federico Smt.
De Gros no leí más que la crónica que firma solo, donde le pega a Szifron y habla marginalmente de la película.
Comento acá, porque soy amigo de Marcos, lo aprecio, lo respeto como crítico, hice una punta de cursos con él sobre autores (autores que además de hacer buenas películas ganaron seguramente unos dólares o francos o euros con ellas) y me asombra por completo que participe de este diálogo que más parece una elaborada forma de destruír (casi parece un ejercicio, en serio) una película con argumentos menos que mediocres, hasta traídos de los pelos.
Por supuesto, leí esta crítica hace dos semanas, fresquita, pero esperé a ver la película para dar mi opinión.
Tal vez yo sea muy torpe para ver cine, tal que con las escenas finales del casamiento me reí mucho, más de lo que los críticos que firman consideran adecuado. Por mi parte, pienso que tiene partes absolutamente desaforadas, bien del mejor Almodóvar. Y el resto, está más que bueno: por lo que denuncia (que no es nada baladí en una película que se pretende Y ES comercial, con salas LLENAS, (mal que les pese a Gros y a Marcos) bueno, sí, LLENAS de los montones de tarados que empezamos a ver cine hace más de sesenta años y nos comemos sin protestar (ni darnos cuenta, que es lo peor) las atrocidades que perpetra Szifrón, para exclusivo beneficio de su (abultada por medios poco legítimos, según Gros) billetera. Como si Scorsese, De Palma, Truffaut, o todo el parnaso que admiran hiciera beneficencia con las ganancias de sus películas.
Comparto casi todo. Es una película tipo «target Clarín». ¿A quién no le gusta ver un poco de mierda? Copia el guión típìco yanki del ciudadano tratado injustamente que hace justicia por mano propia dejando a todo lo público en ridículo. Con la diferencia de que en esta son todos una mierda y en las yankis el héroe tiene que ser bueno, porque sinó se la censuran. Individualismo sin huevos. La mención de la AFIP es de una cobardía sin par. Además no hay película que banque dos vómitos.
Es casi imposible responder un comentario así… la gente vomita cuando se siente en situación apretada. Es un reflejo vagal. Lo «público»? Lo «público» son las grúas que te levantan el auto sin que medie un cartel de advertencia! O la boleta de ABL o los embotellamientos. Hay alguna otra percepción de «lo público» para el hombre común? Cuando pide factura y le ofrecen croissants o vigilantes… en la cara y con una sonrisa? No seas pelotudo.
Me faltó algo: en nuestro país hace tiempo que se entroniza a los «héroes» que hacen justicia por mano propia, y es totalmente razonable que esa misma gente que los entroniza sean quienes piden que también le ponga una bomba a la AFIP. O qué carajo son los cacerolazos? Tal como los chorros le festejan el cumpleaños…. y la mujer y la hija: ahora Bombita es el héroe. Resulta tan difícil de entender? O es populista?
Nunca voy a suscribir esta forma de ver la coincidencia entre dos personas, pero sí da la impresión de que «se han descubierto como almas gemelas a la hora de ver cine».
El único motivo por el cual se explica y justifica una publicación sobre cine es porque quienes escriben en ella tienen algo más de experiencia o kilometraje de pantalla, por lo tanto una mayor dedicación y como consecuencia, se supone que una visión más afinada.
Más experiencia, más afinada… ¿que quiénes?
Los que leemos esas publicaciones buscamos en ellas orientación frente al hecho concreto de ver u omitir tal o cual película, precisamente porque tenemos que elegir: no podemos ver cinco cintas por semana.
También, más en general, buscamos seguir aumentando nuestros elementos y perspectivas de juicio sobre lo que vemos.
En el decurso de leer crítica de cine, uno va encontrando que coincide con la perspectiva de algunos críticos o comentaristas, y no tanto (incluso llegando a nada) con otros.
Cuando uno de esos que se sigue y «se escucha» se manda un desbarre de proporciones, lo único que cabe es quedar atónito. Y entender que el hombre no hace más que hacer honor al nombre que le puso a la página.
No deja de ser una sorpresa desagradable, una sentada de culo, que le dicen.
Aporte (desde esta misma página) para que se entienda (ahora de manos de uno que escribe mejor que yo, y además en calma) de qué hablo cuando hablo de buscar referencias, de buscar nuevas perspectivas para entender cine.
El link es http://hacerselacritica.com/ante-la-ley-por-manuel-obligado/
La parte de ese texto que rescato para esta ¿polémica? es
Una última observación: hay biografías sobre nuestros muertos que revelan que el autor no se ha satisfecho con la muerte biológica del biografiado e intenta más muerte para su hombre, tal vez la definitiva. Es desgraciado. Es sobre todo una estafa para con las previsiones del lector, es renunciar estúpidamente a su amistad ofreciéndole un libro cuyo rencor y aversión lo vuelven de inmediato olvidable.
Algo parecido me pasó con Hacerse la…
Marcelo, ¿vos sos también el Marcelo del 09/07/2014 A LAS 19:53 ?
Jaja menos mal que Marcos Vieytes es tu amigo y lo aprecias…
Al margen de eso celebro que argumentes con dedicación tus ideas.
Uno de los mejores gagas de la saga, sino el mejor.
Marcos Vieytes
Me gustó mucho Hermanos y detectives, y la primera pelicula de Szifrón, «En el fondo del mar», me parece de lo mejor que se ha hecho en el país, aún sin trascender.
Relatos Salvajes es mucho de lo que se escribe aqui, mas producto de marketing que de cine en sí, de todas maneras me resulta mas triste la crítica que se hace de la película que la película en sí.
Le imponen al director pretensiones que no creo que esten en la película, mucho onanismo pseudointelectual K en las criticas del film.
Es una película pasatista con estrellas, nada mas y nada menos. Para hacer sociologia o psicología social, existen dichas ciencias, el cine no cambia nada, nunca lo hizo, es más, si la pelicula funciona en el mercado bienvenido sea.
Seguramente muchos de los que escriben aca reventando esta película, después aplauden producciones falsamente indies y bien berretas hechas con la plata de los contribuyentes para que vayan 15 giles al cine y se masturben todos juntos sintiendose re cool, re nacionales y populares, las criticas de esta pelicula son más impostadas que las supuestas pretensiones que le imponen al director.
Que Szifrón siga haciendo películas.
El fondo del mar es una de las mejores películas argentinas de los últimos 15 años.
Nos propusimos conseguir con estos textos que Szifrón no filmara nunca más en su vida y se dedicara a vender alfombras, pero sospecho que no vamos a lograrlo.
Gracias por la lectura y el comentario,
Marcos Vieytes
Marcos Vieytes, Respuesta genial! Los felicito por la crítica.
«esa canchereada de creerse más inteligente que el público que va a verla»
Esa canchereada del critico de creerse mas inteligente que el Director.
Toda critica -de arte o cualquier otra disciplina- parte de una intención muy básica y elemental, por mucho que los textos en los que toma forma pretendan adornarla; poner en evidencia ciertos mecanismos que la fruición o contemplación de la propia obra no permite dada su naturaleza. Esto es ni mas ni menos que explicitar los modos en los que determinadas intenciones artísticas -o intelectuales- son puestas en practica mediante determinados recursos propios de la disciplina en cuestión, e incluso muchas veces de otras. La mayor o menor distancia entre estas intenciones y sus posibles concreciones son el cuerpo de la critica. De ahí que la primer tarea de un critico deba ser la contextualización de la obra, lo mas alejada posible de sus impresiones personales -lo cual no excluye la subjetividad como medio de aproximación, siempre y cuando dicha subjetividad se encuentre histórica y metodológicamente emparentada o en sintonía con la subjetividad de la propia obra, acción que ya de por si requiere un ezfuerzo y un entrenamiento considerables. Los buenos críticos llegan a buenas criticas casi necesariamente habiendo revisado sus primeras impresiones sobre la obra, intentando alcanzar un grado cada vez mayor de coherencia y consistencia interna en su discurso, lo que en algunas ocasiones muy puntuales, permite incluso reconsiderar la misma obra bajo una nueva y novedosa perspectiva que la resignifica. Para todo esto se necesita honestidad y tiempo.
Todo lo que he leído en este espacio sobre esta película, me parece que carece de esta perspectiva, y sin dejar de resultar verosímil como discurso sobre la película -e incluso tal vez acertado- esta muy lejos de ser una critica seria y honesta por lo extremadamente puntual -tan pequeño como un punto- del punto de vista.
No se empeñen, un desliz lo tiene cualquiera.
Como seguidor de este espacio estoy completamente seguro de que están para mucho mas.
Cordiales saludos
Inaudito: no les alcanzó con la crítica de Gros que fue refutada por una banda de excelentes seguidores. Pocas veces se leen cosas tan interesantes y argumentos tan bien planteados. Tanto no se lo bancó Gros que le pidió a su compañero que escribieran juntos un diálogo y opinaran -libremente- sobre la película. Si les parece que Zifrón se aprovechó de la ingenuidad del público me gustaría saber cómo se llama lo que hicieron ustedes. Son de una falta de honestidad intelectual que dan pena. Saludos
la vi ayer a la pelicula, y me fui con una sensacion rara, quiza el problema es la necesidad de buscarle un sentido mas profundo del que en realidad tiene. La pelicula pasa bastante rapido, hay situaciones algo graciones, medio de humor negro, el publico riendose de situaciones escatologicas, pero nada mas. A la salida escuche alguno preguntando que mensaje habia querido dar el director, y me parece que se olvidaron de algo, es solo un cuento, mejor o peor contado, nada mas. Ni zifron ni los criticos, van a cambiar mi vision de la vida, y creo que de nadie que se considere algo inteligente.
Muy piola el marketing, bien actuada, pero la critica como si fuera plataforma politica, mepa que no va. Es demasiado, y creo es donde erran todos. Humilde opinion
Adhiero en un cien por cien al comentario de MARTIN (09/16/2014 A LAS 12:49) todos los comentarios vertidos por quienes escriben en este sitio al respecto de la pelicula «relatos salvajes» no son mas que comentarios y opiniones personales, distan una enormidad de poder ser considerada una critica. Y a proposito, sugiero urgente revisar el uso de lenguaje zoez y vulgar en sus escritos; no queda ni divertido, ni «copado» ni progre: queda ridiculo y hasta es una falta de respeto para verdaderos criticos de cine, que saben dar su opinion, favorable o desfavorable, sin faltar ni un centimetro de respeto ni a los lectores, ni a los realizadores de una produccion, cualquiera sea.
0 (cero) estrellas de 5 a Gustavo Gros y Marcos Vieytes.
Criticaría extensamente la crítica snob, pretenciosa y fallida que han escrito, pero mejor no. No es para nada difícil argumentar en contra de obras, y menos de películas. Si se quiere se puede escribir un libro entero destrozando «El Padrino», hay que conseguir al ingrato nomás. Pappo dijo: «conseguite un empleo honesto», gran frase.
Este no es nuestro empleo, Luciano, no ganamos plata haciéndolo, lo nuestro es vocación, un apostolado.
Gracias por la lectura y el comentario,
Marcos Vieytes
claro, ustedes son la inmediata traducción del tristísimo hecho de estar al pedo y ser snob.
Fui a ver esta película ayer con grandes expectativas y volví desilusionada. Por ese motivo, me puse a buscar críticas de la película en la web y me crucé con esta página. No sé qué es «incoherencia estética» ni muchos de los términos utilizados. No conozco a ninguna de las personas que escriben en esta página/blog, ni a quienes aquí comentan. No sé cuál es el término que describe a la película, pero sí encontré una o dos frases que sintetizan mi sensación: cuando se comienza a plantear, aparentemente en forma seria y profunda, una situación interesante, cruda, oscura, con taaanto jugo para sacar (la más jugosa de todas, para mí, «La Propuesta»), el director, guionista o quien sea, cambia de dirección drásticamente a un intento de comedia (a mí no me resultaron graciosos esos cambios de rumbo) medio caricaturesca y grosera, sin ningún tipo de sutileza…
Cuánto mejor habría sido, por ejemplo, que Sbaraglia, guiado por la furia y la pulsión, sin ningún tipo autocontrol, empujara el auto hacia el río, matara a su contrincante y, todavía loco y descontrolado, huyera a toda velocidad por la ruta y, un rato después, se detuviera en una estación de servicio, se sentara en una mesa, y se le transformara la cara al tomar conciencia de lo que acababa de hacer?
O que el jardinero, después de mucho debatirse (y no en 5 minutos) tomara una decisión que le cambiaría la vida (aceptar la propuesta) y se plantearan todos los ángulos de una situación sin solución: el jardinero va preso, pero nadie, nunca jamás, vuelve a dormir en paz, ni dentro ni fuera de la cárcel.
En fin, no soy escritora, ni guionista ni directora, pero de verdad lo digo, no estuve 3 días pensando esto, realmente en un «flash», casi inconscientemente, eso pensé que iba a ocurrir cuando comenzaban esas 2 historias en la pantalla. Qué desilusión! Cuántas historias en potencia desperdiciadas! Una lástima…
Pero como sintetizó mi marido: ese no era el objetivo de la película.
Pero qué cachonda es su imaginación, estimad@ Panza verde. Gracias por su fantasía,
Marcos Vieytes
¿Soy el único que piensa que el chiste de la bomba a la AFIP es un chiste A FAVOR del kirchnerismo? Que es una ironía EN CONTRA de aquellos que tanto detestan pagar impuestos?
Sí, sos el único.-
Fue una refrescante sorpresa encontrar un espacio crítico en el que sea posible leer «otra perspectiva» de «Ralatos salvajes». Desde que vi la película tuve que batallar contra la opinión unánime de que se trata de una película maravillosa, genial, estupenda, magnífica (y podrían seguir los adjetivos) y también tuve que desplegar una batería original de argumentos para demostrar que, desde mi óptica, la película es una mierda, una interminable sucesión de golpes bajos destinados a sobarle el lomo al burgués mediocre y envidioso que ve como los corruptos hacen lo que ellos no se atreven a hacer y, si no fuera gracias a esta deleznable película, ni siquiera se atreverían a expresar y mucho menos a pensar. Porque «Relatos salvajes» es eso y nada más: el vehículo del que se valen los que en lugar de crear una idea propia del mundo que desean (algo que probablemente nunca han perdido el tiempo en plantearse) se dedican a buscar en la ficción a quienes den vía a su queja, a su frustración, a su amargura. No tengo necesidad de repetir lo que dicen Gros y Vieytes, por lo que me limito a felicitarlos por permitirse ir contra la corriente usando argumentos sólidos y contundentes. Estaré atento a futuras opiniones.
Recién la vi y me movió a escribir esta crítica; y a buscar miradas alternativas como las de ustedes; se las copio:
La primera historia, (Pasternak), en que solo una venganza mortal, es la salida a la burla que ve el director a manera de prólogo de lo que va a venir.
En la historia de la ruta (El más fuerte) se re escribe el libreto del cine para la liberación. Un cine militante donde la lucha de clases se ve reflejada en una confrontación a muerte entre el rico (indiferente y prepotente ante la realidad y cobarde después) y el pobre (resentido y envidioso). Esta misma palabra le dice el rico al pobre para que no haya lugar a dudas. Todo esto en una carretera (al progreso?) y donde la única salvación posible es la aniquilación del otro.
La historia que protagoniza Ricardo Darín; (Bombita), muestra a la clase media que, hostigada (esa clase sacrificada, que paga sus impuestos blah blah…) halla también la única salida posible en romper todo cual Billy Bond en el Luna Park.
Simón (Darín que cada vez más hace de Darín) es ingeniero o sea clase media universitaria y que en un día de furia a lo “Michael Douglas” estalla como sus bombas y que desde la perspectiva ideológica del mundo acotada de Szifron (donde pobres contra ricos se enfrentan en una lucha de clases) en un estadío de moral rota, solo la violencia física es la salida.
Y Bombita es feliz solo cuando está con los “pobres” de la cárcel. Y por fin no llega tarde al cumpleaños de su hija; porque el cumpleaños es en la cárcel, donde por fin es “feliz”, es liberado, es redimido y alejado de esa sociedad problemática e injusta –que no va a cambiar- según su ex esposa Nancy Doupláa.
Él en cambio ya es un “hombre nuevo”, redimido, junto a los pobres; ahora es feliz.
La historia del restaurante (Las Ratas) de motel nocturno en un homenaje lógico a Psico donde la única salida otra vez es la muerte.
Otra vez personajes sin matices: el político es corrupto y tan malo en su vida que también es muy maleducado en la cotidianidad. Inquietante retrato de alguien “totalmente” malo.
Es la idea del “mal”, y por lo tanto “debe” morir.
Cuando un inocente (su hijo) aparece en la escena; este merece ser salvado. Pero otra vez hay “justicia” por el personaje de Rita Cortese que conoce de violencia, de armas y es un intérprete de la justicia divina. La soberbia armada. Este personaje es quien decide quien debe morir (el malo muy malo) y quién no. La clase media (Julieta Zylberberg) solo puede arrepentirse y tirar los platos para que no tomen el veneno, pero es cobarde y solo queda tendida en el piso para después disfrutar los beneficios de los que hicieron otros.
En la historia más dura y estereotipada (La propuesta) donde una mujer embarazada es atropellada (ya es risueño que para remarcar que es una muerte por demás de injusta, -injusta al cuadrado- se utilice el golpe bajo de que la mujer atropellada y abandonada estaba embarazada!)
Los malos son los ricos, son malos y son egoístas, que no dudan en “comprar” la libertad de su hijo en vez de ayudarlo a confesar y contenerlo.
Y son tan malos los ricos que le venden la culpabilidad a un pobre (que al ser pobre, según el director, también tiene que ser corto de miras). Pobre pero no tonto, dice el personaje y pide un departamentito en Mar de Ajo, contradiciendo esa afirmación. Ahí ya cargado de una aura a lo Buñel en la obra maestra Viridiana.
Por supuesto la Justicia es corrupta representada por el fiscal y el abogado defensor y en el peor de los finales, la victima indirecta (el marido de la fallecida e hijo por nacer) es vengativo y solo redime la injusticia haciendo “justicia por mano propia”.
También hay cierto aire de Viridiana en el casamiento inverosímil (Hasta que la muerte nos separe), ya desde el momento de la confesión de una infidelidad en pleno baile del vals nupcial, hasta el reencuentro “animal” de sexualidad enchastrados con pastel de bodas.
Todo esto filmado desde el lugar pseudo innovador. Ver a Bombita Darín desde la subjetiva de un cajero electrónico; o el plano congelado de un avión a punto de estrellarse; cosas que vimos en muchas ocasiones a menor costo de sufrimiento.
Miles de veces, y sin embargo inexplicablemente Szifron es elogiado como de un estilo “animal de cine”.
Demás está decir que es un cine adecuado para los tiempos que corren.
Personajes unidimensionales enfrentados y atrapados en una cosmovisión del mundo bidimensional (ricos contra pobres, malos contra buenos) como animales salvajes. Otro lamentable error comparar ya desde los títulos de inicio, el instinto animal de supervivencia con la pasión humana desatada.
Cine argentino de los 70´s hecho ahora; un documental con trazos gruesos e ideas cortas enfrascado en una ideología demodé que paradójicamente está muy de moda en otros ámbitos.
Con un discurso de lucha de clases, de leitmotivs, estigmatismo, mirada prejuiciosa y alimentada por una retórica de la simplificación en la narración.
Una película “que no parece Argentina”, creo haber escuchado. Nada más alejado, es una película profundamente argentina y actual. Creo que es la película de la década (ganada?).
Concuerdo con lo planteado entre Marcos Vieytes y Gustavo Gros. Si bien terminaron hilando muy fino, coincido en que la película es un truchada (aunque cobarde es la palabra que más se le ajusta). El capítulo inicial no pasa de ser ingenioso y con un buen remate; pero después viene el desastre (rescato la historia con Oscar Martínez, que me parece la más trabajada y honesta con sus personajes); desastre que tiene su punto más alto en el capítulo de la boda: una historia ridícula, falsamente catártica, que no llega al grotesco porque Szifrón puede mostrar sangre, pero no se anima (como lo hacía Marco Ferreri en La Gran Comilona) a filmar dos cuerpos desnudos teniendo sexo sobre una mesa llena de comida. Y ahora que lo pienso mejor: la película es una pelotudez.
Estos 2 miraron la película pensando que se trataba de un documental ? La película cuenta lo que muestra no pretende ni mas ni menos que eso.. son historias que mezclan el absurdo con la realidad llevando al espectador a momentos de tensión que se descomprimen con alguna salida de humor negro, pero parece que estos «críticos» esperaban un documental con guión dramático bajo un análisis social colectivo.
A estos los pones a ver «nueve reinas» y te van a decir que el director nos toma de tontos haciéndonos creer que una persona sin mayores facultades promedio puede armar un escenario tan profundo como para engañarnos a todos para resultar finalmente victorioso a pesar de estar toda la película bajo aparente descontrol de los resultados de sus acciones.
En fin, ya se a quienes NO leer en el futuro
Nueve reinas es una excelente película, Tomás, y El aura es mucho mejor todavía.
Gracias por la lectura, el comentario y la promesa de no volver a leernos,
Marcos Vieytes
Que tiernos que son estos críticos son tan contradictorios como lo que irónicamente critican de la película. Para ellos todo es «malo, trucho, soberbio»
Lo dicen críticos que nada más empezada la conversación dicen «hasta ahora no tuve nada para pensar de la película» y luego te enchufan un «choclo infumable» destruyendo hasta el más mínimo detalle de la película.
Habría que preguntarse mejor QUIEN es el contradictorio, malo, trucho u soberbio en este análisis
Gracias por la ternura, Mario, siempre es bienvenida.
Esta buena historia clínica junto con la exploración física conveniente nos señala el tipo de impotencia y la causa.
Wow, es el mejor «dialogo» que leí…parece sacado de 678
Que par de pájaros los dos…lamentablemente no se puede decir original.
Se ve que se Gros se sintió tan humillado en esa crítica que hizo solito a la película (o, mejor dicho, hacia la persona de Damián Szifrón) que tuvo que buscarse un cómplice igual de envidioso que él que lo apoyara.
Dicen que Szifrón tenía todo calculado… Bueno, a mi también este «debate» me huele a que está calculado, está pensado frase por frase para intentar arrastrar al olvido al director (cosa que es muy poco posible que logren).
Me impresiona (y de alguna manera casi me asquea) verlos nadando muy tranquilos en su mar de orgullo, hablando con actitud sobradora y vanidosa. Son las personas más ciegas y envidiosas que he visto en mi corta vida (16 años).
Ignacio J. César.
excelente análisis
me encantó
sali indignada del cine
Lu, te hace falta un buen orgasmo.
Te lo digo con sororidad ;)