
Lucky Luke es una película animada de una poesía que envidiarían muchísimas películas contemporáneas. Como en las grandes obras del western, el film de Morris y Goscinny tematiza la idea de la violencia como legitimadora del orden social. Ese orden se construye en base a una serie de gags diseñados desde un virtuosismo visual deudor de la época de oro del cine mudo. Contemporánea a grandes películas representativas del western crepuscular, como la saga del gran director italiano Sergio Leone con Clint Eastwood o Sol rojo (gran película de Terence Young con Alain Delon y Charles Bronson), Lucky Luke responde a ese clima de época que mira el pasado del western sin condescendencia alguna, y sin la melancolía propia de un final de época en relación al lugar que ocupó el western como género en la historia del cine.

El espíritu de la serie de Morris y Goscinny se define por un concepto satírico que deconstruye el mundo de ficción representado en el lejano oeste. Lo interesante, tanto de los cómics como de los films de dicho personaje, es la utilización de un humor por momentos sórdido que nunca perjudica la estructura narrativa. La figura de Lucky Luke encarna un orden social que tendrá a su cargo el uso legítimo de la violencia al interior de la comunidad. De este modo, el vaquero será el héroe que impartirá justicia en un territorio determinado. Frente a esa representación de la ley y el orden surgirá la representación del caos y la anarquía encarnada por la hilarante banda de losDalton. Como en muchísimos westerns clásicos, la cuestión del dinero será otra de las claves narrativas de la historia. Ese orden social delineado alrededor de la figura de autoridad del protagonista se revelará como precario cuando los Dalton irrumpan en la comunidad con la intención de enriquecerse por medio del hurto.
Lucky Luke trabaja con ironía y sutileza, a partir del gag visual, la cuestión central del western clásico: la problemática de la violencia originaria propia de la lógica del capital. En ese sentido, aporta una mirada interesante acerca del progreso, propia del western crepuscular, como contracara de los relatos tradicionales que dan cuenta de un tiempo histórico que ya no existe.

A los aciertos narrativos propios de una puesta en escena virtuosa construida a partir de un agudo sentido del humor, se le suma una notable banda de sonido compuesta por el gran músico francés Claude Bolling, lo que termina de hacer de esta versión de Lucky Luke un clásico del cine de animación que a cinco décadas de su estreno cada vez luce más joven.
Lucky Luke (Daisy Town, Bélgica/Francia, 1971). Dirección: Morris, René Goscinny. Guion: René Goscinny, Morris y Pierre Tchernia. Montaje: Roger Cacheux, Jean Pierre Cereghetti. Música: Claude Bolling. Voces:Marcel Bozzuffi, Pierre Trabaud, Jacques Balutin, Pierre Tornade, Jean Berger. Duración: 73 minutos.