Por Gabriela López Zubiría, Paola Menéndez, Pablo Ventura, Roberto Pagés, Santiago Martínez Cartier, Eduardo Rojas, Ignacio Izaguirre y Marcos Vieytes
El sábado 28 nos juntamos la mayoría de los que hacemos Hacerse la crítica en la casa de Eduardo Rojas y Sonia Epstein. Mientras preparábamos el encuentro al payador de las cien canchas porteñas se le ocurrió empezar a hablar en versos (que es algo así como hablar en lenguas pero sin imposición de manos) y salió esto que publicamos para que los que conocían nuestra sobria prosa ahora también conozcan nuestras rimas ebrias:
Antes de la reunión
Pablo Ventura:
Aquí le traigo el mondongo
que usté’ me mandó a buscar
y si no lo puedo entrar
en la puerta se lo pongo…
Roberto Pagés:
Es tradición navideña
el vitel toné hacer
en cocina, para ver,
o sobre calurosa leña.
¿Quién lleva el vitel toné?
Les digo que yo no sé.
Gabriela López Zubiría:
No es justo,
la rima consonante
es festiva, mondongueante,
pero rimar con baba ganoush
no se puede ni en lanús(h).
Roberto Pagés:
«Im-presionante», en dos palabras
dijo un torero andaluz,
acá no decimos macanas
hoy comemos baba ganoush.
Pablo Ventura:
Para seguir en la rima
pregunto conciso, breve,
mañana en lo de Rojas:
¿Alguien sabe qué se bebe?
Eduardo Rojas:
No contesto
pues no sé versificar
pero a fuer de ser honesto
ustedes pueden tomar
un agua o una gaseosa
y cuando esté fea la cosa,
porque la oscuridad ya adivino,
tómense un litro de vino,
cerveza o cualquier cosa
que además habrá champú
para verlo todo rosa.
Rolito y ventilador
también serán bienvenidos,
uno para mantener fresquito,
otro por la calor.
Roberto Pagés:
Rolito puedo entenderlo,
y que nadie lo tome a mal,
sin luz (y acaso yo lerdo)
¿buscan ventilador a pedal?
Eduardo Rojas:
Ventilador sólo con flujo
(eléctrico, si me explico),
caso contrario las damas
agitarán abanicos.
Paola Menéndez:
Espero ahora no importunar
pero mi pregunta amerita:
¿Alguien lleva pan de pita
para al hummus acompañar?
Eduardo Rojas:
¿Pan de pita? No lo sé,
yo acompaño con flautita
y nunca pierdo la fe.
Pablo Ventura:
Baba ganoush, pan de pita
y habrá hummus por doquier,
no es mi intención joder
si pregunto esta ranada:
¿Alguien se ha de prender
a unas buenas empanadas?
Paola Menéndez:
A la pregunta del compañero
yo contesto con esmero:
Me apunto a las empanadas para comer sin asco,
pero nunca a las de carne.
Sepa que soy vegetariana y le entro al pasto.
Pablo Ventura:
Pao Menéndez, compañera,
permita que me presente,
en cuestión de darle al diente
no hay una sola manera.
Puede ser pasto o asado
buena pasta o pescadito
lo importante es el rito
del encuentro acordado.
Eduardo Rojas:
Y no es la mía molestar
a Ventura -y no lo incito-
pero creo recordar
que alguien prometió
sanguchitos.
Pablo Ventura:
Los de miga van igual,
no me incite ni se irrite
si con la térmica ambiental
alguno se me derrite.
Ignacio Izaguirre:
Hablando de derretir,
hay un postre muy amado.
No es difícil predecir
que voy a llevar el helado
Marcos Vieytes:
La pucha que son versados
en esto de chamuyar,
supongo que pa’ manyar
también serán avezados,
pero les voy avisando
que ni uno me ha de ganar
cuando entremos a chupar
birra, tetra, tinto y blanco.
Eduardo Rojas:
En mi casa tetra no,
apenas si acepto birra
y, lo lamento Paolita,
tampoco habrá verdurita.
Ni su conciencia permita
esta ausencia criticar
pues le he hecho preparar
unas muy buenas de humita.
Ignacio Izaguirre:
La cena va algo cambiada,
llevamos brotes y algas,
todo sano, no empenadas.
¡Que la inocencia les valga!
Marcos Vieytes:
¿Empanadas o empenadas?
me pregunto, confundido,
mientras leo ese fallido
que me dejó anonadada.
Ignacio Izaguirre:
Todo en verso pienso ahora.
¡La pucha, cómo me irrita,
se va acercando la hora
y yo llevo el pan de pita!
Paola Menéndez:
Ya que andan por acá todos
apreciaría ilusionada
quien no estando aun beodo
pudiera repetirme adecuada
la dirección de la cita acordada.
Marcos Vieytes:
Sobrio digo de una vez,
como que me llamo Vioyte’
que la cosa es en Acoyte
setecientos sesena y tres.
Gabriela López Zubiría:
Está bien, vamos a conocernos,
pero como que me llamo Zubiría
¡por favor, que no falte bebida fría!
Pablo Ventura:
Es cosa de no creer
-lo digo muy admirado-
que sin un poco beber
¡qué poemas se han armado!
Después de la reunión
Santiago Martínez Cartier:
Las rimas nunca mueren,
son parte de la vida.
Y si hubiera que recalcar algo del sábado,
sería la compañía y la comida.
Pablo Ventura:
Evoco casi en un grito
la reunión de la otra noche
que tuvo de digno broche
dos discursos eruditos.
Don Marcos hablo primero
con su fervor desbordante,
pese al clima asfixiante
lo suyo tuvo su esmero.
Lo que siguió fue distinto
y lo digo con congoja,
el discurso de don Rojas
fue mezcla de blanco y tinto.
Marcos Vieytes:
Me apuro a reivindicar
la verba de don Eduardo
difamada por un bardo
que quiere desprestigiar,
atribuyéndole al vino,
el mérito de un artista
-perdón ¡un equilibrista!-
que hizo del azar destino
improvisando sin red
y mareado de 7-up
un número de stand up
para calmarnos la sed.
Pablo Ventura:
Y ya lo dijo Piaget
le reconozco el esfuerzo
más no me trago el escuerzo
de la seven light o diet.
Inmenso hombre de letras
nadie lo puede negar
pero empieza a tambalear
si se le cruza algún tetra.
Pero yendo a lo profundo
no importa si se me enoja,
¡tipazos como don Rojas
hay pocos en este mundo!
Eduardo Rojas:
Inmenso hombre Ventura
aunque fue digno de ver,
ese grosor no es de ayer
ni se hizo con verdura.
Y si la ocasión me asiste
le digo: tampoco alpiste,
mondongo debió de ser
preparado con ternura.
¡Buen hombre el amigo Pablo,
un gallina querendón
capaz de pelearlo al diablo
sin que le tiemble el facón!
Pero siendo gente bella
aún le falta comprender
que es de machos conocer
el valor de la botella.
Porque un buen gaucho ha de ser
gente pura por instinto,
pero jamás recular
cuando le ofrezcan un tinto.
Siempre muy triste es de ver
en esta pampa argentina
a un paisano de valer
mamado con naranjina.
Y ya me voy despidiendo
pues la noche ya se ha ido
y sólo quiero desearles
un buen año entretenido.
Después de pedir autorización para publicar los versos
Roberto Pagés:
El mentado archivo adjunto
yo no puedo descargar
¿es mi torpeza animal
o me han tomado de punto?
Marcos Vieytes:
No sé por qué no funca
pero sé que sí
seguimos así
no terminamos nunca.
Paola Menéndez:
Me encantan los versos,
pienso en este mágico universo,
y hasta don Benjamín Botón
nos hace piantar a todos el lagrimón.
Gabriela López Zubiría:
Fue sin dudas una confesión
inmensa, despampanante:
Vieytes lagrimeando por Botón
y ya nada fue como antes…
Marcos Vieytes:
Las señoritas están
demostrando tanta saña
ante una historia menor
en vez de rendir honor
a más de una digna hazaña
del crítico, que me dan
muchas ganas -con perdón-
de enviarlas a cocinar-
me una exquisita lasagna.
Gabriela López Zubiría:
Vieytes, no se haga el sensible
herido en su pundonor
que con este caloror
y en víspera de la comilona
entrarle a una lasagna
lo va a dejar en la lona
-y se lo digo con el cariño
con el que se le habla a un niño-.
Si te gustó esta nota podés invitarnos un cafecito por acá: