*Alba está entrevistando al periodista Norberto Vilar en su casa. En un momento, éste se levanta y empieza a recorrer los estantes de su biblioteca. “Busco a Mangieri”, le responde a su entrevistadora. En su orden, lo que tiene claro es que Mangieri tiene que estar cerca de Mao. Lo alfabético y lo ideológico queda postulado en esa idea. Pero también la percepción que guía al documental: como Vilar en su biblioteca, Alba busca a Mangieri, persigue sus rastros, se deja llevar por la sombra que ha dejado por los espacios de una ciudad que parece no recordarlo. Pero ahí está. Ahí está la Biblioteca Popular José Luis Mangieri en la que Nemesio Juárez proyecta su cortometraje Los que trabajan, que contiene un “poema sustantivado”, como lo define, escrito específicamente por Mangieri. Ahí está el puñado de entrevistas que sobreviven en la espesura de las redes. Ahí está el recuerdo de los compañeros de ruta artística e ideológica: los libros editados, la revista La Rosa Blindada. Buscar a Mangieri como un viaje en el que las preguntas (“¿Alguien conocerá a Mangieri? ¿Lo confundirán con el portero que cometió un asesinato?”), se sobreponen a las certezas.
*En el comienzo, Alba se encuentra ante una especie de tesoro. Un hallazgo depositado, desparramado en un espacio sin especificar. A la luz de una vela, como quien se halla ante algo escondido en la profundidad de una caverna oscura y abandonada, Alba observa los ejemplares de La Rosa Blindada, la revista fundada en la década del ’60, y los libros que editaron para esa época. Mangieri, poeta y editor, es el secreto escondido detrás de esos nombres. Un vértice a partir del cual se organiza una parte de la cultura popular de la época. Entonces, lo que persigue el documental es la búsqueda del tesoro dentro del tesoro: aquello que posibilitó la existencia de esas ediciones.
*La Rosa Blindada parte de Gonzalez Tuñón. Del libro que Mangieri recuerda haber robado en su adolescencia y que fue el primer impacto literario. Pero también de la influencia que Tuñón desplegó sobre una parte de la intelectualidad argentina en la primera mitad del siglo pasado –Mangieri recuerda cómo los recibía en su casa entre otros a él y a Héctor Negro; Vilar recuerda emocionado la lectura de Tuñón de su “Coral Corea” en público, cuando la Guerra de Corea-. Y de la forma en que lo intelectual se une a lo político. Es interesante que en el origen del proyecto no está la revista, sino un proyecto que Mangieri copia de Eudeba: la edición de libros que se venden en paquetes, a precios populares. Cuatro libros de poesía, entre los que hay un libro propio y uno de Tuñón, para que el arco se cierre de manera correcta. Cinco mil ejemplares vendidos dieron pie a la continuidad del proyecto. La revista, más libros, discos musicales o poéticos, que dieron cuenta de un traspaso: sin abandonar la poesía, el deslizamiento hacia la política. Un movimiento de ida y vuelta entre ambos que resume Alberto Szpunberg cuando dice que “la política sin poesía no sirve para nada”.
*Más que una historia de la revista, el documental ensaya sobre el lugar que ocupó en la Argentina de los ‘60. Algunas ideas que quedan del cruce de las entrevistas, de la relación entre los discursos. Una conjunción que reunía en cada número, a artistas de diversas ramas y procedencias, nombres claves en la cultura argentina de esa década y las siguientes. La idea de un espacio necesario para la intelectualidad de izquierda que no encontraba referencialidad en otras publicaciones de la época. Una toma de posición ante el escenario internacional, desde la visión de la revolución posible encarnada en Cuba a la Guerra de Vietnam. Y también ante el propio origen –en tanto muchos de los que participaban, provenían de una militancia en el Partido Comunista Argentino-, cuando en la eclosión de la lucha armada, desde el comunismo se los consideraba contrarevolucionarios. Y quizás lo más llamativo: la posibilidad de encarar una forma de entendimiento de las izquierdas nacionales hacia el peronismo, que se vislumbra en la referencia a algunos textos publicados.
*Previsiblemente, La Rosa Blindada deja de editarse después del golpe de Onganía. Hay, en esa marca, una idea que trasciende lo editorial y que señala la forma en que puede observarse el devenir político de la Argentina desde la aparente lateralidad que puede implicar la edición de una revista. “Nos empujó la época”, dice en uno de los reportajes el propio Mangieri para señalar que el impulso grupal estuvo marcado por el curso de la política nacional e internacional. De la efervescencia de los ’60 a la clausura de los ’70, el personaje y su obra representan los movimientos de vaivén a los que toda la sociedad se vio sometida. Lo imprescindible, lo necesario en un determinado momento, se volvió, en otro, una complicación, un imposible signado por las persecuciones militares. El relato de lo ocurrido con la Librería Hernández y la persistencia de Mangieri en su visita señala el cambio de época de manera rotunda. Ese relato de la actual dueña de la librería, sobre lo que pasó con su padre y con la decisión de construir un doble fondo en el depósito, señalan un tiempo en el que todo debía permanecer escondido, lejos de los ojos policiales.
*El relato de esa historia de la Librería Hernández, que parece correrse de la centralidad que persigue el documental, en verdad es lo que termina de completar el hueco que se abre con la dictadura en la vida cultural de Mangieri. Un hueco que el relato personal restringe a quedarse mientras enviaba a su familia a otros lugares del país para que no sufran represalias. Un hueco que queda resguardado en ese doble fondo del depósito: allí quedan las ediciones de La Rosa Blindada que Hernández no llegó a distribuir en su época, como testigos de lo que debía permanecer vivo pero oculto. Pero también cede paso a otro instante. Cuando vuelve la democracia, dice la voz de Mangieri, le pidieron que volviera al viejo proyecto abandonado a mediados de los 60. Pero, dice, no quería repetirse. Lo que hizo fue fundar otra editorial, a la que le dio el nombre que coincidía con la época: Libros de Tierra Firme. Ese lugar al que se llega después de haber sobrevivido a un naufragio.
El viaje de Alba (Argentina; 2018). Guion y dirección: Néstor Kohan, Omar Neri. Fotografía: Patricia Batlle. Edición: Omar Neri. Elenco: Carolina Díaz, Lautaro Borches. Duración: 70 minutos.
Si te gustó esta nota podés invitarnos un cafecito por acá:
1 comentario en “El viaje de Alba: El tesoro de Mangieri, por José Luis Visconti”