El siglo pasado comprendió hechos que pueden ser pensados como momentos bisagra: en el plano internacional: las guerras mundiales, las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, la Revolución Soviética, la guerra de Vietnam, la Guerra Fría, la caída del Muro de Berlín y la puesta en trance del sistema capitalista, con su habitual manera de reorganizarse y naturalizarse. En el terreno local: la promoción del Estado Nación, la argentina agroexportadora, los golpes de estado, el peronismo, los sesenta y la caída, el terrorismo de Estado, el neoliberalismo, los movimientos sociales y el nuevo rol del Estado.
Los hechos, pensados como relevantes a partir de una mirada de la Historia natural, se decantaban, o eran una consecuencia, o se encontraban en germen en un pasado que los contenía. El sostenimiento de tal paradigma a través de aparatos de propaganda, manipulación mediática, modos de la imagen cinematográfica, televisiva e informática,  fuéron y son una de las principales estrategias en función de sostener el discurso dominante.
Pero la Argentina merece ser pensada desde otras perspectivas. En tal sentido, la coyuntura actual se presenta como una gran oportunidad: las ideologías, los puntos de vista, posicionamientos y reposicionamientos; en definitiva: lo que siempre constituyó en gran medida a cada sujeto individual hoy queda expuesto; se develan en la epidermis social los verdaderos modos de pensamiento. El presente momento es importante en tanto alberga algo que reemplaza a la respuesta que ofrecía la historia natural: el estado de pregunta abierto al colectivo general.
En el mismo sentido,  el cine no fue un mero “testigo” de la Historia, sino un actor social más atravesado por las variables discursivas de cada época y por la ideología de quien en cada momento tomó en sus manos el aparato de base: la cámara. Un cineasta selecciona tomas, escenas, secuencias, angulaciones de cámara, formas actorales, etc.; pero sobre todo, consciente o no, tiene en su poder la herramienta formal para promover una identificación con lo representado.
Para empezar a comprender esta problemática, es fundamental pensar el cine en general para luego ingresar en nuestro análisis al recorte de cada autor.
Evidencia del recorte e identificación no se llevan bien; en tanto el sujeto-espectador toma conciencia de dicha identificación como mecanismo, el mismo se presenta evidente; pero a quien los promueve no le interesa tal recorte al descubierto. Tal mecanismo se potencia en la última dictadura y se comienza a plantear su revisión desde la apertura democrática.
La imagen cinematográfica da cuenta de cada una de las mencionadas circunstancias. ¿Qué rol le cabe entonces a quien construye sentido a través de la imagen? ¿Qué modelo/s de país/es se promueven desde la cámara? ¿Al servicio de quien/es se encuentran los modos de la imagen cinematográfica argentina durante el mencionado período hasta la actualidad?Contenidos:
Cine y dictadura 

El cine de la dictadura. Un filme premonitorio: “Los chiflados dan el golpe” de Enrique Dawi.
Cine al servicio del régimen: “Dos locos en el aire” y “Brigada en acción” de Palito Ortega. El punto de vista de los grupos de tareas: la saga de los Superagentes y “Comandos azules” de Emilio Vieyra. El cine infantil.
Distribución de roles masculinos y femeninos en las películas de Alberto Olmedo y Jorge Porcel.
Omisiones del régimen: “Tiempo de revancha” de Adolfo Aristarain, “El poder de las tinieblas” de Mario Sábato y “La isla” de Alejandro Doria.

Cine y posdictadura: La «denuncia»
El cine sobre la dictadura. La teoría de los dos demonios en los años ochenta con “La historia oficial” de Luis Puenzo. El cine de géneros goza de buena salud en el siglo XXI: “Infancia clandestina” y la voz del sentido común.
La teoría de la víctima inocente con “La noche de los lápices” de Hector Olivera: anulación simbólica de las luchas revolucionarias y sindicales.El rol de la Justicia y la justicia por mano propia en “El secreto de sus ojos” de Juan José Campanella.

Alternativas al margen y conclusiones
Pensar la represión desde los noventa: “Garage Olimpo” de Marco Bechis. Secuelas de la dictadura a partir de su herencia cultural y social: “Mundo grúa” de Pablo Trapero. Una burguesía en decadencia en “La ciénaga” de Lucrecia Martel.
La dictadura a través de los hijos: Albertina Carri con “Los rubios” y Nicolas Prividera con “M”: los organismos de derechos humanos en trance. Una pregunta constante a partir de los agujeros en la historia.
Cine de los márgenes: “Diagnóstico esperanza” de Cesar Gonzalez. El punto de vista de los excluidos del sistema a partir de su propia manipulación de la cámara. La cámara-villa.Revisión de los temas atravesados en el marco del curso. Conclusiones.

La bibliografía, filmografía y/o videografía se indicará en cada clase.

Objetivos Generales:
Lejos de plantear el espacio en función de brindar mera información para que el asistente al curso incorpore conocimientos, la dinámica se encuentra estructurada para generar un marco de pensamiento acerca de cuáles son los modos de representación dominantes desde el año 1975 en el cine argentino, y en qué zonas de la imagen cinematográfica se encuentran las alternativas a aquellas formas.

Objetivos Específicos:
Que el asistente al curso, a partir de la incorporación de herramientas de análisis, se encuentre en condiciones de posicionarse ante el cine argentino a partir de la última dictadura cívico militar hasta nuestros días, como un espectador alerta ante formas cognitivas de transmisión de ideología a través del cine.

Aula: Aulas Bajo Plaza CSM

Carga horaria: 12 horas. 6 clases de 2 horas semanales

Fechas y horarios: Del 23.05.2015 al 04.07.2015

Días de cursada: Sábado de 14 a 16 hs. CSM. (sábados 23 y 30/05; 06, 13 y 27/06 y 04/07)

Arancel: $450 (pago único)

Profesor responsable: Luis Franc

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