CINCO OLMEDOS
En su momento se lo consideraba chabacano, pero después de morir tuvo una suerte de reconocimiento hasta el cambio de paradigma, en el que se lo asoció directamente con la misoginia y la cosificación de la mujer. Aunque hay mucho de verdad en todo eso, y la mayoría de sus películas envejecieron bastante mal, hay un puñado que va más allá, incluso al punto de poner en tensión (y romper) esos preceptos (que no es lo mismo que decir «te rompo el precepto»).
Estas son las mejores películas de Olmedo:
5- BASTA DE MUJERES (1977) de Hugo Moser.
Un cuarentón es llevado por los compañeros de trabajo a tener una amante, casi por obligación. El tipo no quiere saber nada y la pasa bastante mal en los embrollos que se mete. A la Woody Allen, lo que debería ser una comedia picaresca, con estos personajes más desarrollados, termina oscilando entre la comedia romántica y un drama opresivo. El tono es rarísimo y aunque no todo está logrado (el final es medio nada) es interesante lo que se plantea respecto de la presión social y el matrimonio, los deseos individuales y todo eso.
4 – EL HOMBRE DEL AÑO (1970) de Kurt Land.
Una comedia de enredos, familiar, sobre un tipo común y corriente que se vuelve famoso porque tiene dos corazones. Hasta canta una canción al respecto, y es una buena parodia acerca de la fama y lo que los medios masivos venden como éxito.
3- MI NOVIA, EL (TRAVESTI) (1975) de Enrique Cahen Salaberry.
Junto con Vidalita de Saslavsky, una de las más interesantes representaciones LGTBQ de nuestro cine, en la que Olmedo ve moverse toda su estantería al enamorarse de Susana Giménez, que es travesti pero en realidad no porque es mujer y se trasviste. Cosa que al final no se anima, pero bien que se queda con el bichito del arrepentimiento ahí dándole vueltas.
2- SUSANA QUIERE, EL NEGRO TAMBIÉN! (EL QUE QUIERE CELESTE…) (1987) de Julio de Grazia.
Todas las expectativas subvertidas: Olmedo es un tipo serio y aburrido, viudo y con una de sus hijas que habla en inglés. Se enamora de una prostituta y todo es una sátira a las convenciones sociales, en una especie de «grotesco para abajo» con un clima de lo más extraño, pero grandísimo. La única película que dirigió Julio de Grazia y da mucha pena que no haya hecho más. Y que se suicidara, claro.
1- DEPARTAMENTO COMPARTIDO (1980) de Hugo Sofovich.
¿Una de Sofovich? ¿En serio? Pero si es Sofovich… Increíble pero real: es una gran comedia. Olmedo y Tato tienen toda la química, lo mismo con Alfano. Sorprendentemente, la trama nunca se va por las ramas y cada escena aporta a la estructura general, los pases de comedia son rigurosos y distendidos al mismo tiempo, y el timing es milimétrico para cada gag. Andá a saber, capaz que Sofovich ni pisó el set y la película se hizo sola.
CUATRO PALITOS
Palito Ortega me resulta fascinante, con su cara de nada y su (anti)carisma casi extraterrestre. ¿Cómo se convirtió en una figura de la música, el cine y la tv? ¿De dónde sale todo su universo? ¿Por qué su familia es tan influyente -todavía hoy- en el imaginario popular? ¿En qué se basa su éxito y por qué hoy no resulta nada atractivo lo que antes sí?
Creo que hay cuatro películas fundamentales para intentar entender el fenómeno Ortega y -a lo mejor- responder esas preguntas:
1- YO TENGO FE (1974) de Enrique Carreras.
Que plantea el mito en estado puro, el chico humilde de pueblo que triunfa en la gran ciudad. Una romantización autoreferencial en la que Palito hace de sí mismo.
2- BUENAS NOCHES, BUENOS AIRES (1964) de Hugo del Carril.
Que pone a Palito como principal representante de una generación y un consumo musical particular. El Club del clan, la Nueva Ola, el beat criollo, y un Palito que canta sobre el cielo, el mar, la tierra y el amor bailando en un disco gigante en una disquería. Palito es la música, el consumo y la juventud, o quizá, una deidad pagana.
3-PAJARITO GÓMEZ (1965) de Rodolfo Kuhn.
Que analiza el fenómeno Palito en clave de sátira, partiendo de la construcción corporativa que se hace de una estrella musical. La explotación de la juventud a través del ídolo y la explotación del ídolo a través de su juventud. El mito desmitificado.
4-SOÑAR SOÑAR (1976) de Leonardo Favio.
Que deconstruye el mito mismo. La fascinación y la humanidad detrás del relato, el desasosiego. Favio había querido a Palito para hacer del Aniceto del Aniceto y la Francisca, pero Palito se negó. Soñar, soñar, intuyo, es el retruque pícaro de Favio, con un Monzón frágil, medio retrasado, desbordado de emotividad y poesía en el ansia de salir del pueblo y triunfar en el espectáculo y la ciudad. Es el mito remitificado.
CODA MARADONIANA: FUA, EL DIEGO
Poco después de la muerte de Maradona, alguien twitteó que era una pena que Leonardo Favio no estuviese vivo para filmar una película sobre su vida.
Pero, así como Hugo del Carril hizo, a través de distintos personajes femeninos un retrato múltiple, quizá cubista, de Eva Perón, Favio ya hizo esa película, una y otra vez, solo que fue tan a la par del 10 que pasó desapercibida. Él, como esa nube que tuvo su forma y se viralizó el día de su muerte, está presente en toda la filmografía de Favio, ya desde Crónica de un niño solo, que es, básicamente, la infancia imaginada del Diego de Fiorito, o en Gatica, donde se manifiesta su costado frívolo, exitoso, contradictorio, incluso menemista; también su apogeo y caída. El de Soñar, soñar es el Diego niño que soñaba con meter un gol en el Mundial. ¿Acaso no es la historia del Aniceto y la Francisca, en sus dos versiones, la misma que la del Diego y la Claudia? ¿No es, cual Moreira, un justiciero pendenciero, acaso, un rebelde que lucha hasta el final con los poderosos, desde su lugar de renegado? ¿No tenía un costado oscuro como el de El dependiente? ¿No es mito, leyenda y tragedia su vida, como la del Nazareno hecho lobo?
No hay que buscar a ningún otro director, Favio hizo al Diego. Solo que lo hizo para armar.
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