¿Quién habla?¿Qué dice?¿Qué relación existe entre lo dicho y el género de quien enuncia?¿Cambia el mundo si yo cambio de género? Todos esos interrogantes nacen del manual de instrucciones para una conferencia de Paul Preciado, filósofo cuyas teorías se concentran en el género y la sexualidad. A partir de dicho manual, el dramaturgo, curador y gestor cultural, Matías  Umpierrez convocó a artistas de diversas disciplinas para la elaboración de Dramaturgias para conferencias: la directora de teatro y dramaturga Mariana Obersztern o Mario Bersztern, Tomassa Espín o Tomás Espina, artista visual, y Juana Onofri Barbata o Juan Onofri Barbato, bailarín y coreógrafo. Como lo anticipa la disyuntiva en los nombres propios, el manual propone subvertir los marcadores lingüísticos de género.

La conferencia es un género discursivo académico, y también cercano a la política (conferencia de prensa). Ante todo, una conferencia implica cierta performatividad del discurso, un hacer con palabras. A la manera de un político en conferencia de prensa, Onofri Barbata, vestidx de traje, da pasos cortos con zapatos de tacos altos hacia un  estrado en el que descansa una copa de vino, detalle que desarticula toda solemnidad. “¿Qué es el danzo contemporáneo?” dice Barbato. “Es la danza que surge como reacción a la balleta clásica, como forma de expresarse más libremente con la cuerpa cuerpo” responde. “¿Bailar en el piso con rodilleros es danzo contemporáneo? ¿Si digo una texta mientras bailo, es danzo contemporáneo? ¿Si agito la respiración, es danzo contemporáneo? ¿Si se proyecta un video mientras bailo, es danzo contemporáneo?”, continúa en tono paródico mientras que en la pantalla se suceden imágenes sobre coreógrafos y danzas. La pregunta ontológica sobre la danza contemporánea da pié a la subversión del género y, con ella, se descubren significantes ocultos: “agradezco a mi asistente Carolo, a mi marida Eliso Carricajo, a la directora del Centro Cultural Recoleta…y por último a la  jefa de Gobierno, Horacia Rodriguez Larreto”.

Barbato hace del discurso “una cuerpa” danzante y fluctuante, que va de la ironía a la parodia, con variedad e intensidad de ritmos, en las velocidad de las frases, en los silencios, en la acumulación de los nombres. Al mismo tiempo es un cuerpo que se despliega en su potencia crítica. Pone en escena los dispositivos de sujeción de la danza académica, “el suspensor es un dispositivo que aprieta mis huevas y la pena en una sola bulta o vulva con el objetivo de que no se roce con las piernas, pero es áspera y  orada el culo” .

Barbato toma posición en campo artístico de la danza, la entiende como un Triángulo de las Bermudas invertido para incorporar a ella nuevas formas del mundo y no como mundo cerrado sobre sí mismo. Sostiene que todo cuerpo posee un movimiento latente, para descubrirlo se vale del procedimiento “agitar y detectar” la energía de los músculos. A modo de ejemplo, somete a dicho procedimiento primero a un papel y luego a su mismo cuerpo. Barbato concibió la compañía Km. 29 con la que encarnó las obras Duramadre y Los posibles, con cuerpos educados y no educados en la danza académica, con bailarines profesionales y pibes y pibas del barrio de Laferrere.

Es que todo posicionamiento artístico es también político, Barbato interpela: “¿es el danzo contemporáneo para los pibes y las pibas del Villo? o ¿es solo para los blancos de clase media?”. En una sociedad donde algunos cuerpos importan menos que otros, el Triángulo de las Bermudas invertido absorbe a todos los cuerpos en el danzo contemporáneo. Barbato cuestiona los programas estatales de danza en los barrios y su paternalismo: para los pibes y pibas de los barrios es el hip hop, el reggaeton y la murga (disciplinas que no son malas en sí mismas, aclara), y no la práctica y experimentación  con la danza contemporánea. Tampoco deja de lado las políticas de vaciamiento del actual gobierno: el cierre de ballets, el abandono de programas, el postergado Teatro Presidente Alvear.La conferencia es un género político y político partidario. Barbato pregunta “¿Durán Bárbara es una coreógrafa del danzo contemporáneo?”, en la pantalla se suceden las imágenes de la clase política gobernante en su danza de campaña y en su danza triunfal. “Es el extractivismo, la apropiación y la colonización del danza”, afirma. Cuerpos de la clase gobernante, extranjeros de los cuerpos del “Villo”, cuerpos de camisas sin corbata, en silla de ruedas, cuerpo en ropa de Awada. Cuerpos con cuya danza seducen al votante de las clases medias y populares, se pretenden en diálogo, anulan el conflicto; por último, despolitizan “el danzo”.

Como último gesto performático, Barbato interpela  al cuerpo del espectador, lo saca de la comodidad de la butaca y lo invita al Triángulo de las Bermudas invertidas a experienciar el danzo contemporáneo.

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